CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Alrededor de 140 piezas artísticas que van desde pinturas, dibujos, documentos, publicaciones, esculturas, grabados y fotografías de diferentes colecciones nacionales e internacionales forman parte de la exhibición “Emiliano. Zapata después de Zapata”. [caption id="attachment_608280" align="alignnone" width="1024"] Fotos: Carlos Enciso[/caption] La muestra que cuenta con la participación de más de 70 artistas y óleos de pintores como José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros podrá ser visitada por el público a partir de este miércoles 27 al 16 de febrero de 2020, en las salas Nacional y Diego Rivera del Palacio de Bellas Artes. Bajo la curaduría de Luis Vargas Santiago, historiador del arte e investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, la exposición conmemora al líder de la Revolución Mexicana a 100 años de su muerte y 140 de su nacimiento, mediante un recorrido por las más importantes representaciones artísticas del también llamado “Caudillo del Sur”. Las obras que la conforman provienen de 68 colecciones, entre públicas y privadas, pertenecientes al Museo Nacional de Arte, Museo Nacional de Historia, Museo de Arte Carrillo Gil, el Sistema Nacional de Fototecas, Museo de Arte Contemporáneo de la UNAM, Fundación Televisa y las estadunidenses National Portrait Gallery y Hirshhorn Museum and Sculpture Garden, por mencionar algunas. Las transformaciones de Zapata Dividida en cuatro secciones, esta propuesta desdobla las diversas y contradictorias transformaciones de Emiliano Zapata, al tiempo que explora las imágenes que pasan constantemente de un ámbito de significado a otro. En el primer núcleo titulado “El líder campesino”, se observan las representaciones negativas publicadas en caricaturas y periódicos nacionales. Además, se muestra el proceso para la construcción de su figura como el charro revolucionario y el culto guadalupano dentro de las bases zapatistas. Entre los artistas que conforman la selección de obras de este apartado están: Luis Arenal, Nao Bustamante, Jorge González Camarena, José Clemente Orozco y José Guadalupe Posada. En el siguiente apartado llamado “fabricación del héroe de la nación”, se narra mediante diálogo visual con obras de David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y Fermín Revueltas, la transformación de héroe consumado de un programa nacionalista y socialista que sirvió para conciliar las diversas facciones políticas del país. Por otra parte, en la tercera sección “Imágenes migrantes” se da cabida a trabajos artísticos que dispersaron las imágenes del caudillo en suelo estadunidense, que abarcan desde la Guerra Fría hasta el movimiento chicano, quienes utilizaron su imagen para encarnar y promover una agenda de derechos civiles de grupos minoritarios. Finalmente, en “Otras revoluciones”, se despliega la variedad de movimientos políticos, sociales y artísticos que se han apropiado de la imagen de Zapata en los últimos 50 años. La muestra termina con una jardinera de lápida sepulcral con tierra traída de Chinameca, lugar donde Zapata cayó asesinado el 10 de abril de 1919. La intención de esta instalación es que las semillas germinen y crezca una planta durante el periodo de exhibición, hecho que pudiera interpretarse como la supervivencia del caudillo y la posibilidad de engendrar nuevas luchas. Con el fin de crear una experiencia alterna y estimular diferentes lecturas de la exposición, el Museo del Palacio de Bellas Artes diseñó un programa de actividades paralelas que contempla una mesa redonda que llevará por nombre “Zapata en el arte mexicano y en el arte chicano”, a realizarse el martes 3 de diciembre a las 17 horas en la Sala Adamo Boari, un recorrido virtual programado para el 7 de enero de 2020 y un ciclo de cine organizado en la Cineteca Nacional.