Aire más limpio para la época post pandemia

jueves, 9 de julio de 2020 · 18:08
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hace un año daba noticia de una acción judicial de Greenpeace México en la que se cuestionaron los Programas de contingencias ambientales atmosféricas, tanto de la capital como de las zonas metropolitanas del Valle de México, Toluca y Santiago Tianguistenco. Doce meses después, con nuestro mundo transformado, me alegra compartir en este espacio una nueva victoria ambiental en sede judicial. El viernes de la semana pasada, en el amparo en revisión 364/2019, el Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Segundo Circuito concedió el amparo demandado para que el Programa de contingencias aplicable en Toluca y en Santiago Tianguistenco se ajuste a los valores límite establecidos en las Normas Oficiales Mexicanas de salud ambiental de ozono y partículas PM10 y 2.5. A este día tan solo se tiene noticia del sentido del fallo, con una votación dividida de dos votos contra uno. Puede pasar algún tiempo para conocer la sentencia en su versión definitiva, y un poco más para que se notifique al titular de la Secretaría de Medio Ambiente del Estado de México, cuando las actividades judiciales por fin se normalicen. Pero desde ya se puede celebrar porque el proyecto fue publicado. Y en ese proyecto de sentencia que se aprobó por mayoría se fija un precedente que contribuirá sin duda en la búsqueda de justicia climática. Con todo y que todavía no se logra que los órganos judiciales acepten que los valores guía sobre calidad del aire de la OMS, no obstante ser recomendaciones para los Estados, resultan vinculantes por mandato constitucional en tanto contienen el estándar que mayor protección ofrece a las personas; no es menor que aquel Tribunal haya ordenado que el Programa de contingencias se ajuste a nuestras normas oficiales. No es poca cosa porque el beneficio para la población que habita o transita por las zonas metropolitanas del Valle de Toluca o de Santiago Tianguistenco, es que proteja mejor su salud; ello tan pronto la autoridad cumpla la sentencia de amparo dictada. Además, como el aire no tiene fronteras, muchas más personas tendrán más oportunidades reales de disfrutar de su derecho a respirar un aire más limpio. Sobre todo, el mensaje que se envía con una sentencia como la que se comenta es que las autoridades no pueden continuar con evasivas para atender la agenda climática y para el caso en concreto, el problema de la contaminación atmosférica. No es sostenible la ilusión o la franca simulación de que respiramos aire puro. Por mucho que cueste, no podemos darnos el lujo de fingir que no sucede nada malo. Tenemos que actuar, y si para movernos necesitamos baldes de agua fría, que así sea. Ojalá que el fallo de este Tribunal contagie al que conoce del otro juicio de amparo en el que se cuestionó el Programa para la Ciudad de México y para los 59 municipios del Estado de México que se localizan en la Zona Metropolitana del Valle de México, así como la omisión de tener ese tipo de programas en la mayoría de las entidades federativas que conforman la Megalópolis. Su población, la del país y la del mundo entero necesita tener aire de mejor calidad para respirar. En medio de la pandemia, un mejor aire aumenta las posibilidades de sobrevivir, mientras que una atmósfera contaminada nos coloca en una situación de mayor vulnerabilidad para enfrentar la enfermedad de covid-19. No es una exageración. Justamente por eso no hay intereses económicos que puedan sobreponerse a invertir en la mejora de nuestras condiciones de vida y salvaguardar nuestra salud. La forma en que vivimos debe cambiar. Entre muchas prioridades, necesitamos revoluciones urbanas para convertir nuestras principales ciudades en espacios más habitables. Nuestra movilidad debe transformarse radicalmente, nuestra forma de trabajar, nuestros espacios de convivencia, nuestra relación con el entorno y el resto de habitantes del planeta. Los costos de no hacer nada de nada simplemente son inaceptables. Así que si alguien que lea esta opinión piensa en la afectación a sus privilegios por el aumento de contingencias, mejor le invito a que se inquiete y se sume para mejorar nuestro medio ambiente y cuidar nuestra vida.

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