CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El precio de la mezcla mexicana del petróleo se desplomó a niveles nunca vistos en los últimos 20 años: el barril se cotizó en 10.37 dólares, lo que significa una caída de 20.29% respecto del viernes 27, cuando se vendió en 13.01 dólares.
El precio del crudo se vio impactado luego de que Arabia Saudita anunció este lunes que aumentará sus exportaciones de petróleo a un volumen récord de 10.6 millones de barriles diarios a partir de mayo, en medio de su batalla con Rusia por el control del mercado petrolero.
La noticia también arrasó con el West Texas Intermediate, que terminó en 20.09 dólares, 6.6% por debajo de su cierre del viernes, mientras que el Brent del mar del Norte retrocedió 8.7%, ofertándose en 22.76 dólares por barril.
De acuerdo con el Informe de Finanzas Públicas dado a conocer este día por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), los ingresos petroleros se ubicaron en 97.0 mil millones de pesos en los primeros dos meses de este año, una disminución de 10.8% real a los del año anterior.
Aún peor, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene contemplado el precio del petróleo mexicano en 49 dólares por barril, según La Ley de Ingresos 2020, lo que significa menores recursos para el país, pese a la contratación de coberturas petroleras.
La semana pasada, la agencia calificadora Standard & Poor’s degradó las notas crediticias de Petróleos Mexicanos (Pemex), situándolas en “BBB/perspectiva negativa”.
“Los precios bajos del petróleo ponen en riesgo la ejecución del plan de negocios de Pemex, por lo que se anticipa un debilitamiento del flujo de caja de la petrolera que limitará la capacidad de financiar completamente sus necesidades de inversión de capital para los próximos años”, señaló la firma en su reporte.
Añadió: “Vemos un espacio limitado para que Pemex mejore sus métricas crediticias que son muy débiles en el corto plazo. Además, las bajas perspectivas de generación de flujo de efectivo por un periodo prolongado y en el contexto de condiciones adversas podrían gradualmente afectar la liquidez de la compañía”.
Y más: “Continuamos basando nuestra evaluación en el papel crítico de Pemex para el gobierno mexicano, tanto económicamente como para la ejecución de la política energética del gobierno. Nuestra evaluación también captura el vínculo integral entre Pemex y el gobierno, dada su plena propiedad de la empresa y la alta participación del gobierno en todas las decisiones estratégicas”.