Billy Joel, el imponderable 'hombre del piano”

domingo, 8 de marzo de 2020 · 00:27
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– Las despedidas son recuerdos que perduran por los siglos de los siglos, como ocurrió la noche de este viernes 6 de marzo en el Foro Sol, donde Billy Joel ofreció tremendo recital calando directo al corazón de sus fans mexicanos, allende de todo elogio. 54 mil 678 asistentes afortunados le rindieron culto al que posiblemente haya sido el último adiós del tan querido y aclamado Hombre del piano, quien emergió a las 21:25 con una ensordecedora ovación poniendo de cabeza el recinto de Iztacalco. Ataviado de elegante traje negro y postrado en su insigne piano, la genialidad del originario del Bronx brilló al instante para una apertura que contempló “Big Shot” (1978) y “Pressure” (1982). “Muchas gracias. Buenas noches México, perdón por mi español, estudié español en la escuela por dos años, pero no lo hablo muy bien”, fueron las primeras palabras que brotaron de la piocha canosa del legendario compositor, pianista y cantante, para recibir inmediatamente a cambio los aplausos y griterío de su gente e iniciar con “The Entertainer” (1974). El público en su mayoría adulto recibió a la estrella neoyorquina; pero también los más jóvenes aprovecharon el convivio para junto a sus padres y abuelas disfrutar de la gala donde los cánticos y las emociones se conjugaron en simbiosis generacional, en exaltación del ídolo. La producción desplegó atractivos mosaicos con arte digital y un par de pantallas monumentales a los costados, agigantando a sus músicos acompañantes e ilustraciones con las calles de La gran manzana. Fue un viaje histórico de éxitos y añoranzas como en la máquina del tiempo musical, con su banda resonando y cautivando duro “Honesty” (1978), “Don’t Ask me Why” (1980) y “The Stranger” (1977), más un extracto añadido de la vetusta rola instrumental “Tequila” (The Champs, 1956), provocando el generalizado rugido que conforma la única lírica del tema: ¡¡¡Tequila!!! El frío abatía severamente en el espacio al aire libre y aunque el calor humano inundaba cada rincón, nuestro músico de 70 años de edad prefirió colocarse unos guantes, la bufanda y un gorro para aguantar el soplo gélido de las ráfagas en el estrado. Devino pues un paseo de ensueños románticos y suspiros femeninos que mantuvieron en vilo la energía a través de “Just the Way You Are” (balada del álbum The Stranger, de 1977, retomada desde aquel año por los difuntos: La voz Frank Sinatra y el enamorado Barry White): Don’t go changing to try and please me You never let me down before… I took the good times; I'll take the bad times I’ll take you just the way you are. A paso firme avanzaba la velada sin descanso para encantar con “Vienna” (1977), “Say Goodbye to Hollywood” (1976) y “New York State of Mind” (1976). Pasajes conmovedores resonaron en “She’s Always a Woman” (1977), además de poner a bailar con una breve salpicada con “YMCA” (Village People), rola disco de 1978, y del mismo año delinear “My Life”. La alegre fiesta y la buena vibra invadieron con “The River of Dreams” (1993), mientras ponentes entonaciones maravillaban con “Nessun dorma” (“Que nadie duerma”), la gran aria final de Turandot, la ópera inconclusa de Giacomo Antonio Domenico Michele Secondo Maria Puccini (Lucca, Italia, 1858-Bélgica, 1924), vía la voz del multi instrumentalista Mike DelGuidice: Nessun dorma! Nessun dorma! Tu pure, oh Principessa… Cerraría enseguida el espectáculo la clásica “Piano Man” (1973) en una marejada de éxtasis, al resoplar de la armónica del magnífico Billy Joel. Un encore de ensueño desprendió la catarsis para el ocaso con la antibélica “We Didn’t Start the Fire” (Storm Front, 1989), “Uptown Girl” (1983) y “It’s Still Rock and Roll to Me” (1980), además de un sintético aderezo en cover al Led Zeppelin setentero con “Rock & Roll”, de la mano de DelGuidice. La alucinante estocada finiquitaba con el momento inevitable de la partida, al rasgar de “You May Be Right” (1980) y la locura multitudinaria con los últimos cantos chilangos por Billy Joel en México. Cerca de la media noche, el oriundo de Hicksville, nacido un 9 de mayo hace 70 años, levantó las manos en agradecimiento y entre sus manos ondulantes festinó su adiós inexorable, extendiendo felicidad a sus magníficos músicos. Los presentes develaban rostros de alegría y algunos más develaron incluso miradas lacrimosas, aunque sin lugar a dudas todo mundo se retiró del Foro Sol con el orgullo de haber vivido un exquisito concierto.   Orígenes judíos Comparado a menudo como “el Elton John gabacho”, William Billy Joel pertenece a aquella estirpe rock-popera de la isla Long Island que viera surgir artísticamente a Bob Dylan, Lou Reed, Paul Simon y Carole King. Es importante señalar que una buena parte de la chaviza que asistió al Foro Sol este viernes 6 de marzo de 2020, acaso no había nacido cuando Joel fue traído a nuestro país por Ocesa la primera vez, hacia 1991, sorprendiendo por su musicalidad y genio el Palacio de los Deportes del Distrito Federal. Había comenzado a hablarse de Billy Joel como voz de crítica social al presentarse en 1987 por Leningrado, Unión Soviética, y grabar posteriormente su exitosísimo álbum Storm Front, donde en la pieza “We Didn’t Start The Fire” (“Nosotros no comenzamos el incendio”) enumera personajes, libros, países y acontecimientos del siglo XX, como: Harry Truman, Doris Day, China Roja, Johnnie Ray, South Pacific, Walter Winchell, Joe DiMaggio, Joe McCarthy, Richard Nixon, Studebaker, televisión, Corea del Norte, Corea del Sur, Marilyn Monroe, Rosenbergs, Bomba H… Einstein, James Dean… Davy Crockett, Peter Pan, Elvis Presley, Disneylandia, Bardot, Budapest, Alabama, Krushchev, Princesa Grace, Peyton Place, conflicto en el Canal de Suez… Nosotros no comenzamos el incendio, el fuego siempre estuvo ardiendo desde que el mundo empezó a girar… Considerado ateo y libre pensador, el exboxeador Billy Joel jamás quiso dar opiniones políticas, hasta que su compatriota Donald Trump llegó al poder en 2017. Cuenta la reportera Gaby Friedman (Times of Israel, 25 de julio de 2018) que uno de los acontecimientos más emotivos de su carrera había sido cuando subió al escenario a su pequeña hijita Della, al cumplir Joel las 100 actuaciones en el Madison Square Garden de Nueva York (agosto de 2017). Inmediatamente después, Joel mencionó que para el encore de aquel concierto en el Garden, se pegó en la solapa una dorada Estrella de David, luego de que racistas blancos y neonazis organizaron una marcha fúnebre en Charlottesville, Virginia. “Hace cerca de un año fue la noche que me coloqué una Estrella de David tras el incidente de Charlottesville”, dijo. Y es que el padre de Billy Joel era un judío nacido en Alemania, quien recordaba el ascenso de Hitler y había perdido parientes en el Holocausto. Ésa semana, cuando se produjo la citada marcha fúnebre, el presidente Donald Trump dijo que “ambos lados” eran culpables de la violencia ocurrida, y que había “gente muy buena” entre los manifestantes de la extrema derecha, al igual que sus oponentes. El dicho provocó “el estallido de una nota amarga” en el compositor neoyorquino. “Yo tenía que hacer algo aquella noche –replicó Joel–. Ya sabes lo que el presidente dijo: ‘Hay algunas buenas personas de ese lado…’ ¡No, los nazis no son buena gente! Tal comentario me enervó, de plano. A la familia de mi viejo la eliminaron del mapa; a sus familiares los sacrificaron en Auschwitz. Él y sus papás lograron huir. Pero cuando mi padre estuvo en el ejército de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, luchó con el general George Patton y fue baleado por los nazis… Mi familia sufrió. Y creo que por lo mismo, yo tengo el derecho de luchar y expresarme”. Según Gaby Friedman, muchos aplaudieron su osadía, pero otros lo repudiaron. No obstante, el artista consiguió hacerse oír y poco tiempo después, el comentarista televisivo Nev Schulman con el músico y productor Jack Antonoff (ambos judíos reconocidos) portaron Estrellas de David durante los Premios MTV. (Con información de Iris Bringas).

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