De Ambulante a cine desde adentro

viernes, 15 de mayo de 2020 · 23:44
65 documentales de 25 países integran la oferta de la décimo quinta edición del festival fílmico Ambulante Gira de Documentales, rebautizado Ambulante en Casa. Su directora Paulina Suárez Hesketh reconoce la contradicción (“los ambulantes somos de calle y ahora una pandemia nos obligó a meternos en el espacio doméstico… ¡ni modo!”), si bien esta nueva forma de ver cine es una oportunidad para llevar Ambulante de manera híbrida: hoy, a distintos públicos vía internet, y mañana a todos, cuando las salas reabran. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El covid-19 lo detuvo y sin embargo, nada vence a Ambulante. Fundado por Elena Fortes, Gael García Bernal y Diego Luna desde el año 2005, Ambulante Gira de Documentales ha recorrido miles de kilómetros en México, y el 19 de marzo pasado empezaría a visitar 130 sedes, con más de 150 filmes, conmemorando sus 15 años. Sólo que esta vez, por el confinamiento, el escaparate fílmico nacional se ha transformado, para que la gente se quede en su hogar y así contribuya a reducir la propagación e impacto del virus en el país. Bajo el título Ambulante en Casa, a partir del 29 de abril y hasta el 28 de mayo ofrece en línea 65 documentales de 25 países, entre cortos y largometrajes, para verse desde distintos dispositivos y en cualquier lugar de la República Mexicana en www.ambulante.org. Las películas estarán disponibles por 24 horas de forma gratuita sólo para mil usuarios, y a diario se ponen a la hora cero de la medianoche. Paulina Suárez Hesketh, quien lleva cuatro años al frente de Ambulante, resalta vía telefónica para Proceso que no es momento de festejar nada fuera de casa: “Guardaremos nuestra celebración de 15 años para más adelante, porque hoy nos preocupa todo lo del virus y la economía; no obstante, buscamos generar una experiencia distinta para todos los que estamos en cuarentena.” Cada día, a las 21 horas, se transmiten conversatorios en vivo con los directores o las directoras en la página web y las redes sociales de Ambulante. Los jueves y sábados a mediodía se dan los encuentros temáticos de realizadores, expertos e invitados especiales para que con el público discutan en torno al documental en cuestión y la actualidad del mundo. Los actores y directores de cine García Bernal y Diego Luna –presidente y vicepresidente de Ambulante, respectivamente–, enfatizan por online que “todo el equipo, con mucho esfuerzo y ánimo reideó dicho encuentro fílmico”, con tal de verlo en los domicilios. Luna, realizador de Abel (2010) y Mr. Pig (2016), menciona ante la pantalla de su computadora: “Estamos aquí entendiendo que hay que transformarse, lo cual siempre ha sido un reto de Ambulante, encontrar la forma de seguir conectados, reflexionar y ser parte de una conversación, para la cual el público es indispensable. Después del shock de posponerlo, todo el equipo –a quien agradecemos– no se fue; se encerró y entró en depresión al no poder salir en su décimo quinto aniversario, decidiendo reinventar el festival y atendiendo las necesidades de esta realidad tan bizarra que aguantamos en las casas.” Por su parte, el creador de Déficit (2007) y Chicuarotes (2019) interviene desde su hogar y reconoce “el privilegio de estar elaborando esto y poder estar en nuestras casas”. Al instante, apunta: “El documental sirve para insistir en preguntas que no han tenido solución o respuestas, pero que incitan a la reflexión. Quizá se logren modificar y cambiar nuestras conversaciones hacia un nuevo mundo para no permanecer encerrados por la emergencia sanitaria; que tengamos un sistema de salud funcional en el mundo y estemos preparados para situaciones de este tipo, así como erradicar tanta pobreza entre otras muchas cosas más. Los documentales ponen el dedo en el reglón sobre lo que debemos decir y hacer.”  
He ahí la cuestión
A Paulina Suárez Hesketh –quien estudió letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y cine en la Universidad de Nueva York– se le cuestiona si no le resulta paradójico que se llame Ambulante en Casa, cuando son dos palabras contradictorias. Expone: “¡Exacto! Es que los ambulantes somos de calle y ahora una pandemia nos obligó a meternos en el espacio doméstico… ¡ni modo!” Nada fácil decidir el festival en línea, confiesa: “Fue complicado porque había mucha incertidumbre y varias interrogantes. La primera era si los cineastas iban a querer ver su trabajo en otro formato. Son muchos años de labor y su expectativa es que su documental se vea en la gran pantalla.” Acepta que representa, efectivamente, una conceptualización distinta en la experiencia del cine (“no sabíamos si los distribuidores, los cineastas y los agentes de ventas nos iban a permitir contenidos para mostrar en plataformas, aclarándoles que no era apresurarlos al streaming o brincarse el circuito de festivales y la exhibición en salas, sino que estábamos ofreciendo un festival de la forma en la que podíamos hacerlo; afortunadamente varios apostaron en nosotros”). La segunda interrogante, a decir de la investigadora y programadora fílmica, era si el público se iba a interesar: “Una tercera cuestión era si el equipo contaba con las capacidades para sacar Ambulante en línea. Pero sí, tuvo las tablas. Y la cuarta pregunta era si un patrocinador aceptaría ayudarnos a renegociar los derechos, a pagar todos los costos adicionales. ¡Y lo conseguimos, aunque fue una decisión difícil!” –Este momento tan complejo orilló a muchos a consumir y entretenerse online. ¿Cambiará la forma de ver cine? –Creo que sí cambiará la forma de verlo, aunque ahora todo es especulación... Algunos países europeos ya están abriendo ciertos negocios, ciertas actividades, escuelas, etcétera; pero siguen las salas de conciertos y de cine clausuradas. Para nosotros sí ha representado redefinir muchas cosas en la organización, y plantearnos: ¿Por qué no podemos ser una organización hibrida, tener un formato digital con la posibilidad de llegar a distintos públicos en mi país? Siempre ha sido el objetivo. Otra consideración es la brecha digital: “En México hay muchísimas personas que no tienen acceso al internet, lo sabemos. Entonces nuestra misión seguirá siendo la misma, lograr llevar físicamente el documental e igual se podría ofrecer en una plataforma propia. La verdad, ha sido una experiencia súper liberadora. Ojalá y sea un elemento que podamos incorporar ya de forma permanente a la organización. Va a ser un dispositivo que llegó y está aquí para quedarse.”  
Aristegui y tres cineastas
Ambulante en Casa inauguró con la película Silencio radio (2019), de la mexicana Juliana Fanjul. Narración de la valiente batalla emprendida por la periodista Carmen Aristegui en contra de la censura que no logró doblegarla, durante los golpes a la libertad de expresión asestados por la administración del expresidente Enrique Peña Nieto. Además, dos largometrajes de la casa productora Terra Nostra Films, ubicada en Chiapas: Negra, ópera prima de la afro-mexicana Medhin Tewolde Serrano (ver http://www.negradocumental.com/) y Tote / Abuelo, de la documentalista indígena tsotsil María Sojob, nacida en el villorio de Chenalhó (http://www.terranostrafilms.com/es/catalogo/toteabuelo). Negra se mostró el 5 de mayo por primera vez al público. Su directora aborda el racismo que desde niña vive como afrodescendiente, y analiza el fenómeno social con otras mujeres negras que, al igual, lo experimentaron en sus vidas. En el documental, la misma Tewolde rememora que cuando tenía siete años un niño le gritó “¡negra!” y se burló de ella. Ese episodio marcó un antes y un después en su vida. Ahí tomó conciencia de que era afrodescendiente, y que eso en México “no era algo bueno”. Después de su formación en cine documental, la cineasta se dedicó a acompañar procesos de video participativo y comunicación comunitaria en España, Túnez, Honduras y Guatemala. Desde el principio sabía que quería hablar del racismo, en particular el que viven las mujeres afro-mexicanas; pero fundamentalmente, para cambiar dicha mentalidad discriminatoria. “El racismo está muy presente y opté por dedicarme a ese racismo más cotidiano, más simbólico, del día al día, y desde mi experiencia personal”, destaca. La idea era que su ópera prima se estrenara en salas: “Agradezco que Ambulante haya hecho este esfuerzo por adaptarse a las circunstancias, y me parece un regalo ver cine así, sobre todo para que el distanciamiento físico no sea tan difícil, aunque existen muchas personas que no cuentan con el acceso a estas plataformas, lo cual es una pena.” En cuanto a Tote/Abuelo, se exhibirá el 20 de este mes. Aquí, María Sojob muestra que no sabía cómo manifestarle el amor a su hija, ya que no recordaba abrazos ni besos ni palabras de cariño de su mamá, e inicia una búsqueda de cómo se dice “amor” en lengua tsotsil, y se acerca a su abuelo materno. También expone los patrones de la mujer en su comunidad, el machismo y la discriminación a los indígenas. Expresa la documentalista, egresada en ciencias de la comunicación por la Universidad Autónoma de Chiapas y con maestría en cine documental por la Universidad de Chile: “Los cines son elitistas y los festivales están reservados para ciertos grupos. Aunque sólo verá Tote/Abuelo quien cuente con internet, me da gusto que el documental se proyecte de esta manera. Uno quisiera que fuese en pantalla grande con todo ese trabajo de sonido que posee la historia; pero lo importante es que se vea, conecte y muchas personas se sientan identificadas. No es sólo un tema indígena, ya que habla de los sentimientos y las emociones, que son universales.” Concluye Sojob, confiada, sonriente: “Es importante hallarse en estos espacios, y después que se pueda ver en todos los lugares públicos posibles, porque esto pasará y volveremos a reunirnos.”  
Lo nuevo de Everardo González
El 2 de mayo estrenó en la plataforma de Ambulante en Casa, asimismo Yermo (2020), séptimo largometraje del reconocido documentalista mexicano Everardo González (Fort Collins, Colorado, EU; 1971). Luego de abordar la violencia del país en La libertad del diablo (2017)  –ensalzado en festivales internacionales, incluyendo la Berlinale–, esta vez construyó un filme que refleja la cotidianidad de habitantes de 10 de los desiertos más emblemáticos de la Tierra en Estados Unidos, Chile, India, Islandia, Marruecos, Namibia, Mongolia, México y Perú, con una estética propia y sin un guion elaborado. El proyecto fue rodado durante la producción de la obra Tormenta de luz, del artista visual y fotógrafo Alfredo De Stéfano (Monclova, Coahuila, 1961), cuya pasión es el paisaje y el desierto. Mientras barría y trapeaba en su casa, González (Estados Unidos, 1971) tomó el teléfono para rememorar con entusiasmo cómo surgió Yermo: “De Stéfano vino a la Cuidad de México en mayo de 2012 y me habló para invitarme a comer. Me contó que gracias al Sistema Nacional de Creadores de Arte trabajaría un proyecto fotográfico en 10 desiertos del planeta. Me preguntó si me interesaba dirigir una especie de ‘detrás de cámara’ en ese proceso, y comenzaríamos en Mongolia, pero que no contaba con suficiente dinero, que si aceptaba sólo podíamos viajar él y yo. Le dije que sí. Él consiguió más patrocinio con Panasonic, y comenzamos en 2013. “De Stéfano es muy contemplativo, espera mucha luz y el movimiento de las nubes. Mientras, yo me dedicaba a registrar lo que ocurría con los habitantes alrededor, sin mucha planeación. Ya en el Namib me di cuenta de que la película poseía más potencial, le planteé mi idea, y Alfredo tuvo un gesto muy generoso en aceptar.” Yermo formaba parte de la programación de la 35 edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), a efectuarse en marzo, que debió ser suspendido. De su salida en línea, agrega: “La película no fue realizada pensando en un estreno para plataforma; pero ante la interrupción del FICG pensé que podría sacrificar la pantalla grande para respaldar Ambulante, el cual ha apoyado bastante a la comunidad del documental de México. Es un espacio valioso que no puede colapsar ante todo lo que ocurre respecto a la cultura.” También se transmitió el nuevo documental sobre Ayotzinapa, Vivos, del artista visual contemporáneo y activista chino Ai Weiwei.
Texto publicado el 10 de mayo en la edición 2271 de la revista Proceso.
 

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