CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Las autoridades que encabezaron el proceso de análisis de la Norma Oficial Mexicana 051, sobre etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas, desestimaron la opinión y evidencia científica presentada por cientos de organizaciones y el sector privado, denunció el Consejo Coordinador Empresarial (CCE). De acuerdo con el organismo encabezado por Carlos Salazar Lomelín, autoridades de las secretarías de Economía y Salud impusieron hoy un etiquetado que no resolverá el problema de salud que sufre México y, por el contrario, resultará en menor información disponible para los consumidores. “A pesar de que la consulta pública sobre este tema es la que mayor participación ha registrado en la historia de nuestro país, las autoridades responsables del proceso de normalización no tomaron en cuenta la información técnica”, aseguró la cúpula empresarial. Dicha fue propuesta por los productores del campo, pequeños y medianos empresarios, asociaciones de pacientes, nutriólogos y profesionales de la salud, la Comisión Federal de Competencia Económica, los gobiernos y productores de socios comerciales internacionales, además de especialistas en propiedad intelectual, entre otros, abundó. “Estas mismas preocupaciones han sido compartidas por Estados Unidos, Suiza y la Unión Europea ante la Organización Mundial de Comercio (OMC)”, acotó. Según el CCE, tampoco se tomaron en cuenta los efectos que tendrá para el mercado interno esa medida que, recalcó, afectará a la mayoría de productos que se ofrecen en las tiendas Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) y que satisfacen las necesidades alimentarias básicas de las poblaciones más vulnerables del país, incluidas las de más difícil acceso. “Por lo anterior, y debido a que no fueron consideradas las recomendaciones basadas en evidencia técnica-científica, los sectores productivos participantes en el Comité de Normalización tomamos la determinación de votar en contra del proyecto de la NOM-051”, advirtió Salazar Lomelín. El CCE, los organismos que lo integran y otras representaciones empresariales subrayaron la necesidad de un etiquetado frontal que cumpla con los siguientes principios: “Que advierta clara y verazmente de las calorías, grasas saturadas, azúcares y sodio; informe con datos precisos sobre sus contenidos específicos, sólo así el consumidor podrá comparar entre productos; incentive la reformulación y la reducción del tamaño de las porciones; esté basado en evidencia científica, y sea congruente con el marco jurídico nacional e internacional”.