Homenaje a Luisa Huertas

jueves, 26 de diciembre de 2019 · 14:59

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Luisa Huertas, actriz, docente y activista social comprometida con el teatro como motor de cambio, y de la educación de la voz como medio de transmisión de ideas, sentimientos e imágenes, recibió el martes 10 en el Teatro Esperanza Iris, de la Secretaría de Cultura de la CDMX, la distinción de Patrimonio Cultural Vivo de la Ciudad de México.

Su trabajo incansable tanto en la creación como en la formación la ha llevado a realizar una carrera prolífica en el teatro, el cine y la televisión. Actualmente, como parte integrante de la Compañía Nacional de Teatro, ha participado en obras con papeles protagónicos como en DeSazón, que estrenó en 2003 bajo el título original de Víctor Hugo Rascón, Sazón de mujer; Soles en la sombra, de Estela Leñero, donde interpretó a la maravillosa revolucionaria Juana Belén; y Las homéridas, de Ximena Escalante, entre otras.

En obras de Rascón dio voz a mujeres marginadas como la tarahumara Rita de La mujer que cayó del cielo, dirigida por Bruno Bert en México y Barclay Goldsmith en Tucson, Arizona, Estado Unidos (Proceso, 16 de julio de 2000). Participó en 1998 en la controvertida obra de La Malinche de este autor dirigida por el austriaco Johan Kresnik, con la Compañía Nacional de Teatro, y Antígona en Nueva York en 1998, que le valió el Premio a la Mejor Actriz del Año otorgado por la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro. También obtuvo en el 2000 el Premio Bravo a la mejor actriz por La Celestina, dirigida por Claudia Ríos, y por su impresionante trabajo en El diccionario, reconocido por la Academia Metropolitana de Teatro este año.

En el Teatro Esperanza Iris se presentó esta obra que ha marcado un hito en su carrera, en donde es capaz de transitar por las diferentes etapas de la vida de la investigadora hispana María Moliner, y con la que la Compañía Nacional de Teatro le rindió homenaje por sus 50 años de trayectoria. Ese día se le reclamó a la Secretaría de Cultura de la CDMX, desde la butaquería, la falta de pagos a los trabajadores de teatro contratados, sabiendo además que la CNT tiene un grave retraso en el de artistas invitados.

En el emotivo homenaje también hubo oportunidad de que la actriz subrayara la importancia de que el Centro de Estudios para el Uso de la Voz, CEUVOZ, del que fue cofundadora en 2006, tenga una sede. El centro ha implementado talleres y diplomados durante más de 10 años tanto en la Ciudad de México como al interior de la República, en este afán descentralizador ha llevado a cabo el Encuentro Nacional de la Voz y la Palabra con dos representantes de cada entidad federativa, en el que realizan un trabajo teórico y práctico alrededor del uso de la voz y el lenguaje, con maestros de tres generaciones.

La institución encabezada por Huertas busca ser un sitio de capacitación de profesionales de la voz y conjuntador de esfuerzos para difundir el bien decir; vincular el pensamiento con la palabra para llenarla de contenidos y transmitirla a los demás.

Luisa Huertas hace una entrañable interpretación de esta bibliotecaria y filóloga que propuso un diccionario alternativo al de la Real Academia de la Lengua, y que se utiliza hasta la actualidad. Su personaje y su profesión se cruzan en esta pasión por el buen uso de la palabra, capaz de transmitir contenidos y generar pensamiento.

Su gusto por enseñar la ha llevado a estar en escuelas independientes como el Núcleo de Estudios Teatrales y el Foro Contemporáneo y ahora en CEUVOZ, que a lo largo de su existencia ha tenido diversos apoyos federales. Este texto se publicó el 22 de diciembre de 2019 en la edición 2251 de la revista Proceso

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