Durand, el monopolio del deporte adaptado

domingo, 12 de enero de 2020 · 01:05
Siempre presente en las mejores competencias internacionales del deporte adaptado, su gestión causa polémica entre los atletas mexicanos. Se trata de Sergio Durand, quien maneja los asuntos de la Federación Mexicana de Deportes sobre Sillas de Ruedas y también los de las federaciones de deportistas con parálisis cerebral, la de deportes especiales, la de sordos y la de ciegos y débiles visuales. En entrevista, los inconformes denuncian las irregularidades bajo su mando. “No dudo que haya cometido algún error, ya que es mucho el trabajo que tengo”, se defiende el federativo. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El Campeonato Mundial de Para Atletismo Dubái 2019 fue un suplicio para los deportistas mexicanos. Fueron alojados en un hotel lejano a las competencias. Era tan pequeño donde estaban hospedados que debían hacer fila para entrar al restaurante; incluso, algunos tuvieron que regresar a México inmediatamente después de haber contendido en la justa. La desorganización ocurrió pese a que el grupo de atletas de élite acordó con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y con la Federación Mexicana de Deportes Sobre Silla de Ruedas (Femedessir) que antes de la competencia se realizaría un campamento de aclimatación durante 10 días y que se hospedarían en un hotel ubicado a cinco minutos caminando de la sede del mundial. El responsable de esa situación es el director técnico de la Femedessir, Sergio Durand Alcántara, quien entre sus funciones tiene la obligación de coordinar la logística de los campamentos y las competencias internacionales. Sin embargo, él no se aseguró de que los atletas viajaran con la antelación adecuada… Así, la delegación integrada por 38 deportistas sólo cosechó una presea de oro. La multimedallista mundial y paralímpica Ángeles Ortiz, campeona en Dubái en lanzamiento de bala, levanta la voz para denunciar nuevamente las malas condiciones en las que fue a competir. Cuenta que en los alrededores del hotel Hilton Aljadaff había obras y que la maquinaria pesada trabajaba las 24 horas, impidiéndoles dormir. Además, las calles aledañas estaban cubiertas de arena, lo cual dificultaba que pudieran salir a rodar para no dormirse durante el día. También la alimentación estaba limitada y era insuficiente para los atletas y los turistas que ahí se hospedaron. Sólo hubo dos autobuses para llevarlos al estadio y en las horas pico tardaban más de 90 minutos en cada recorrido. Para sus entrenamientos los deportistas tenían que ir y venir del estadio dos veces al día. “La responsabilidad es de Sergio Durand. Él dijo a los entrenadores que ya todo estaba listo y aprobado para que los cinco atletas que somos garantía de medalla nos hospedáramos en el hotel Al-Bustan, al que hemos llegado los últimos seis años cada que vamos al Grand Prix. Ahí ya nos conocen, las habitaciones son amplias para movernos en nuestras sillas de ruedas porque­ a veces meten hasta tres personas por cuarto. En ese restaurante sólo entra el personal de la justa y no tenemos que hacer filas ni estar con los turistas.” La campeona explica que en el hotel en el que regularmente se hospedan la comida sí es variada y suficiente. Además, el lugar cuenta con farmacia, centro comercial, y rodando o caminando llegaban en cinco minutos al estadio. “Hace un año se hizo el programa y acordamos ir a ese hotel, llegar con los días suficientes para acostumbrarnos a las 11 horas del cambio de horario. (Sin embargo) con pocos días de anticipación (Durand) avisó a los entrenadores que la Conade canceló porque no había presupuesto”, agrega. La molestia de Ortiz obedece a que si la Conade canceló fue porque los entrenadores de otros deportistas solicitaron a destiempo el hospedaje y los boletos de avión de sus atletas, y quisieron meterlos a todos en el hotel Al-Bustan, donde ya no había reservaciones. Entonces, añade, a los dirigentes deportivos, entre ellos Sergio Durand y la presidenta del Comité Paralímpico Mexicano (Copame), Liliana Suárez, se les hizo fácil elegir el Hilton para todos los integrantes de la delegación y no sólo para las 14 personas que estaban incluidas en el plan original. “A Durand le tocaba defender a quienes íbamos por las medallas. La Conade dijo: ‘No tengo ese presupuesto para 50 personas’, y Sergio y Liliana dijeron: ‘Que se vayan todos al mismo lugar y quienes ya tenían un plan que se chinguen y se amolden a lo que hay’”, lamenta.

“Como una res”

Por si fuera poco, a Ángeles Ortiz y al lanzador de jabalina Eliezer Gabriel Buenaventura les compraron el vuelo de regreso el mismo día de su competencia, lo cual implicaba dejar la habitación a las 11 de la mañana, es decir, a la misma hora que estaban compitiendo. Ortiz se rehusó a hacerlo, pero el día que compitió se levantó a las cinco de la mañana, a las nueve ya estaba en el estadio, a las dos terminó su competencia y tuvo que regresar a las seis para la premiación, por lo que apenas alcanzó a comer y a bañarse en el hotel. No le dio tiempo de hacer su maleta, tampoco de empacar su banco de competencia. Nuevamente se metió hora y media en el tráfico y tenía que estar lista a las nueve de la noche para salir al aeropuerto. “Eso es inhumano. A Floralia Estrada (lanzadora de disco) la regresaron sola sin entrenador ni auxiliar. Es una atleta sin las dos piernas que hizo una conexión de 10 horas en París. Quedó en cuarto lugar, pero trajo el pase paralímpico a Tokyo. Todo por no pagar una noche más de hotel. Igual que yo, en condiciones que no deben ser. “Debí recibir un masaje descontracturante, dormir correctamente, descansar y al otro día forrar mi banco, hacer mi maleta y regresarme a México con la única medalla de oro que se ganó, y no que me hayan tratado como a una res, como a un cerdo, de ‘métete al redil y ya lárgate porque ya no te necesitamos’”, denuncia.

El itinerario

Ángeles Ortiz relata que el multimedallista Édgar Cesáreo Navarro encaró a Sergio Durand en Dubái y le reclamó que los entrenadores con sus propios recursos pagaron su viaje a la Ciudad de México en dos ocasiones, para hacer la planeación rumbo al Mundial y el programa de trabajo, “como para que al final cambiaran todo de un plumazo”. Cuenta que ella también le dijo que no eran las condiciones adecuadas para competir ni para viajar. “(Pero él) le echó la culpa al Copame y a la Conade. ¿Entonces, para qué está? La logística le correspondía a él. (Pero) insistió en que no fue su culpa”. Octavio Sergio Durand Alcántara es el director técnico de la Femedessir y también es el secretario general del Copame. En el congreso de la federación, que se realizó el 14 de diciembre último, alardeó sobre los 40 años que ha trabajado para el deporte adaptado mexicano. Conmovido, pidió disculpas si en alguna ocasión se ha demorado en atender solicitudes o en compartir información que compromete la participación de los atletas paralímpicos, pero se excusó al decir que diariamente recibe cientos de correos electrónicos del Comité Paralímpico Internacional (IPC) y de otros organismos, y que no se da abasto por la cantidad de temas que debe atender. Durand Alcántara es un empleado de la Femedessir que percibe, por lo menos desde 2001, un sueldo de entre 30 y 35 mil pesos mensuales con recursos provenientes de la Conade. No obstante, durante 15 años no se presentó en la federación. Trabajaba en su domicilio particular hasta que en la administración de Alfredo Castillo, en 2017, se le obligó a presentarse en las instalaciones del Centro Paralímpico Mexicano. La medida obedece a las quejas que Castillo y el personal de alto rendimiento de la Conade recibían vía correo electrónico. En uno de ellos, enviado por un prestigiado entrenador, lo acusó de “aviador” en dos sentidos: porque sólo cobraba sin ir a trabajar y porque se la pasaba viajando a todas las competencias internacionales. En respuesta a una solicitud de información, la Conade dio a conocer que entre 2014 y 2018 Sergio Durand viajó a 19 competencias internacionales y a cuatro nacionales: fueron 267 días fuera de la Ciudad de México. Por realizar sus funciones como director técnico o auxiliar en ellas, la Conade le destinó 850 mil pesos. Por ejemplo, Durand asistió como delegado a los Juegos Paralímpicos de Invierno de Sochi 2014 y a los de PyeongChang 2018. En ambas justas sólo participó un deportista mexicano, Arly Velázquez, de esquí alpino. Entre los lugares a los cuales ha viajado el federativo se cuentan Dubái, Toronto, Berlín, Colorado, Río de Janeiro, Doha, Ottawa, Londres; San José, en Costa Rica; Grosseto, en Italia, y Notwill, en Suiza. En comparación con algunos atletas, Durand ha asistido a más competencias internacionales y en él se ha erogado más dinero. Tal es el caso de la multimedallista mundial y paralímpica Amalia Pérez, que en ese mismo periodo ha participado en 12 competencias que la han ausentado del país durante 62 días. Eso le ha representado a la Conade 359 mil 600 pesos. Ángeles Ortiz ha estado fuera 196 días por participar en 39 justas y por ello el gobierno federal ha cubierto gastos por 1 millón 130 mil pesos. El trabajo de Durand como delegado en las competencias internacionales consiste en atender las necesidades de los atletas antes, durante y después de los campamentos y torneos: debe encargarse de las inscripciones, asistir a las juntas técnicas, estar al pendiente de la logística, aunque la mayoría de los servicios se pagan y reservan desde México. “Los entrenadores tienen experiencia y ellos pueden hacer ese trabajo. No se necesita que él asista. No es posible que se queden atletas, entrenadores, fisiatras o auxiliares porque no alcanza el dinero para que vayan todos. Sergio Durand siempre va. No es justificable su presencia, es un desperdicio de dinero y de oportunidad para alguien que sí se necesita”, reclama Amalia Pérez.

Se defiende

En entrevista con Proceso, Durand aclara que “hay competencias donde es necesario que asista un delegado por el número de participantes, pero estoy totalmente de acuerdo en que si la presencia de un delegado no es necesaria, y la puede realizar alguna otra persona de la delegación, pues que asista. Jamás me opondré ni me he opuesto a esto”. Asegura que los propios presidentes de la federación le han solicitado que asista a competencias porque “durante todos los años que tengo aquí siempre he cumplido con toda la logística de cada evento, tanto previamente a la salida de las delegaciones como para resolver los problemas que han surgido en los lugares de las competencias. No dudo que haya podido cometer algún error, ya que son varios los deportes que manejo”. Durand es el único vínculo que existe entre el deporte paralímpico mexicano –también atiende los asuntos de las federaciones de deportistas con parálisis cerebral, la de deportes especiales, la de sordos y la de ciegos y débiles visuales– con las federaciones internacionales y el IPC. Es la única persona que recibe información sobre cuotas de afiliación, procesos clasificatorios y fechas de inscripción a competencias internacionales, principalmente. En diferentes ocasiones se le han pasado las fechas de inscripción de algunas justas o no ha avisado sobre cambios en los reglamentos de competencia, según los denunciantes. “Eso nos perjudica porque a veces nos damos cuenta de que hubo cambios ya cuando estamos en las competencias. Es muy negligente que una persona tenga el monopolio del deporte paralímpico, porque la información se atora en un cuello de botella y no fluye a tiempo para trabajar de la manera correcta. “Dice que le llegan 20 mil correos y que por eso no contesta o se tarda. Dice que lo entendamos, que por eso a veces alguien sale perjudicado por su carga de trabajo. Pues si tiene tanto trabajo, ojalá se quedara en su oficina resolviendo, en vez de estar viajando, porque al irse no se mueve nada y no atiende otros asuntos”, insiste Pérez.

Amarga experiencia

En julio último se realizó el Campeonato Mundial de Para Powerlifting en Kazajistán. La logística fue otro desastre. Los deportistas también llegaron prácticamente el día de la competencia y los juveniles ya ni siquiera estaban considerados para viajar. Los uniformes que recibieron fueron de talla extra grande. “Imagínate, parecíamos payasos, sobre todo los de talla más chica. Así llevamos la representación de México”, cuenta Pérez. Amalia Pérez explica que un día fue a la Conade a tratar de resolver lo de la compra de los boletos de avión y a pelear por que los juveniles también viajaran. Ya habían gastado en su visa, pasaporte y en la licencia que exige el IPC, y no los querían llevar. Se enteró de que en la lista de las únicas nueve personas que viajarían estaba Sergio Durand. “Ahí si ya puse el grito en el cielo y les dije que cómo era posible que Sergio fuera y otros no. No se le dio seguimiento ni la importancia al evento. Fuimos por la presión que hicimos, pero nos compraron los boletos casi antes de subirnos al avión. Es la primera vez en los 28 años que llevo en el deporte que regreso sin medalla.” –Sergio Durand podría alegar que eso no está en sus manos. También la Conade debe cumplir con el pago de los viajes. –Sí, salió con que en la Conade le decían que no hay dinero y que no era su culpa. ¿No se supone que para eso está, para resolver los problemas? Es un campeonato mundial, no cualquier competencia. Daba pases para los Juegos Paralímpicos. Era un filtro necesario que marca el IPC para llegar a Tokio. Todo eso lo tenía que haber visto el director técnico internacional. “Pero cuando le conviene se hace indispensable para que nadie lo quite de ahí. Su boleto de avión que se aproveche en un fisiatra o doctor. Si no hay presupuesto, que tampoco vaya él. Que quien viaje vaya a fletarse. Él se sube al avión para ir a ver las competencias. Luego ni en las competencias está, se va a pasear y a cotorrear. Aprovecha el viaje que le pagan para ir a turistear.”

Doble función

Mediante otra solicitud de acceso a la información, la Conade entregó un informe sobre la evaluación del desempeño de los directores técnicos de las federaciones del deporte adaptado, es decir, del trabajo que realiza Sergio Durand. Son 23 funciones que debe realizar con las cinco federaciones mencionadas y en muchas de las cuales el cumplimiento es de cero por ciento, como las reuniones técnicas mensuales con entrenadores, la discusión de análisis y planes y programas de entrenamiento, el análisis de resultados en competencias internacionales... “En relación con que no me presenté durante muchos años en persona, te puedo enseñar las labores que estuve realizando año por año, donde podrás observar las horas en las que resolvía problemas y la cantidad de trabajo que tuve y que sigo teniendo. Cuando el trabajo era demasiado, 10 o más horas al día, solicitaba permiso para realizarlo en la casa. Te comento que me levantaba de madrugada y me quedaba con la pijama todo el día y, en ocasiones, no me daba tiempo ni de bañarme”, añade Durand. La doble función que Sergio Durand realiza como secretario del Copame y director técnico de la Femedessir representa un conflicto de interés, pues al asistir a las reuniones técnicas para la elaboración de criterios para competencias internacionales puede beneficiar a la federación que preside por encima de las otras cuatro. Además, en junio pasado, envió un correo a los presidentes de las distintas asociaciones estatales para pedirles que depositen a una cuenta personal, a nombre del presidente de la Femedessir, Alfredo Espinoza de los Monteros, 4 mil pesos por cuota de afiliación y otros 100 pesos por registro de cada deportista, en virtud de que no ha podido abrir otra cuenta bancaria a nombre de la federación por las irregularidades hacendarias que tiene. Este reportaje se publicó el 5 de enero de 2020 en la edición 2253 de la revista Proceso

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