'Pienso en el final”: extraño viaje bajo una tormenta de nieve

sábado, 5 de septiembre de 2020 · 00:11
MONTERREY, NL (apro).- Si Charlie Kaufman mete la mano, lo que se ve en pantalla no se le parece a nada. El genio del guión escribe y dirige este alucinante día surrealista de una pareja de jóvenes desapasionados, quienes emprenden un viaje en auto bajo una intensa tormenta de nieve, para que ella conozca a los padres de él, en una solariega casona en el campo. En el trayecto cada uno vive sus propias introspecciones. Ella tiene una intensa vida interior y él vive atormentado y con baja autoestima por causas que no se conocen. Al llegar al destino, todo se sale de control, pero no por el comportamiento deschavetado de alguien, sino por un desconcertante desorden del tiempo y el espacio, que trastornan constantemente las situaciones que pasan en esa casa, dentro de la cual se vive en una dimensión extraña. Lo que se ve en ‘Pienso en el final’ (I’m thinking of ending, 2020) es como el ingreso a un tobogán de insanidad que demanda total atención y que es difícil de explicar. Estrenada en Netflix, la cinta repasa una serie de acontecimientos evidentemente alucinatorios, que parecen ser una alteración de conciencia de alguien, aparentemente de él, Jake (Jesse Plemmonds), que es acompañado en toda la travesía por una chica sin nombre, supuestamente su novia (Jessie Buckely). Aunque se presenta como una cinta de terror psicológico, la película más bien parece un rompecabezas de un universo paralelo, en el que habitan personajes y situaciones emergidos de la mente retorcida y brillante de Peter Greenaway y David Lynch, con un toque de Stephen King y envuelto por la narrativa enigmática, deslumbrante y frecuentemente abstrusa de Kaufman. La historia se segmenta. El viaje en auto, en ida y vuelta, da la oportunidad para que los personajes reflexionen, divaguen y expresen de una forma poética lo que piensan que es el ser y lo que es el deber ser. Pero la larga e inquietante escena en la casa es un reto exhaustivo sobre el orden en el que se desarrollan los acontecimientos. Lo que parece una cómica cena de locos, con Toni Collette y David Thewlis (geniales) como volubles anfitriones, se torna una pesadillesca velada, en la que todos los personajes se transforman en seres de inexplicable ubicuidad y con habilidades para desplazarse entre épocas, mientras ella, insegura de su raciocinio, observa una danza de hechos que no atina a explicar. Aunque ella es la que parece habitar en un espacio de la realidad que se deforma, como los sueños de dimensiones grotescas, no queda claro si es ella la que es pensada o si todas las visiones de pesadilla se fraguan en su psique torcida. Al final, en la escena de la escuela, ingresan aún más elementos que le agregan caos a la progresión dramática, buscando un final que parece absurdo, pero que puede ser una recompensa para sueños que alguna vez pudieron ser y que se materializan, tristemente, en soledad. Pero simultáneamente puede ser una celebración en la que parece haber decenas de invitados que han sido afectados de una extraña manera por el tiempo. ‘Pienso en el final’ es una cinta que necesita una segunda lectura y explicación, aunque es, por demencial, altamente disfrutable.

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