López-Gatell denuncia calumnias por supuesta relación con Bloomberg

martes, 1 de septiembre de 2020 · 23:01
CIUDAD DE MÉXICO (apro). – El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, calificó como una “calumnia”, el reiterado argumento de una parte del sector empresarial respecto a una eventual relación entre la Secretaría de Salud con la Fundación Bloomberg Philanthropies, la cual ha patrocinado las campañas sobre la nueva regulación del etiquetado frontal de alimentos y bebidas procesadas. “Este señor Michael Bloomberg es un millonario, sus ganancias las ha hecho a partir de un emporio financiero y de noticias, y hay una consecuencia que resultó calumnia que, en su momento se me hizo a mí, de que me había financiado mis estudios doctorales el señor Bloomberg, lo cual es absurdo”, respondió a pregunta expresa sobre un eventual conflicto de interés, durante la conferencia diaria sobre las cifras de Covid-19 en México. Y siguió: “Resulta que cuando yo estaba haciendo el doctorado, en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Estados Unidos, la Universidad adoptó un financiamiento, un donativo, del señor Bloomberg y es costumbre, en Estados Unidos, cuando alguien dona, le ponen el nombre de la persona a la institución. Yo no tengo la culpa ni tengo ningún beneficio de que, en mi segundo año de doctorado, la escuela donde estudié, ahora se llama, la Escuela Bloomberg de Salud Pública. No tengo ningún beneficio en ese sentido”, resaltó. Además, comentó que Bloomberg tiene una organización filantrópica que financia iniciativas de análisis de políticas públicas y uno de sus temas de interés han sido las políticas para la alimentación saludable. “Efectivamente, el Instituto Nacional de Salud Pública que ha conducido sendos estudios del impacto del impuesto a los refrescos que se puso en 2014, recibió financiamientos no vinculantes, es decir, no hay ningún condicionamiento, para la investigación en esta materia. “Todo esto es absolutamente transparente. Se ha declarado una y otra vez y eso no condiciona en modo alguno a que el actuar del Gobierno de México o específicamente la Secretaría de Salud tenga que complacer a alguien que pudiera tener una coincidencia como la tienen millones de mexicanas y mexicanos, en el sentido de que, la epidemia de obesidad, sobrepeso y diabetes es la causa de la mitad de las muertes en México”, añadió. De ese modo, reiteró que no existe relación entre la Secretaría de Salud y Bloomberg. Por el contrario, consideró que “la industria que ha sido promotora de los distintos conflictos de interés, que ha sometido a los gobiernos tanto estatales como nacionales, de administraciones pasadas, a estas relaciones viciosas”. https://www.proceso.com.mx/646199/senalan-limitaciones-de-los-modelos-matematicos-para-predecir-pandemias
El tristemente célebre “Chécate, Mídete, Muévete”
Recordó que, en el sexenio pasado se creó un organismo que se llamaba Observatorio Mexicano de Enfermedades No Transmisibles (OMENT), el cual era una especie de consejo no asesor y el 65% de la composición de este consejo era la representación de la industria alimentaria, en forma directa o a través de las cámaras empresariales y, obviamente, mantenía el control para que ninguno de estos programas y políticas fuera puesta en marcha. Esto, añadió, “a pesar de que la evidencia científica ya existía, pero no se pusieron en práctica más que esquemas relativamente simples de promoción de la salud, como aquél famoso tristemente célebre: Chécate, Mídete, Muévete. Y ya se vio que invirtieron millones de pesos en esto, es por cierto muy oscura la cantidad de dinero que se invirtió y cómo se utilizó, y no dio resultado. La epidemia ha seguido creciendo”. Por el contrario, criticó que “cuando la industria se vio enfrentada a un gobierno independiente, que no tiene interés en defender las particularidades de las ganancias económicas privadas, sino que cumple con su obligación constitucional y legal de defender, promover y proteger el interés público en materia de salud, quiso contaminar el ambiente con una calumnia”. https://www.proceso.com.mx/646175/mexico-abre-septiembre-con-reporte-de-827-muertes-y-un-total-de-606-mil-contagios
Cuando una segunda prueba sale positiva
En otro asunto, a pregunta expresa sobre qué sucede cuando una persona se hace la prueba después de haber transitado los 14 días o 15 que dura, generalmente, la enfermedad covid-19 y la prueba vuelve a salir positiva, respondió que esto se debe a que, en la mayoría de los casos, fragmentos del material genético del virus permanece por semanas, posiblemente meses, en las vías respiratorias de las personas. “Eso no quiere decir que sean virus activos. No son partículas con capacidad infectante, son restos del material genético, la prueba de PCR que es el estándar de diagnóstico en México y en el mundo, lo que hace es detectar esas secuencias genéticas, esas hebras de material genético Ácido Ribonucleico y seguirá saliendo positivo si la carga viral era muy alta, de inicio, es posible que haya una mayor cantidad de ese residuo”, señaló. En ese sentido, consideró importante que la población sepa que no tiene sentido repetir la prueba porque puede que sea positiva durante varias semanas, lo cual no significa que tengan riesgo de volver a tener la enfermedad o de contagiar a otras personas. “Esto ha resultado en situaciones absurdas en los ámbitos de trabajo que le impiden volver a la persona a trabajar, hasta que la prueba se vuelva negativa. Esto lo hemos explicado, hay un posicionamiento formal de la Secretaría de Salud. La Organización Mundial de la Salud lo ha explicado, basta con diez días para que desaparezca la capacidad contagiante de las personas, quien tiene enfermedad leve, en general, en 14 días se recupera, quien tiene enfermedad grave, en general, entre 15 y 21 días es el tiempo que necesita para recuperarse, quien tiene enfermedad muy grave y estuvo en la terapia intensiva puede necesitar meses de recuperación, de rehabilitación, pero nada tiene que ver con la posibilidad de que el virus permanezca viable”, reiteró. Sobre si es necesaria una educación nutricional más allá de culpar a la industria por la mala alimentación de las personas, López-Gatell asintió, pues es una de las responsabilidades del Sistema Nacional de Salud y existen secciones completas de la Ley General de Salud al respecto. Además, comentó que el artículo cuarto de la Constitución establece el derecho de las personas a una alimentación saludable y, a lo largo de muchas décadas, el gobierno mexicano ha sido omiso, sí, ha sido omiso en desarrollar y poner en práctica programas de orientación nutricional. “Sin embargo, no basta con esto para poder revertir una colosal epidemia de enfermedades crónicas asociadas con la mala alimentación. Hemos explicado muchas veces que la mitad de las muertes en México están relacionadas con la mala nutrición y hemos también explicado en innumerables ocasiones que mala nutrición no es solamente una decisión individual”, agregó. Reconoció que el ambiente alimentario en el país tiene un enorme predominio de los productos ultraprocesados , industriales, que no son alimento porque no tienen una buena calidad nutricional, en cambio son altísimos en contenido energético, azúcares y también sales y grasas, no es suficiente con educar. Por eso, consideró que es una visión relativamente simplista de las empresas el pretender escabullirse de su responsabilidad indicando que es un problema del individuo, multiplicado obviamente por la enorme cantidad de millones de personas que padecen obesidad en México, lo cual provoca que tres cuartas partes de la población mexicana tengan sobrepeso u obesidad. “Entonces, no es solo un asunto del individuo, es lo que llamamos un problema estructural. ¿Qué quiere decir estructural? Que si el ambiente agroalimentario en México está sobresaturado de productos de baja calidad, industrializados, ultraprocesados, incluidas las bebidas azucaradas, los refrescos embotellados, también los pseudojugos, que no son en realidad jugos de fruta, son agua con colorantes y saborizantes artificiales y azúcar añadida, sobre todo fructuosa y eso es sobretodo un motor poderosísimo para la epidemia de la obesidad”, añadió. De ese modo, admitió que sí se va a emprender una campaña de educación nutricional, aunque reconoció que no es el único elemento por resolver. “Se necesita, como lo hemos dicho, una política integral y la estamos poniendo en práctica. No es una aspiración futura. Hoy sí la estamos poniendo en práctica, y hemos dicho con gran orgullo y satisfacción que para lograrse poner en práctica una política que atienda estos elementos estructurales se necesita no tener conflictos de interés, no tener una relación con un beneficio económico, o político o de otro carácter como sí ocurría en diversas administraciones pasadas”, comentó.

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