La embajadora Roberta Lajous termina su ciclo en España y va a la CELAC
Nota de interés: [embed]https://www.proceso.com.mx/617142/la-casona-de-rosario-en-coahuila-que-la-vincula-a-la-estafa-maestra-2[/embed] Diferendos con Casa de México Roberta Lajous tiene una larga carrera en el servicio exterior mexicano, como embajadora en Austria y representante permanente de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Viena; como embajadora en Cuba, Bolivia y España, y también en el Principado de Andorra. En España ocupó la embajada desde el 4 de diciembre de 2013, poco antes de la visita de Estado de Enrique Peña Nieto (junio de 2014), y logró el respaldo de Marcelo Ebrard en la transición, a la llegada del nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Le tocó estar al frente de la legación mexicana en un momento trascendente en España, como fue la abdicación del rey Juan Carlos, a quien sucedió en la jefatura del Estado su hijo, el rey Felipe VI. Bajo su representación el gobierno de México consiguió que el ayuntamiento de Madrid cediera en comodato (concesión demanial) un histórico edificio para alojar la Casa de México en España, en acto de reciprocidad a la cesión que México hizo en 2002 al gobierno europeo para abrir el Centro Cultural de España en México (en la calle Guatemala 18, en el Centro Histórico de la Ciudad de México), con base en el Tratado General de Cooperación y Amistad entre México y España. En abril de 2017, el entonces secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, recibió las llaves del inmueble de la madrileña calle Alberto Aguilera 20, de manos de la alcaldesa Manuela Carmena. Entonces también se firmó el acuerdo entre la embajada y la Fundación Casa de México, que preside el empresario mexicano Valentín Díez Morodo, quien tras la remodelación y adecuación del inmueble inauguró la nueva entidad el 1 de octubre de 2018. No obstante, el andamiaje jurídico de la Casa de México resultó controversial porque, a pesar de formalmente ser parte de la embajada y por tanto gozar de todos los privilegios y la inmunidad diplomática contemplados en la Convención de Viena, la operación parece ser un legado exclusivo de Díez Morodo. En dos reportajes, el semanario Proceso destacó que el andamiaje jurídico del convenio entre la embajada y la Fundación Casa de México significaba una suerte de privatización de la diplomacia cultural y revestía casi como un legado personal del magnate Díez Morodo, por haber sufragado la restauración y acondicionamiento del inmueble. Asimismo, se hacía hincapié en la irregularidad de que el inmueble con protección diplomática estuviera en manos de una fundación privada extranjera, por haber sido constituida en Madrid. El primero de los textos se publicó en abril de 2017 bajo el título “Díez Morodo ‘compra’ las relaciones México-España”, y el segundo --en abril de 2018-- con el encabezado “Privatización” de las relaciones bilaterales. Después de estas publicaciones, la directora de la Casa de México, Ximena Caraza, ha expresado al corresponsal su desacuerdo por el enfoque de privatización del papel de Casa de México, y considera que Díez Morodo es un empresario comprometido con México. De igual manera, ha recordado la sustanciosa inversión realizada para echar a andar y que funcione la Casa de México, porque de no haber sido así, apuntó, el proyecto hubiera quedado inconcluso. En los reportajes referidos se señala que el gobierno de Enrique Peña Nieto ordenó regresar el inmueble al ayuntamiento de Madrid, porque no existía presupuesto para desarrollar el proyecto. El corresponsal obtuvo información que identifica al entonces subsecretario de Relaciones Exteriores, Carlos de Icaza, como uno de los que más bloqueó el proyecto. Las cosas cambiaron cuando el magnate pidió personalmente a su amigo, el presidente Enrique Peña Nieto, que le autorizara estar al frente de la iniciativa, que sería financiada por él. Desde ese momento, la embajadora Lajous apartó a uno de sus principales impulsores, el escritor Pablo Raphael, entonces responsable de Cultura de la Embajada y director del Instituto de México. Con la llegada del gobierno de López Obrador, el director de Diplomacia Cultural de Cancillería, Enrique Márquez, explicó en una entrevista en abril de 2019 que, por instrucciones del canciller Marcelo Ebrard, mantuvo negociaciones con Díez Morodo para lograr un convenio modificatorio del que inicialmente dio vida a la Casa de México, incluso la reunión del Comité Ejecutivo de febrero del mismo año se celebró en el edificio de Relaciones Exteriores. “El convenio modificatorio incluye una forma más equilibrada” en la representación del patronato y del gobierno, porque en los primeros meses “la Casa de México venía soportando un proceso complejo en su relación institucional con la Cancillería y la embajada, derivado de equívocos y situaciones desafortunadas que se dieron en ese lapso”, explicó entonces. Sin embargo, la embajadora Lajous fijó una posición muy crítica durante su intervención por videoconferencia en la sesión del Comité Ejecutivo de la Casa de México en España –que se celebró en la Ciudad de México-- este viernes. Lamentó la autonomía malentendida que ha dificultado el adecuado funcionamiento conjunto entre la embajada y la Fundación, y señaló que en la Memoria de actividades 2018-2019, la presencia de la embajada ha sido apartada, de acuerdo con la fuente consultada. La inusualmente fuerte crítica de Lajous es sólo una extensión del fuerte y muy conocido diferendo que desde el principio mantuvo con la directora de la Casa de México, Ximena Caraza. De acuerdo con la información que este medio obtuvo, el señalamiento de la diplomática hacía hincapié en la labor esencial que el gobierno de México, a través de la embajada, tuvo para que se consiguiera el proyecto de la Casa de México en España, sin embargo, se marginó la presencia y participación del gobierno mexicano. La separación de las acciones llegó al punto de sorprender a la embajada con actividades o evaluación de proyectos que no fueron previamente compartidos, por lo que pidió definir con claridad las tareas del enlace diplomático. Por último, Lajous reprochó como algo inadmisible que se llegara a mancillar la figura de la embajadora de México al presentarla como invitada, incluso silenciada o no haber sido notificada previamente de actividades, pese al aval que para la Casa representa la embajada mexicana.Discurso de año nuevo sobre política exterior en Palacio Real. El Rey hizo referencia a la importancia del Tratado de Libre Comercio Mexico-Unión Europea. pic.twitter.com/WUUjSQWHCp
— Roberta Lajous (@robertalajous) February 6, 2020