'Frankie”: enredos familiares

viernes, 13 de marzo de 2020 · 22:56
MONTERREY, N.L. (apro).– Frankie ha decidido reunir en Portugal a su disfuncional familia para dar indicaciones finales. La exitosa y próspera actriz siente que su tiempo se acaba y desea que todos reciban sus instrucciones. El encuentro en ese destino playero depara sorpresas para los convocados. La francesa Isabelle Huppert interpreta a Frankie (“Frankie”, 2019), que ha llevado una vida singular, repartiendo amor e intentando arreglar los numerosos problemas que hay con sus hijos, su esposo, su ex y otras personas que confluyen en el sitio idílico que ha elegido para despedirse. El ensamble histriónico es atractivo con Marisa Tomei, Brendan Gleeson y Greg Kinnear, aunque el resultado de la cinta es irregular. La atención se dispersa en numerosos frentes y al final no termina por definirse ninguno, independientemente de que se toman decisiones para resolver el caos que, pese a todo, permanece. Son bastante densos los enredos familiares de tres generaciones, con un anterior marido que ha descubierto nuevas formas de amar, dos hermanastros que tienen situaciones ocultas, una amiga familiar que no centra su atención en quien debiera, y una pareja que no termina por definir su situación, ante la desesperación de su hija adolescente. Sin embargo, todo fluye con una pasmosa velocidad, lo que impide que los caracteres y situaciones consigan desarrollarse y despegar. En el entorno paradisiaco, Frankie se convierte en el centro de atención, pero lo hace como mera espectadora, sin muchas ocupaciones, pues mientras ella sufre en silencio, son otros los que toman el control y se van a sus propios despeñaderos personales, empeorándolo todo mientras buscan enmendar sus relaciones rotas. Parece que Huppert está condenada a repetir a perpetuidad el mismo rol de dama elegante, taciturna y misteriosa. Se parece mucho a los papeles de recientes apariciones en Elle (Elle), Un Final feliz (Happy End), y, mucho más atrás, La Pianista (Le Pianiste). Por esta vez es una dama elegante y rica, atractiva aún, que parece haber perdido los apetitos de la felicidad y se ha instalado en un momento de resignación en el que quiere permanecer. Sus allegados buscan animarla, pero ella ha encontrado que la mejor forma de aceptar su suerte es hacerlo sin luchar. Al final, la historia anticlimática y sin sobresaltos se desvanece, y el futuro de todos queda suspendido, mientras Frankie contempla tranquila cómo es que será la vida sin ella.

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