Orta en la SSC: cambios administrativos vs. aumento de inseguridad y violencia

sábado, 5 de octubre de 2019 · 12:42
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- “Yo lo dije desde que llegué: si no hay resultados en un año, me voy. Y si es antes, también. No voy a aferrarme”, aseguró Jesús Orta, el pasado 20 de junio ante diputados del Congreso de la Ciudad de México, cuando apenas llevaba siete meses al frente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). Tres meses y medio después cumplió su palabra y, este viernes 4, en su cuenta de Twitter, escribió: https://twitter.com/JesusOrtaMtz/status/1180159154939469826 Esas fueron sus palabras tras hacerse oficial su renuncia al gabinete de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, “por motivos personales”, como lo argumentó el comunicado oficial. Más tarde, en conferencia, ésta dijo que con Orta Martínez hubo “cosas buenas”, pero que respetaba su decisión y que, al final, la ciudadanía haría su propia evaluación. “Él trabajó durante prácticamente 10 meses en el Gobierno de la ciudad. Ha habido cosas buenas que hemos hecho durante este periodo y él ha tomado una decisión… Nosotros la respetamos y ahora a caminar para garantizar la seguridad todavía mayor de la ciudadanía”, añadió la exdelegada de Tlalpan. La estrategia El 15 de noviembre de 2018, la entonces jefa de gobierno electa confirmó como futuro jefe de la policía capitalina al exoficial mayor en el gobierno de Marcelo Ebrard en la Ciudad de México, y ambos presentaron la Estrategia de Seguridad y Paz para la CDMX. Desde entonces, la SSC, con sus más de 85 mil policías, fue una de las dependencias donde se vieron múltiples cambios: Aumento de salario a los uniformados, creación de programas de estímulos económicos y capacitación en derechos humanos; revisión personal de Sheinbaum y Orta de las condiciones de las estaciones policiacas, cambio de jefes de sector, división de la ciudad por cuadrantes, programas de cercanía de uniformados con los habitantes, reducción de gastos y de robo de gasolina y retiro de escoltas a empresarios y políticos. Otro cambio importante fue la disolución del cuerpo de granaderos y la creación de dos unidades especiales: el Comando de Operaciones Especiales (COE) y la Unidad Táctica en Apoyo a la Población (UTAP). También se incorporaron más policías egresados de la academia y se implementó un programa para que a bordo del transporte público haya vigilancia policiaca y se incluya un botón de emergencia conectado al sistema de cámaras del C5. Además, comenzó la instalación de más de 14 mil cámaras de videovigilancia. Y en general, se echó a andar el andamiaje administrativo para poner orden en aspectos que, durante años, no se habían tocado en la policía capitalina. En entrevista con Proceso (edición 2210, 10 de marzo de 2019), el funcionario habló de cómo encontró a la policía en sus entrañas, los planes que estaban echando a andar y el plazo calculado para dar los resultados. “Lo que les puedo decir es: se había perdido la disciplina, la estrategia y se habían desviado los recursos destinados a seguridad. Estamos enderezando ese barco. Regresamos a tener una estrategia. Estamos fortaleciendo a la policía, metiendo más patrullas y que los recursos se destinen a lo que se deben destinar”. Siguió: “Y con esta combinación de cosas y una coordinación, que tampoco se estaba dando con la Procuraduría, con el gobierno federal y con las alcaldías, vamos a regresarle la seguridad a la ciudad. En un año vamos a ver cómo la incidencia delictiva va a la baja de manera real. Nos falta tiempo y paciencia. El camino lo tenemos andado”. Los tropiezos  Pero con todo y esas modificaciones, el trabajo para el economista y maestro en Administración de Empresas se complicó, tanto al interior de la SSC, como en las calles, y se reflejó en el disgusto de los capitalinos que, desde entonces, comenzaron a exigir su renuncia. El problema más sonado que enfrentó el exsubsecretario de Egresos en la Secretaría de Finanzas del gobierno local, fue el de los escándalos por la acusación de mujeres, varias de ellas menores de edad, contra policías capitalinos por violación sexual. Los casos generaron dos grandes protestas de grupos feministas y distintas colectivas con el hastag #NoMeCuidanMeViolan: La primera fue el lunes 12 de agosto frente a la SSC, donde una manifestante le aventó diamantina rosa por la espalda, mientras que otras rompieron la puerta de cristal de la sede de la Procuraduría General de Justicia capitalina (PGJ-CDMX). La segunda fue el siguiente viernes 16, cuando las inconformes -la mayoría encapuchadas y con el rostro cubierto- destruyeron la estación Insurgentes del Metrobús, la estación policiaca Florencia y grafitearon la columna del Ángel de la Independencia; incluso, agredieron a varios reporteros mientras éstos hacían su trabajo. Múltiples críticas en medios y redes sociales surgieron contra Orta y Sheinbaum porque no hubo personas detenidas tras los daños a inmuebles públicos y edificios históricos. Y aunque la mandataria dijo que se abrieron carpetas de investigación, hasta el momento no ha informado de los avances de las mismas. Otro gran descalabro para el jefe de la policía capitalina fue la presunta mala actuación de los policías que acudieron al llamado de auxilio durante el secuestro y posterior asesinato de Norberto Ronquillo, estudiante de la Universidad del Pedregal. De acuerdo con información difundida sobre la investigación del caso, la noche del 4 de junio policías del sur de la ciudad no resguardaron el auto que conducía el joven cuando fue plagiado. En vez de preservar la escena del crimen y las evidencias que pudiera haber de los criminales, dejaron que se lo llevara el primo de la víctima. A los pocos días, en las redes sociales los capitalinos llevaron al primer lugar del Trending Topic el hastag #ClaudiaRenuncia. El hartazgo por la inseguridad era tal, que el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo que darle el espaldarazo público a su pupila política en un acto público en la alcaldía Gustavo A. madero, donde le alzó la mano izquierda y le dijo: “¡No estás sola!” Un día antes del plagio del joven, Orta Martínez anunció el relevo del primer superintendente Darío Chacón de la Subsecretaría de Operación Policial. Al principio de la administración, lo presentó como el “decano” y “el mando más respetado en la corporación” y dijo que con su experiencia le ayudaría a lograr los objetivos de la dependencia, entre ellos, acabar con la corrupción dentro de la corporación. Pero, contrario a ello, constantemente han sido difundidos en redes sociales videos grabados por los propios capitalinos de policías cometiendo faltas, abusos de autoridad, actos de presunta corrupción, abuso de fuerza o dejando a una señora moribunda en la entrada de una estación del Metro. El mismo titular de la SSC fue presa de su propia red social, cuando un reportero que cubre el sector policiaco para el diario ContraRéplica lo acusó públicamente de amenazarlo. El funcionario no negó haber enviado el mensaje, pero explicó que era un error, que éste no era el destinatario y le ofreció una disculpa. Violencia y refuerzo de estrategia La madrugada del 17 de febrero, una balacera en el atrio de la iglesia de Los Reyes Culhuacán, en Iztapalapa, dejó un saldo de seis personas muertas y tres más heridas. Los casquillos encontrados en la escena del crimen eran de armas de grueso calibre. Fue la primera masacre con múltiples víctimas que ocurrió en el naciente gobierno capitalino y, como en las balaceras que le siguieron, no hubo personas detenidas. Otro caso de violencia ocurrió el 6 de mayo, cuando el escolta del periodista Héctor de Mauleón se defendió de un asalto a mano armada y mató a uno de los agresores en la colonia Condesa. Para colmo, Orta, Godoy y Sheinbaum cayeron más de una vez en contradicciones sobre el número de detenidos y heridos, así como los avances de las investigaciones. Luego de los primeros seis meses de gobierno y ante lo que ya se comenzaba a mencionar como una crisis de inseguridad -la misma procuradora Ernestina Godoy así lo calificó-, Sheinbaum y su gabinete de seguridad presentaron, el 29 de junio, la Estrategia de Fortalecimiento de la Seguridad en la capital. Ese día, el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, la autoridad confirmó que en los días siguientes entraría a la CDMX la Guardia Nacional, la misma que, antes de tomar posesión, dijo que no sería necesaria porque la policía capitalina podría combatir la inseguridad. Para el 9 de julio, Jesús Orta presentó la nueva imagen de las mil 855 patrullas que rentó la dependencia con el propósito de aumentar 120% la presencia policiaca en las calles de la capital, con una inversión de más de 3 mil millones de pesos. Sin embargo, de acuerdo con un reportaje publicado en la edición 2233 de Proceso, los vehículos “son arrendados a una empresa –Total Parts and Components– a sobreprecio y el concurso de licitación fue restringido y opaco”. Y aunque las cifras oficiales indican el descenso de delitos como homicidio y robo de vehículos, también señalan el aumento en violaciones sexuales, robo con violencia en el transporte, a negocios, a casa y a transeúnte, de acuerdo con el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal. Aun así, ayer Sheinbaum aseguró que la renuncia de Orta Martínez a la SSC “no fue por falta de resultados” sino, “por motivos personales”.

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