Expolicías federales, en riesgo de que los absorba el crimen organizado

sábado, 25 de enero de 2020 · 18:20
No sólo se trata de que sin los 6 mil agentes especializados que se niegan a incorporarse a la Guardia Nacional –entre ellos tiradores selectos, paracaidistas, expertos en medicina táctica, así como en operaciones aéreas de alto impacto y subacuáticas, en infiltración aérea–, el gobierno federal deja al país vulnerable ante el crimen organizado, sostiene un grupo de ellos en entrevista con Proceso. El verdadero problema sería que esos agentes fueran cooptados por los cárteles del narco. Afirman que el gobierno federal parece olvidarse del caso de Los Zetas, grupo criminal formado por militares de élite que desertaron de la Sedena. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de acabar con la Policía Federal provocó la inconformidad entre los agentes capacitados en las divisiones de Fuerzas Federales y Gendarmería, áreas sensibles para la seguridad nacional. Miles de ellos decidieron no incorporarse a la Guardia Nacional (GN), lo que debilita aún más a la institución y aumenta el riesgo de que sean cooptados por la delincuencia organizada. Ese capital humano desechado cuenta con entrenamiento y experiencia de campo, pues hay, entre otros, tiradores selectos, expertos en medicina táctica, paracaidistas, operadores aéreos de alto impacto, de operaciones subacuáticas, infiltración aérea, aseguramiento de laboratorios clandestinos y búsqueda, identificación y neutralización de artefactos explosivos improvisados. Un grupo de 12 agentes –de los cuáles sólo dos firmaron su carta de adhesión a la GN– solicitó una entrevista con Proceso para dar su versión. Conocen las fortalezas y las debilidades de la corporación, sus puntos vulnerables y las estrategias, saben cómo actuar en cada situación y conocen la capacidad de acción y de reacción, el armamento, la capacidad táctica… Saben todo. Entre el personal que pidió su liquidación hay agentes de todas las divisiones de la Policía Federal. Es un tema que debe alarmar al gobierno, dicen a la reportera. Recuerdan que en julio de 2010 quien armó el coche bomba para La Línea, brazo operativo del Cártel de Juárez, fue un exmilitar experto en explosivos que salió de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y fue reclutado por ese grupo armado. Por eso advierten sobre la posibilidad de que se repita la historia de Los Zetas, formado por militares de élite, que se pusieron al servicio del Cártel del Golfo como su brazo armado y después crearon su propio cártel.  En las disciplinas de Fuerzas Federales quedan unas tres decenas de elementos, el resto –unos 140– “nos fugamos”, dice a la reportera uno de los uniformados que espera su liquidación. Pide que se le identifique sólo como Andrés. Cuando la reportera les pregunta cuáles son las divisiones más sensibles de la Policía Federal, Miguel, otro uniformado, responde: “Todas son sensibles: unas por el tema de la información, otras por la operación. Sin embargo, la mayoría (de los elementos) no tienen tanto problema porque su estructura se mantiene, pero en lugar de división, ahora son direcciones.” Y aclara que “ni Fuerzas Federales ni Gendarmería están contempladas en la Ley de la Guardia Nacional; pensaban ­desaparecerlas... no contemplaron que muchos éramos gente con especialidades y que no íbamos a aceptar”. Gendarmería, explica Miguel, era una división como de 6 mil empleados, hoy le quedan como mil 300. Sus grandes rubros son los ciclos productivos, la situación ambiental –la tala clandestina, la mariposa Monarca–, la investigación de arte sacro y piezas arqueológicas, áreas de corte no tan agresivo, pero sí de especialidades únicas que no existen en otra institución en el país.
La desbandada
Los entrevistados consideran que, el Cártel de Jalisco Nueva Generación, así como el del Noroeste –los antiguos Zetas– y el de Santa Rosa de Lima están reorganizándose. Su propósito es expandirse territorialmente mediante la conquista de los pequeños grupos que trabajan de manera dispersa a lo largo del país. Es factible que incorporen a gente con los perfiles de los agentes que se están yendo de la corporación. Y esto, al final del día, va a tener consecuencias. –¿Qué va a pasar? –pregunta la reportera.  El presidente Andrés Manuel López Obrador olvida nuestra historia, el tema de Los Zetas, que se formó con militares de élite que desertaron de la Sedena, dicen. Lamentan que muchos de sus compañeros que recibieron capacitación especializada se hayan ido y otros también opten por abandonar la corporación. El panorama para el país es el debilitamiento de las instituciones de seguridad, sostienen los entrevistados. Insisten: para quienes están siendo liquidados, los cárteles son la única fuente de empleo que puede vislumbrarse en el país. Y aun cuando quedan las policías municipales y las estatales, el tema económico será una opción de mayor peso. Según ellos, son 6 mil los agentes que solicitaron el retiro. Unos 2 mil ya se fueron de la División Regional, Gendarmería, Investigación, de la Secretaría General y de Fuerzas Federales; otros mil 200 están desplegados en operativos en espera de ser concentrados para hacer sus trámites y recibir su finiquito. También, dice, quieren irse más de 600 con otras especialidades, como escoltas, control de disturbios, traslado de personas y custodios de ceferesos, con certificación en primeros auxilios en combate y apoyo en desastres naturales; otros 800 están realizando el trámite de recolección de sellos. Luis, uno de los elementos que se integrará a la GN, señala: “Un francotirador certificado que no ocupan en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo le arranca la cabeza a cualquier persona a dos kilómetros de distancia. Si lo juntan con un ‘explosivista’, ¡imagínese el desastre para nosotros si nos enfrentamos a ellos en operativo!”.  Enrique, el otro agente que se quedará en la GN, agrega: “Un grupo delictivo contrata a uno de cada especialidad para que sea monitor de otros 10. ¿Qué cree que nos va a pasar?”. Tercia Miguel: “Yo puedo alertar a los delincuentes sobre la capacidad de fuego que tenemos. En Guanajuato, con el robo de hidrocarburos, sabemos cuánto personal tenemos desplegado, a qué hora sale la supervisión en helicóptero, qué armamento trae el helicóptero. Conozco la autonomía y capacidad de vuelo porque he volado en él, sé dónde disparar para derribarlo. “¡Se les olvidó la historia! Olvidaron que Los Zetas son un grupo de poco más de 20 militares que formaron un monstruo. ¡Imagínese perder 6 mil, con las mismas o más capacidades que quienes crearon Los Zetas!” Los entrevistados lamentan que el gobierno federal no tomara en cuenta su grado de especialidad. Uno de ellos comenta: “Los cursos tomados en Estados Unidos, Colombia, Inglaterra se fueron a la basura. Costó millones de pesos prepararnos y ahora nos vamos por 400 mil pesos. Por ejemplo el grupo de Coordinación de Operaciones Especiales, con preparación y capacitación en combate, está registrando la mayor desbandada. En este grupo están los francotiradores, explosivistas, equipos de reacción, paracaidistas”. –¿Por qué se han ido?  –Todos pasamos el examen, todos somos activos; pero al no ver una certeza laboral decidimos irnos. El bono de operatividad era una quincena más, es de donde completábamos para vivir. Al suprimirlo el pasado 1 de enero le quitaron lo atractivo. “Además, trabajamos 25 días por cinco de descanso, al bajar de donde estábamos desplegados lo hacíamos en vehículos pagados por la institución, no gastábamos en transporte. Suprimieron el pago de hospedaje y el pago de alimentación; al pasar a la GN tenemos que pagar esos servicios de nuestro bolsillo. Nuestro sueldo no va a ser suficiente ni para pagar mis gastos de despliegue, menos los de mi familia”, responde Miguel. Enrique agrega: “Nos redujeron gasolina. Ahora vamos y nos paramos en un punto rojo –de conflicto– sólo para hacer presencia, porque no tenemos el combustible suficiente para desplazarnos, sumado a la tardanza para reparar las unidades, e incluso hemos pagado de nuestra bolsa porque es un trámite burocrático impresionante. 
Una convocatoria fallida
Los entrevistados aseguran que de las 2 mil unidades de Fuerzas Federales, 400 están paradas por fallas, lo que significa que hay más de 2 mil efectivos inmovilizados. Antes, dicen, cada agente federal tenía un seguro de gastos médicos personal, extensivo a su esposa e hijos, por un millón 300 mil pesos. Incluso había la opción de triplicar esa suma cuando era herido en un enfrentamiento. Desde el 1 de enero, quienes se quedaron en la GN recibirán sólo 160 mil pesos y su familia fue eliminada del beneficio. Perdieron también el Seguro de Separación Individualizado; ellos aportaban 10% de su salario y el gobierno ponía una cantidad similar. Entrevistados el jueves 16, los elementos que ingresarán a la GN estaban aún más decepcionados: les indicaron que del martes 14 al sábado 18 sería el registro del Formato Único Personal (FUP) o contrato. El FUP estaría disponible en el kiosco –portal interno de la corporación al que sólo los elementos pueden ingresar–. Sin embargo, desde el primer día “se cayó el sistema”.  Luis comenta: “Vamos a empezar a firmar, pero un contrato lo firmo con una persona, en la institución, no en un portal. Si tengo una duda, el portal no me va a aclarar nada. Por eso pienso que el gobierno está haciendo cosas no transparentes para que firmemos ese contrato. Al kiosco sólo se puede ingresar en computadoras de la institución, es donde se lleva el historial; está el kárdex, todos nuestros datos personales”. Además, “al ingresar, me doy cuenta de que ganaré 2 mil 500 pesos menos de lo que gano ahora; quedarán unos 13 mil 500. ¿En dónde está el atractivo? Puede venir más gente que se va a amparar. Si hacen esto, calculo que nos podemos ir otros miles más. La Policía Federal funcionaba en 70 u 80%; no había por qué desaparecerla. Malinformaron al presidente”. Muestra la tabla de salarios de la GN: “Mire: un oficial ganaría 29 mil 802 pesos y un subinspector pasa con un ascenso a subinspector primero y ganaría 49 mil 693 brutos. Sin embargo, la duda es cuánto quedará neto: Esa es la incertidumbre. De las prestaciones conservamos ISSSTE, fondo de vivienda, dos periodos vacacionales al año de 10 días cada uno, así como seguro de gastos médicos mayores que redujeron 89%”. Uno de los elementos con pase a la GN agrega: “Los de la División de Seguridad Regional, la mayoría nos quedamos porque tenemos atribuciones que ningún elemento de otra división tiene. Por ejemplo, si encuentro un camión con indocumentados, la hago de migración; si trae fayuca, soy fiscal; si hay un accidente, soy perito en hechos de tránsito, soy primer respondiente. Hacemos cadena de custodia e Informe Policial Homologado”. Otro de ellos muestra un video de una reunión que tuvieron el lunes 13, un día antes de que se iniciara el registro del FUP en el kiosco para ingresar a la GN. Se ­reunieron unas 200 personas entre directores, coordinadores, jefes de área, jurídico y enlaces (monitores). Querían saber qué conviene más: pasar por carrera policial o por confianza.
Acciones y reacciones
La reunión del lunes 13 en el Auditorio de Contel, el centro de mando de la Policía Federal, la presidió el jefe de Fuerzas Federales, Nicolás González Perrín, quien dijo a los asistentes: “El fin es orientarlos para que tomen la mejor decisión. Si se incorporan a carrera de policía, a confianza, a una tercera opción –que es irse a la oficina de transición, donde hay nueve instituciones a las cuales pueden suscribirse– buscan liquidación realizando el trámite de manera personal y gratuita en las oficinas, o a través de un abogado pagando la cuota que les cobran”.  –¿Económicamente es lo mismo tomar el camino de un abogado para obtener la liquidación que irnos a la mesa de transición? –se le preguntó a González Perrín.  –La mesa de transición no te cobra y te va a ayudar lo mismo que el abogado, porque la liquidación se hace conforme a un tabulador ya elaborado. Una cosa es cierta, el gobierno no tiene para liquidar a todos de un jalón, así que en marzo se vendrían pagando los últimos, a quien se vaya anotando se le paga por orden de rol, ya sea de un lado o de otro (institución o abogados). Agregó que el municipio de Salamanca, Guanajuato y el estado de Chihuahua están buscando personal y el interesado puede acudir. Las dudas del personal son muchas, señalaron los directivos presentes en el auditorio, entre ellas la posibilidad de que no aparezcan o no encuentren su kárdex; quienes no han decidido ni firmado su carta de adhesión a la GN; quienes están en espera de ver cómo viene su FUP o si se arrepintió de irse de la corporación y quiere formar parte de la GN.  –En ese caso, ¿qué hará? –le preguntaron a González Perrín. –Si su deseo es adherirse a la GN deben firmar su carta de adhesión y enviarla. Quien no decida y siga con la indecisión, en automático se irá a la unidad de transición para que sea reubicado en una de las nueve opciones –el funcionario no dijo cuáles son– o se le liquide. Hemos hecho hasta lo imposible por mantener la división de Fuerzas Federales, para que no desaparezca ni nos integren a otras áreas, para que mantengan las grandes especialidades y se les otorgue un bono de 5 mil pesos (para la gente en operativo). Eso ya está contemplado, falta que autoricen el recurso. Un comandante, cuyo nombre no se escuchó, dijo: “… Cada acción tiene una reacción. La reacción no debe de ser arrastrar las botas, sino demostrar a quien pensó que nos iba a enterrar... Como Guardia Nacional vamos a sacar la cara por la institución. El día que nos pongamos el uniforme blanco será con orgullo”. –Tiene razón. ¿Quién dice que en cinco años no estemos de azul otra vez? –respondió González Perrín, lo que provocó gritos de júbilo. Según los entrevistados, esa reunión incentivó el paso de algunos agentes a la GN, pero, reiteran, el problema es otro: ¿Qué pasará con los elementos que no logren retener, por ejemplo, de la Coordinación de Reacción y Alerta Inmediata, integrada por personal que maneja la unidad canina para detección de droga, restos humanos y papel moneda? Ellos son quienes saben cómo neutralizar a un elemento canino para que no detecte nada; o con los tiradores selectos, con los de búsqueda, identificación y neutralización de artefactos explosivos, dicen.  Lo alarmante, insisten, es que con la fuga de 6 mil elementos especializados en áreas de seguridad nacional, el gobierno federal deja al país vulnerable ante el crimen organizado.  Este reportaje se publicó el 26 de enero de 2020 en la edición 2256 de la revista Proceso

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