Buscan a sus familiares por 20 días en Guanajuato; los cuerpos siempre estuvieron en la FGE
GUANAJUATO, Gto., (apro). - El colectivo “Buscadoras” denunció la actuación negligente de personal de la Fiscalía General de Guanajuato ante la desaparición de dos hombres en Silao, ambos el 19 de julio en distintas circunstancias, pues, aunque ambos fueron buscados por sus familiares durante más de 20 días, sus cuerpos permanecieron en el Servicio Forense de esa instancia sin que nadie les informara.
El colectivo exigió que la Fiscalía “reconozca la crisis forense en la que se encuentra en la entidad”, y pidieron a la Comisión Estatal de Búsqueda que establezca junto con la Fiscalía un plan urgente de identificación y reconocimiento de las personas que se encuentran en los servicios forenses, y que la Procuraduría de Derechos Humanos del Estado inicie una investigación en ambos casos que aclare la posible participación de autoridades (estatales y de Silao) en la desaparición, las omisiones de la autoridad ministerial y la posible colusión de funcionarios de la Fiscalía.
Fernando Israel, uno de los hombres desaparecidos -jefe de circulación de un diario local- presuntamente fue víctima de desaparición forzada por hombres que se ostentaron como agentes ministeriales de la propia Fiscalía, quienes se lo llevaron del exterior de la Comandancia de policía de Silao, frente a su esposa e hija, la tarde de ese domingo 19 de julio.
El hombre había sido detenido en la carretera Silao-Irapuato el viernes 17 por agentes de las Fuerzas de Seguridad Pública del estado cuando conducía su motocicleta desde León a Salamanca, para dirigirse a su casa.
De ahí fue llevado a la comandancia de policía de Silao -conocida como “Pentágono”-, donde fue buscado por familiares a quienes se les negó información.
Cuando acudieron al ministerio público, los policías estatales se contradijeron al explicar la causa por la que el trabajador del diario estatal había sido detenido. El hombre fue presentado con huellas de golpes.
Finalmente, el domingo por la tarde Fernando Israel salió del “Pentágono”. Afuera era esperado por su familia, frente a la cual allí mismo fue privado de su libertad por varios hombres que llegaron en un automóvil Jetta gris y se ostentaron como agentes ministeriales.
Detrás del Jetta gris pasó una patrulla de la Policía Municipal de Silao a la que la familia y testigos pidieron ayuda, pero éstos los ignoraron.
Fue hasta que una persona llamó al 911 cuando esa misma patrulla regresó al lugar y allí, los preventivos le “recomendaron” a los familiares que se fueran; “ya saben lo que pasa”, les dijeron.
Ante la propia Fiscalía se interpuso una denuncia por desaparición forzada de Fernando Israel. Los familiares siguieron acudiendo a la Fiscalía sin que les dieran noticia, además de buscarlo y pedir en redes sociales ayuda para localizarlo.
Fue hasta el 13 de agosto (casi un mes después) cuando fueron avisados por un excompañero de trabajo del propio desaparecido que habían encontrado su cuerpo, aparentemente en Celaya.
Cuando acudieron al Servicio Forense en Celaya pudieron por fin identificarlo. Fernando había sido encontrado en Tarimoro, con huellas de tortura, desde el 20 de julio, un día después de que fue privado de su libertad.
Mientras que Ulises Alberto, un joven de 21 años, salió de casa de su abuela en Silao ese mismo domingo por la noche para comprar la cena, pero ya no regresó.
La madre de Ulises recibió información de un hombre que dijo haber visto cuando su hijo fue privado de su libertad por hombres en un automóvil compacto gris -presuntamente, el mismo vehículo en el que se llevaron a Fernando Israel- esa misma noche.
“Fui a casa de mi mamá y me dicen que mi hijo no llegó en toda la noche. Es raro porque no solía hacerlo. Me fui al Pentágono por si lo habían agarrado los policías; quise entrar, pero no me lo permitieron por la contingencia. El martes fui a levantar la denuncia por desaparición; yo dejé de trabajar para buscarlo”, dijo la mujer a Proceso.
Con el dato proporcionado por el presunto testigo -quien posteriormente dio versiones distintas- el ministerio público realizó un cateo sin resultados.
“Hace una semana me citaron; me dijeron que ya habían hecho el cateo y no encontraron a nadie, que ya no podían hacer nada y mi carpeta de investigación la mandarían a Irapuato”.
Al establecer contacto con la familia de Fernando Israel, el hombre desaparecido el mismo día que su hijo, ésta le aconsejó a la mujer que acudiera al Servicio Médico Forense para preguntar sobre los cuerpos no identificados.
“Pedí que me mostraran fotografías de los cuerpos que tuvieran en el Semefo. Me dijeron que sí me llevarían, y ya en la camioneta uno de los agentes de investigación criminal me mostró fotos que traía en su teléfono celular, de cuando levantan los cuerpos. Era la ropa de mi hijo, eran los tatuajes. Le dije que sí era”, narró la madre de Ulises.
Todavía se llevó un día más para que le entregaran el cuerpo de su hijo, pues no estaba la trabajadora social y no llevaba documentos que le pedían. Tuvo que volver al día siguiente. “Y me dijeron que si el cuerpo de mi hijo ya se estaba descomponiendo no lo podía velar, pero mi hijo ya tenía muchos días en el Semefo y nadie me dijo”.
Apenas el viernes 15 Ulises fue sepultado.
“Como madre pienso que hay muchas cosas por hacer en Semefo porque hay muchos cuerpos sin identificar. Si uno como familiar no anda atrás, atrás, buscando continuamente -dijo la madre de Ulises-. Son casos muy similares, el señor (Fernando) y la señora ya había acudido muchas veces a Semefo y no lo encontraba, no le decía nada. En el ministerio público no nos brindaron la ayuda que realmente necesitábamos”.