"El diablo entre las piernas", dirigida por Ripstein y escrita por Garciadiego, ovacionada en Morelia

martes, 22 de octubre de 2019 · 15:19
MORELIA, MICH. (apro).- Su primera proyección fue en el Festival de Toronto 2019, y ahora El diablo entre las piernas, dirigida por Arturo Ripstein y escrita por Paz Alicia Garciadiego, se estrenó en la 17 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), donde fue ovacionada por los asistentes. Antes de la proyección del largometraje, la noche del lunes 21 de octubre, Ripstein develó la butaca de cine que lleva su nombre. Con respecto a la película, Garciadiego reveló que escribió este guión de manera personal, “no para filmar”, sino para quizá después transformarlo en un relato. Enseguida Ripstein, realizador de El Carnaval de Sodoma, El lugar sin límites y El castillo de la pureza, entre otros filmes, explicó: “Nosotros trabajábamos los guiones muy cercanamente, discutíamos, entendíamos que es lo que queríamos realizar. Es decir, después de análisis y debates decidíamos qué película era. En este caso Paz se metió a su estudio a trabajar  un guión por el amor al arte, por el amor al gremio, por el amor a la profesión, y se sentó a escribir un guión que no se iba a filmar. “Cuando escribes un guión para rodarse hay una serie de consideraciones a tomarse en cuenta: ¿se puede o no se puede?, ¿es viable?, ¿tiene sentido?, en fin. Ahora no hubo absolutamente ningún límite porque Paz se sentó a escribir por el amor a la escritura, era una obra literaria, no un guión, no se iba a filmar. Cuando lo terminó, me pidió como un favor que lo leyera para ver qué me parecía, lo cual era una generosidad de su parte. Me dijo que el título era horrible, El diablo entre las piernas, le dije: ‘¡Eso yo lo leo’, e inmediatamente me puse a leerlo, y era un guión preciso y formidable, porque no había condicionantes”. Por su parte, Paz destacó que como no poseía intenciones de que se rodara, eso “me liberó enormemente”. La historia, en blanco y negro, se centra en una pareja mayor de edad dentro de su casa. Él todo el tiempo molesta a su esposa Beatriz celándola. Los pleitos los desgastan y el equilibrio se rompe: la mujer, a fuerza de sentirse celada, se siente deseada y sobre todo deseable. Quiere comprobarlo. Por ello, una noche sale de casa sin rumbo alguno con un sólo propósito: sexo. Su regreso desata la hecatombe. Dinorah, la empleada doméstica, no puede permitir tal osadía y toma partido. Garciadiego  mencionó: “Esta pareja que lleva tantos años juntos ha ido eliminando opciones de lo de afuera, ha ido perdiendo hijos, relaciones sociales; se ha enclaustrado dentro del hogar, entonces, la casa es su prisión y su guarida al mismo tiempo. Nos servía muchísimo que estuvieran ahí, en el aislamiento. Al final de la vida uno se aísla, en lugar de acumular amistades. Se van perdiendo amistades, incluso, relaciones familiares. Entonces, que estuvieran encerrados nos servía muchísimo para dejarlos solos enfrentados el uno al otro”. Platicó que probablemente pueda interpretarse “como una romantización de la violencia de género, que claramente está en la protagonista cuando va con su pareja de baile a platicarle cómo el marido la adora porque ella confunde los celos con el amor, los celos con la idolatría, igual que la empleada doméstica que cree que el marido cela a su patrona porque la adora”. Enseguida externó: “Esa es una confusión muy común, muy normal. Es muy frecuente, eso es del siglo XIX pero se traslada al siglo XXI, que las mujeres queramos ser, eso es perversión no quiero decir que sea bueno o malo, protagonistas de una historia de amor romántica del XIX, es decir, que alguien me idolatre al punto de un duelo, al punto de una muerte, es eso”. Y aclaró: “No hay ningún mensaje, nada más mi visión del mundo”. El largometraje es protagonizado por Sylvia Pasquel, quien fue aplaudida por su actuación como Beatriz: “La primera vez que leí el guión me encantó, y la verdad me pareció un reto muy importante, y sobre todo para vencer muchos miedos, porque nunca había hecho un personaje como este, tampoco me había enfrentado a varios desnudos que existen en la película, pero al final del día fueron tantas pláticas con Paz y Arturo en relación a todo lo que pasaba en el guión, porque a la hora de leerlo en el papel personal puede ser gráficamente muy grotesco, pero con todas esas platicas me di cuenta de que no. “En el papel era muy diferente a lo que íbamos a ver en la película. Mi personaje  esta tratado con mucha delicadeza, con mucha finura , en ningún momento te sientes agredido, ni molesto con lo que está pasando. Siempre me sentí muy confiada en la manos de Arturo. Él siempre fue muy paternal conmigo desde el principio, desde la primera vez que leí el guión, porque lo leí mil veces”. También actúan Mar Carrera, Greta Cervantes, Daniel Giménez cacho, Erando González, Patricia Reyes Spíndola y Alejandro Suárez. Producen la cinta, de 147 minutos, Antonio Chavarrías, Marco Polo Constandse, Mónica Lozano y Miguel Necoechea.  

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