'Cristobal” probó que cambio climático pone en riesgo integridad ambiental: Greenpeace

viernes, 12 de junio de 2020 · 23:24
CAMPECHE, Cam. (apro).- La organización ambientalista Greenpeace advirtió que las severas inundaciones que ocasionó la tormenta tropical “Cristobal” en la Península de Yucatán prueban cómo el cambio climático pone en riesgo la integridad ambiental del país. En un comunicado, destacó que la zona devastada por el meteoro es fundamental para el país en lo que toca a la captura de carbono y la recarga de agua para todo el territorio nacional. Y señaló que no obstante su importancia, “la presión del ‘desarrollo’ basado en proyectos como el Tren Maya y la ganadería industrial” la tienen en riesgo. “Los serios daños sufridos por comunidades en Hopelchén, la región de los Chenes, Campeche, donde se estima que se perdieron por lo menos el 80 por ciento de los apiarios y parcelas de familias campesinas organizadas en cooperativas son ejemplo de cómo el cambio climático derivado del incremento en la temperatura del planeta, los grandes proyectos de infraestructura como el Tren Maya y la proliferación de la agricultura industrial, entre otros, está afectando seriamente el delicado equilibrio ecológico de la Península”, expuso. Viridiana Lázaro, especialista en Agricultura y Cambio Climático de Greenpeace México, sostuvo que con el cambio climático causará tormentas más intensas y frecuentes y sus efectos más devastadores especialmente para las comunidades rurales, que son las más vulnerables. Recalcó que además de sufrir los embates naturales, estas comunidades han sido sistemáticamente despojadas de sus tierras para imponer megaproyectos turísticos o agroindustriales que agudizan la deforestación de la selva maya, tal es el caso de las granjas porcícolas. La organización recordó que los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo son zonas prioritarias para la conservación de la biodiversidad e importantes sumideros de carbono; además de que constituyen la principal reserva de aguas subterráneas en México con cuatro grandes acuíferos de recarga, que representan un tercio de las recargas de agua dulce en el país. Y reiteró que las granjas porcícolas dispersas por la península y que en su mayoría pertenecen a la empresa Kekén, son una grave amenaza para los cenotes y para las especies endémicas que los habitan, pues las heces de los cerdos son una fuente de contaminación importante, como lo han comprobado en análisis del agua. Añadió pobladores de Kinchil, Maxcanú y San Fernando en Yucatán, están a la espera de poder entrar a sus campos de cultivo para evaluar la dimensión del daño que provocó “Cristóbal” en sus cosechas, pues temen que las lagunas de oxidación que usan las granjas porcícolas para sus descargas se hayan desbordado, dañando los suelos agrícolas por la presencia de contaminantes como nitratos y amonio en los desechos de los cerdos. Recordó que Greenpeace México respaldó recientemente una carta que la “Alianza Maya por las Abejas Kaabnalo’on” dirigió al presidente Andrés Manuel López Obrador para alertarle sobre el ecocidio que está ocurriendo en la Península de Yucatán a causa del “modelo de ‘desarrollo’ que arrasa con la apícultura y agroecología comunitaria. “Además, Greenpeace México formó parte de las organizaciones que recientemente firmaron una carta enviada al propio presidente de la República para protestar contra la construcción del Tren Maya, megaproyecto de infraestructura a todas luces insostenible en materia ambiental, pues puede ocasionar serias consecuencias para el delicado equilibrio ecológico de la Península de Yucatán y el sureste del país en su conjunto”, advirtió. Por último, demandó políticas públicas que ayuden a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero “y frenar la pérdida masiva y acelerada de la biodiversidad”. Para ello, urgió la transición “hacia un modelo sostenible que incluya la agroecología, el apoyo a los productores locales y el comercio justo”.

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