El controvertido bateador emergente del presidente

sábado, 15 de agosto de 2020 · 11:03
De héroe a villano… Alfredo Arámburo Nájar, quien en 2019 compró a los Algodoneros de Guasave para devolverle un equipo de beisbol a la ciudad –una promesa de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador–, ahora se encuentra envuelto en un escándalo de corrupción relacionado con una red de compañías factureras. El mandatario ya pintó su raya del empresario. Sin embargo, Arámburo habla en entrevista sobre sus negocios, su papel en la 4T y cómo fue el contacto con el presidente. MAZATLÁN, Sin. (Proceso).– El empresario mazatleco Alfredo Arámburo Nájar, propietario del Grupo GNH, se convirtió en el dueño de los Algodoneros de Guasave luego de que la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) lo obligó a deshacerse de los Generales de Durango, equipo que adquirió mediante un prestanombres, razón por la cual no fue aceptado como socio. Aunque reconoce que cometió un error al haberle pedido al expelotero Miguel Ojeda que simulara ser el dueño de los Generales –club que compró en 28 millones de pesos al campechano Virgilio Ruiz en enero de 2018–, Arámburo refiere que en realidad los hermanos Arellano Hernández, propietarios de los Leones de Yucatán, le metieron el pie para que no lo aceptaran en la LMB. “Yo no era bien visto. Los dueños de los Leones de Yucatán, con quienes trabajé (durante seis años y medio), han sido muy groseros conmigo. Son malas personas y me quisieron desprestigiar. Me difamaron. Me enteré que dijeron: ‘Es él o somos nosotros’. Nunca tuve una respuesta formal de la liga, pero le avisé al presidente (Javier Salinas) que vendería al equipo. Ellos nunca me dieron ni dos minutos en una asamblea para decirme: ‘No te queremos’”, relata Arámburo en una entrevista realizada en enero último en sus oficinas. El nombre de Alfredo Arámburo Nájar volvió a salir a la luz pública el miércoles 5, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador –de gira de trabajo en Culiacán– se deslindó del dueño de los Algodoneros de Guasave que presuntamente está implicado en una red de corrupción y empresas factureras. “Habría que investigar para ver si es cierto. Si es así, pues va a intervenir el SAT (Sistema de Administración Tributaria) y la Fiscalía General de la República.” El mandatario explicó que, como en la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) tenía equipos nones, se necesitaba otra novena para que pudiese entrar Guasave, Los Algodoneros, y “se convenció a los dueños de Sultanes de Monterrey, eso también me tocó hacerlo”. López Obrador insistió en que no tuvo que ver con Arámburo. “Surgió cuando se estaba haciendo la promoción y lo avaló la liga, el presidente de la Liga de Beisbol del Pacífico (Omar Canizales). Lo demás, si se demuestra que cometió algún ilícito, se va a actuar legalmente”.

Prestanombres

Desde sus oficinas, el expropietario de los Generales de Durango explica las razones que lo llevaron a realizar la cuestionada operación. –¿Por qué compró el equipo por medio de un prestanombres? –Yo tenía poco tiempo como empresario (de 2013 a la fecha) y me fue tan bien en tan poco tiempo que era difícil que la gente entendiera que yo tenía la capacidad para comprar un equipo. “La entrada (a la LMB) no fue la óptima, estoy consciente de que molestó. Llegué con eso en contra. Quizá me merecía un castigo o una multa, lo hubiera aceptado. No me gustó cómo me trató el Consejo Directivo ni Salinas, a quien invité a Mazatlán y a Durango para que me conociera. Más bien fue por los Arellano (que no me aceptaron). “Yo era empleado del mayor (Juan José). Érick era ajeno, ni tenía influencia corporativa (en una empresa de consultoría). Renuncié y opté por empezar mi propia historia. Abrí mi propio camino e inmediatamente me empezó a ir bien. Desde hace años no trato con ellos, pero no me quieren y no me dejaron pasar.” –¿Por eso dice que nadie creería cómo es que tiene tanto dinero? –Es que mi crecimiento económico fue exponencial. Las empresas con las que he trabajado son mis padrinos empresarios, son los clientes de GNH Corporativo de Negocios S.A. de C.V. (las iniciales del nombre de su madre, Guadalupe Nájar Huerta), que es mi corporativo, que se compone de varios negocios. “Uno de ellos es el despacho de abogados y contadores con el cual yo me independicé. Se llama FAN Corporativo de Negocios, que son mis iniciales de Freddy Arámburo Nájar. Luego pusimos la Nueva Farmacia, entramos al tema de los hidrocarburos, a una inmobiliaria y constructora. Y todo va funcionando.” Antes de haberle vendido los Generales al empresario queretano Juan Carlos Martínez en diciembre de 2019, Arámburo compró en julio de ese año la franquicia de los Algodoneros de Guasave a la LMP. El club revivió, después de cinco años, por instrucciones del presidente López Obrador. “Cuando no fui aceptado en la LMB por cuestiones que no son deportivas ni económicas, se dio la coyuntura de Guasave. Yo levanté la mano con Omar Canizales y me dejó muy claro que no les urgía vender, que ese año la liga iba a operar el equipo, pero presenté una propuesta formal y en 15 o 20 días ya estaba aprobada”, cuenta. Arámburo dice que firmó un acuerdo de confidencialidad, por ello no puede revelar cuánto le costó el club, pero añade que en la LMP el valor de una franquicia –sin jugadores ni activo alguno– oscila entre 3 y 15 millones de dólares. “Una de las personas que influyó fue (José Antonio) Toñeque Toledo Ortiz (dueño de los Venados de Mazatlán), mi padrino empresarial. Él le dijo a Omar: ‘Yo lo conozco y lo apoyo’. Omar sí me inspiró confianza. Lo invité a mi oficina y le dije: ‘Éste soy yo, a esto me dedico y éstos son los giros de mi empresa’. “Me dijo que la LMP haría sus investigaciones. No pasó una semana cuando me avisó: ‘Tengo buenos comentarios de ti. No sé qué pasó enfrente (en la LMB), pero sí nos interesas’. Votaron en asamblea y me aceptaron. Si no me hubieran aceptado, el tema de los deportes ahí se hubiera acabado para mí.” El 17 de julio de 2019 la LMP presentó a Alfredo Arámburo como el nuevo propietario de Algodoneros de Guasave. En un hecho inédito, el presidente López Obrador operó para que las dos ligas del beisbol mexicano –que históricamente han mantenido una relación tensa– se presten equipos. Pese al enojo de los dueños y directivos de la LMB, Sultanes de Monterrey (cuyo propietario es Francisco González, dueño de Grupo Multimedios) también juega en la LMP desde el año pasado para ayudar al presidente a cumplir con la promesa de regresar a los Algodoneros de Guasave (Proceso 2205). El presidente también comprometió públicamente al dueño de los Diablos Rojos de México, Alfredo Harp Helú, a fin de que aportara 65 millones de pesos para la remodelación del estadio Francisco Carranza Limón. Del presupuesto de la Oficina de la Presidencia para la Promoción y el Desarrollo del Beisbol (Probeis) se destinó un monto igual para el mismo fin. “Eran muchos ingredientes que lo hacían interesante. El reto de operar un equipo de expansión lo tomamos tres meses antes del inicio de la temporada y teníamos la lupa encima porque todo mundo cree que está subsidiado por el gobierno federal. Y para nada”, dice Arámburo.

Relaciones poderosas

El empresario mazatleco forma parte de una comisión de Probeis que existe para que, “como externos al gobierno apoyemos para que los proyectos se ejecuten”. El director de Probeis, el expelotero Édgar González Sabín, también invitó a esa comisión al empresario Francisco González. Arámburo explica que recibió la invitación porque es amigo de González Sabín, a quien conoció en 2009 cuando jugaba con los Venados de Mazatlán. “Él también es amigo de Alejandro Lizárraga, que estaba en Generales de Durango y ahora está en el corporativo. Cuando lo ponen al frente de Probeis, empecé a apoyarlo con cosas de logística. En Durango yo tenía la idea de hacer una escuela de beisbol para que los jugadores pudieran estudiar la prepa y una carrera. Ya no se hizo, pero le gustó la idea.” Por eso, explica el empresario, mediante una adjudicación directa, Probeis le asignó 25 millones de pesos a la empresa Eventos de Occidente Los Generales S.A. de C.V., que fue creada en abril de 2018 para operar equipos deportivos profesionales y semiprofesionales, y cuyos accionistas son GNH Corporativo de Negocios S.A. de C.V., Miguel Ojeda y Fernando Espinosa del Campo, un empresario maderero que junto con Ojeda se apersonó en la LMB para manifestar que él y el expelotero le comprarían a Virgilio Ruiz el club Generales. “Ese dinero no fue para que se lo gastara Generales, fue para apoyar a Probeis porque no tiene una estructura gubernamental para operar. No puede sacar el dinero de la SEP. Le armamos un plan de trabajo para que llevara a cabo la Liga de Prospectos en Guadalajara (en 2019) y otros rubros. “Nos dieron ese dinero en varias ministraciones que para pagar un show case, para llevar a niños a varios estados, se compraron boletos de avión de coaches, se pagó hospedaje, transportación terrestre. Eso le pidió Probeis a Eventos de Occidente y a otras empresas porque no nos damos abasto. Se ejecutaron los eventos y comprobamos el dinero”, detalla Arámburo. –¿Recuerda dónde y cuándo conoció al presidente López Obrador? –Las primeras reuniones fueron cuando él estuvo en Durango. Acompañé al gobernador en una visita que López Obrador hizo ya como presidente. Édgar no fue. Lo he saludado en Palacio Nacional, algo muy informal. –¿Édgar le habló de usted al presidente, le dijo que compró a los Algodoneros? –Sé que le dijo quién compró el equipo. Me ha tocado saludarlo personalmente, no sé si dos o tres veces en Palacio Nacional. No es que me haya dado cita. Ha sido fortuito cuando he estado en la oficina de Édgar. En Guasave, antes de la inauguración de la temporada, en el club house platicamos. No somos íntimos amigos. Conocí a su hijo Jesús, también estaba Francisco González y Canizales. “Recuerdo que me dijo: ‘Ya te dejé la víbora chillando. Ya declaré que Guasave tiene que ser campeón’. Y otra vez que lo vi le dije que me dejó el listón muy alto, si apenas voy llegando a la LMP. Me dijo: ‘¿Qué necesitas? Todo el apoyo para Guasave’. Ha sido muy reiterativo en eso. “Él esta muy pendiente de lo que pasa con Guasave, más de lo que se imagina el público. Le tiene un cariño muy fuerte. Desde que estaba en el PRD ha sido su bastión en Sinaloa.” –¿El apapacho es moral o también económico? –Hasta ahora, moral porque no soy un empresario que dependa del dinero del gobierno federal. –¿Le va a pedir dinero al gobierno federal para operar el equipo? –No lo necesito. Yo llegué para trabajar el proyecto. El presidente ha estado muy al pendiente con el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, quien nos ayudó con (la remodelación) el estadio en 16 semanas. Quirino iba cada semana. En una plática con él, vacilando me dijo: “Oye, ¿quién te recomendó con él? Me habla hasta cuatro veces a la semana para que apoye a Guasave, que apoye al equipo, que cómo van las cosas”. Yo creo que a cualquiera que hubiera comprado a los Algodoneros lo apoyaría igual. Arámburo no quiere dar cifras sobre el costo de operación de los Algodoneros, pero asegura que la temporada 2019-2020 tuvo números negros. “Si mezclamos la compra de activos, pues obvio no. Pero de la taquilla, los patrocinios, la venta de cerveza y de souvenirs, sí nos alcanzó para la temporada”. Dice que el proyecto será “duradero y rentable”, y que estima recuperar su inversión en entre tres y seis años. “Tuvimos a Tecate, patrocinadores locales y regionales, y aunque siempre es complicado persuadirlos, ayudó que es el equipo que prometió el presidente. Tuvimos la gestión del gobernador con la cervecera, a la que le dijo: ‘Es el equipo del presidente, necesitamos apoyar’. En ese aspecto fue fácil, pero difícil a la vez porque vendes un intangible, un proyecto.” –¿Usted se ha convertido en el “cuarto bat” del presidente? –No, ni me gustaría ponerlo en ese contexto. No es adecuado. Quien hubiera comprado el equipo estaría en esta posición. Seguro ha facilitado mucho mi amistad con Édgar, quien constantemente de primera mano le comenta cómo va el equipo. –Si Guasave no fuera rentable, ¿se llevaría el equipo a otra plaza? Por ejemplo, hace años que se menciona a Tijuana en la LMP. –Es muy prematuro. Por mi mente no pasa fracasar, pero estoy expuesto. El equipo generó un flujo de entre 60 y 70 millones de pesos en la primera temporada. Mientras sea rentable no me pasará por la mente moverlo. El 4 de agosto último el portal Animal Político publicó que Operadora de ­Espectáculos Deportivos Guasave (razón social de los Algodoneros) forma parte de la red de empresas de Alfredo Arámburo y sus familiares, algunas de las cuales, como Costa Bella and Sands, están en la lista de 43 firmas factureras que han sido denunciadas por el gobierno federal por defraudación fiscal y lavado. La Procuraduría Fiscal denunció penalmente a esta empresa porque no tiene instalaciones reales ni personal trabajando ni activos, y emite facturas falsas para hacer pasar por reales servicios que no existen. Las factureras inflan tanto esos gastos ficticios que exigen a la Secretaría de Hacienda que les devuelva impuestos, obteniendo así millones de pesos del erario.
Reportaje publicado el 9 de agosto en la edición 2284 de la revista Proceso.

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