CIUDAD DE MÉXICO (apro). - El desacuerdo entre gobernadores de partidos de oposición y el presidente Andrés Manuel López Obrador se mantiene en relación a la política económica y la atención de la epidemia de coronavirus y esta mañana el mensaje fue claro desde Palacio Nacional: “no permitiré que ninguneen la investidura presidencial”. En su conferencia de prensa matutina, el mandatario consideró que es de “mal gusto” que culpen al Poder Ejecutivo federal de problemáticas que competen al ámbito local y, aun con esa consideración y la citada advertencia, instó al diálogo a los gobernadores inconformes, especialmente, en los procesos de reapertura económica basada en el semáforo del gabinete de salud sobre el que quieren tomar sus propias decisiones. “Con diálogo, sin confrontación, con paciencia y no caer en ninguna provocación. Nosotros no tenemos diferencias con los gobernadores, o sea, nosotros tenemos que actuar con responsabilidad, podemos tener diferencias políticas, ideológicas… a veces se manifiesta. “Hay un trabajo coordinado que siempre se lleva a cabo en los estados y quisieran algunos que se presentara confrontación con el gobierno federal”, señaló López Obrador. En una revisión reciente a sus expresiones, realizada por Proceso en el balance del primer cuarto de su administración, se identifica que a diferencia de otros actores políticos, el trato de López Obrador con los gobernadores de los estados ha sido menos frontal en las diferencias y, aun cuando se han generado polémicas, ha tenido una actitud más conciliadora, exceptuando los casos del michoacano Silvano Aureoles y con mayor frecuencia, el del jalisciense, Enrique Alfaro, paradójicamente, los dos aliados del presidente hasta hace algunos años. Enrique Alfaro es quien ha sido más persistente en sus críticas al Ejecutivo, aun entre los siete gobernadores que en bloque están solicitando más recursos y en el desacuerdo más reciente, el jalisciense ha imputado a López Obrador una intromisión en las protestas sociales detonadas en protesta por la ejecución extrajudicial de un joven. Hoy, López Obrador expuso, en el genérico “los que quieren” confrontación: “Esto es lo que lleva a que se quiera agarrar la bandera, y echarle la culpa al presidente de lo que sucede en un estado, porque es un asunto partidista. Pero es de mal gusto, eso es politiquería y yo con todo respeto no voy a permitir que ninguneen la investidura presidencial, no se puede permitir eso”. Inclusive, el mandatario federal ejemplificó con el caso de Javier Corral, en un diferendo relacionado con la cuota de agua que debe entregarse del Río Bravo a Estados Unidos como parte de un convenio histórico Finalmente, López Obrador consideró que las críticas de los gobernadores de oposición, así como de algunos legisladores, se ubican en el contexto de la proximidad del proceso electoral de 2021, en el que se renovará la Cámara de Diputados, así como la gubernatura de 15 estados.