Durante medio año, las autoridades deportivas y de Guanajuato y el gobernador Diego Sinhue Rodríguez propusieron a León como sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2026. Pero ese proyecto se desdibujó en el camino y el viernes 15 de mayo los promotores se desistieron porque, según dijeron a la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe, no contaron con el aval del presidente Andrés Manuel López Obrador, “el primer requisito que se les pedía”. El problema es que este intento deja mal paradas a las autoridades federal y estatal, así como al Comité Olímpico Mexicano.  CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En octubre pasado la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (Odecabe) acordó, sin mayores trámites y “por unanimidad”, conceder a México la sede para organizar, en su centenario, los Juegos Centroamericanos y del Caribe (JCC) 2026, por tratarse del país que acogió el certamen por primera vez. Sin embargo, el último día de ese mes fue designado un nuevo Comité Ejecutivo del organismo, en el que la mexicana Jimena Saldaña reemplazó en la vicepresidencia a Carlos Padilla Becerra, titular del Comité Olímpico Mexicano (COM). De manera anticipada, el gobierno de Guanajuato se organizó para impulsar la candidatura de la ciudad de León; incluso encargó un proyecto a Horacio de la Vega Fuentes, actual presidente de la Liga Mexicana de Beisbol, pero la administración estatal no cubrió un requisito fundamental: tener el aval del gobierno federal. La actual directiva de la Odecabe, por su parte, decidió abrir el abanico de la sede 2026 a otros países. Así, de última hora fue inscrita la candidatura de República Dominicana, país de origen del actual presidente del organismo, Luis Mejía. El viernes 15 de mayo el gobierno de Guanajuato declinó su candidatura en una carta enviada a la Odecabe, “por falta de respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador” para conceder la garantía. Ese mismo día el gobierno estatal difundió un video por conducto del director de la Comisión Estatal del Deporte de Guanajuato (Code), Isaac Piña Valdivia, en el cual indica que el jefe del Ejecutivo se mantuvo indiferente a la candidatura de León, lo que ocasionó el desistimiento. Según Piña, a partir de noviembre (en realidad fue en octubre) –desde que León presentó su propuesta hasta este mes de mayo–, la directora de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Ana Gabriela Guevara, tampoco respondió a la solicitud de la administración guanajuatense. El funcionario guanajuatense relató que en los últimos meses el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, del PAN, solicitó el aval de López Obrador a través de un correo oficial, “pero tampoco hubo respuesta”; lo mismo ocurrió con la directora de la Conade. El viernes 15 de mayo, Rodríguez Vallejo contactó al titular del COM para confirmarle la decisión. “Ya llevo más de seis meses tratando el tema, hablando con la particular del presidente Andrés Manuel López Obrador y con diversas áreas de Presidencia. Pero esto no avanza, y de verdad ya no quiero entretener a la organización para que tome otra decisión”, dijo.

El asesor

México está representado en la Odecabe por el COM, cuyo presidente le dio trámite a la solicitud. Con todo, el gobierno del panista Rodríguez se echó a cuestas la tarea de lograr la sede de los JCC para León sin asegurar la indispensable garantía del gobierno federal durante el año y los meses que transcurrieron entre el cabildeo y la postulación ante la Odecabe. El primer acercamiento para formalizar la propuesta lo tuvo Piña Valdivia con el presidente del COM en marzo pasado, una vez aprobada la propuesta por el mandatario estatal. En adelante se realizaron dos viajes a Panamá y uno más a Lima para reuniones con los directivos de la Odecabe; se contrató al despacho Hype Found, SA de CV, del “asesor” Horacio de la Vega e incluso se definió una estrategia promocional que incluyó un video y el diseño de la mascota. A todo esto se destinaron unos 2 millones de pesos, de los cuales 900 mil fueron para el despacho de De la Vega por la elaboración del análisis y viabilidad del proyecto, el manual de candidatura, el desarrollo de impacto y beneficios sociales, la asesoría en estrategia de política nacional e internacional, así como “por recomendaciones en las negociaciones con la Odecabe sobre responsabilidades, derechos y beneficios del evento”, según refiere Piña Valdivia. De la Vega fue recomendado por Ivar Sisniega, exdirector de la Conade y amigo entrañable del beneficiado, durante los Juegos Panamericanos Lima 2019, donde Horacio también brindó asesorías. En su deslinde, el responsable del Code Guanajuato dice que consideró a De la Vega en el concurso por invitación directa para esta asesoría “porque ya trae toda la experiencia y la de Horacio fue la mejor opción”. De la Vega, quien ocupó la dirección del Instituto del Deporte de la Ciudad de México cuando Miguel Ángel Mancera fue jefe de Gobierno capitalino (diciembre de 2012-marzo de 2018), también fue director de Comercialización y Mercadotecnia del Comité Organizador de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011, que en el rubro económico resultó un total fracaso, con un dispendio para el erario de entre 11 mil millones y 13 mil millones de pesos, “frente a los 700 millones de dólares que costaron los Juegos de Canadá (2015)”, advirtió José Guadalupe Ledesma, exdirector de Fomento Deportivo del ayuntamiento de Guadalajara (Proceso 1870). En ese escándalo están implicados el entonces gobernador jalisciense Emilio González Márquez, y el titular del Comité Organizador de los XVI Juegos Panamericanos Guadalajara 2011, Carlos Andrade Garín, además de Sisniega. Los especialistas consultados por este semanario en septiembre de 2012 concluyeron que ese evento “sólo benefició a unos cuantos políticos y empresarios” (Proceso 1870).

Propuesta inconclusa

Piña Valdivia presentó un amplio proyecto al COM y a la Odecabe, tanto a la directiva anterior que encabezó Steve Soute como a la nueva presidencia del organismo que desde el pasado 30 de octubre recayó en el dominicano Luis Mejía Oviedo. Pero jamás se concretó un acuerdo para que la Conade y su titular, Ana Gabriela Guevara, conocieran los detalles de ese proyecto, situación que Piña no pudo explicar. En entrevista con Proceso, el director del deporte estatal admite que los primeros pasos para la postulación se dieron únicamente de la mano del COM, por medio de su presidente Carlos Padilla, lo que consideró suficiente hasta el 7 de marzo último, cuando en Panamá el mismo Piña entregó al nuevo titular de la Odecabe la carta intención del gobierno guanajuatense y la ficha de depósito equivalente a 10 mil dólares de garantía, ambos requisitos establecidos en los estatutos del organismo. “En diferentes momentos te van solicitando distintas cosas. Cuando llegamos en este año a la presentación ante el nuevo Consejo Ejecutivo de la Odecabe (en marzo) ya nos solicitaron la carta (aval del gobierno federal), que al principio no era un requisito. Por supuesto que es importantísimo, pero no era el primer requisito que te pedían”, justifica Piña. Y añade: “No podíamos llegar por la libre; prácticamente sería imposible. Tenemos que llevar el aval del comité olímpico nacional, en este caso el mexicano”. El 10 de septiembre de 2019, en un comunicado el gobierno estatal confirmó sus intenciones de buscar la sede: “El Comité Olímpico Mexicano, que preside Carlos Padilla Becerra, comenzará con la integración del expediente para candidatear a la ciudad de León como sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2026. En el marco de la firma del convenio de colaboración entre la Comisión del Deporte del Estado y el Comité Olímpico Mexicano… se consolidó la alianza para buscar atraer este magno evento a nuestro país en el verano de 2026”. El 14 de enero pasado, en una carta que turnó al presidente de la Odecabe, Luis Mejía, el titular del COM expresó “su respaldo y confianza a la ciudad de León para que sea considerada como ciudad candidata”. Piña relata que en varias conversaciones informales con Ana Gabriela Guevara le comentó de la candidatura y ella le dijo que siguieran con el trámite, “que le diéramos para adelante”. Aunque aclara: la comunicación oficial fue mediante llamadas telefónicas, correos o alguna misiva a la directora de la Conade; en cuanto al presidente López Obrador, la gestión se hizo directamente desde la oficina del gobernador Rodríguez Vallejo. –¿Entonces qué sucedió? –Pues es la pregunta de los 64 mil pesos. Quisiera entender esa parte por obvias razones de la magnitud del evento y el tema del presupuesto. Pero el tema de la federación no era prioritariamente por recurso, sino por operación… con Relaciones Exteriores para el ingreso de los atletas y la seguridad. Y no nos dieron ni oportunidad de presentarles el proyecto. Proceso solicitó conocer los documentos o correos enviados desde la oficina del gobernador de Guanajuato, así como la opinión de Rodríguez Vallejo sobre lo sucedido. Al cierre del número 2274 de la edición impresa de Proceso no hubo respuesta. Lo que sí se pudo obtener a través de una solicitud de información fue la carta que el mandatario dirigió a Luis Mejía el 20 de noviembre de 2019, en la que le solicita “contar con la oficialización de la sede a la brevedad posible, pues queremos hacer de este evento el mejor de la historia…”.

Centroamericanos ?“muy austeros”

Guanajuato pretendía asegurar un presupuesto de 240 millones de dólares para los JCC: 80 millones para la operación del evento; 80 más para la rehabilitación y construcción de algunos espacios –un estadio de atletismo y gradas móviles para espectadores– y otros 80 para el hospedaje de las delegaciones y los organizadores. En este último punto, en acuerdo con el gobierno del estado y el ayuntamiento de León, explica Piña, se preveían dos escenarios: la disposición de una capacidad hotelera de cuatro y cinco estrellas o la construcción de una villa con la participación de inversionistas particulares. La candidatura tenía a León como sede principal; Aguascalientes y Puerto Vallarta como subsedes satélites y otro par de ciudades guanajuatenses para disponer de la infraestructura suficiente. El evento se llevaría a cabo en octubre, empatado con el Festival Internacional Cervantino que se realiza en la ciudad de Guanajuato, para cubrir otro requisito: el de la oferta cultural. En la misiva del viernes 15 de mayo que Piña envió al presidente del Consejo Directivo de la Odecabe para retirar la postulación, se lee: “No hemos tenido el soporte requerido para la candidatura por parte del gobierno federal de nuestro país… por desgracia y ante esta negativa, hago de su conocimiento OFICIALMENTE el retiro de nuestra candidatura”. La carta termina con la solicitud del reembolso de los 10 mil dólares depositados como garantía. En entrevista, Carlos Padilla Becerra revela que con el anterior Comité Ejecutivo de la Odecabe, donde él fungía como vicepresidente, “habíamos acordado que, sin más trámites y sin competencia de nada, se le diera a México la sede para celebrar el centenario de los Juegos Centroamericanos, que por primera ocasión se llevaron a cabo en el país”. Siendo los juegos de mayor tradición en el ámbito regional olímpico –explica–, ameritaba una ceremonia especial. Fue un acuerdo unánime, pero cuando llegó este nuevo Comité Ejecutivo de la Odecabe se determinó abrir el abanico a otras oportunidades. Apareció República Dominicana, que sí tiene el aval de su presidente, pero aquí nunca se avanzó. Fue el único factor que no se cubrió: el aval del gobierno federal para que se realizaran aquí los juegos. “El Comité Olímpico Mexicano da el visto bueno para proponer una sede. (La declinación) también nos deja mal parados, porque estamos proponiendo una sede que luego no se puede cumplir”, admite Padilla. Pese a todo, el presidente del COM considera que la Odecabe debe abrir nuevamente la convocatoria a posibles aspirantes a la sede de 2026. Dice que antes de la declinación de Guanajuato se consideró buscar sedes alternas, como Jalisco, Nuevo León o Veracruz, “que ya tienen la infraestructura; pero hubiera sido el mismo problema sin el aval del gobierno”. Este reportaje forma parte del número 2274 de la edición impresa de Proceso, publicado el 31 de mayo de 2020 y cuya versión digitalizada puedes adquirir aquí