A causa de la sentencia del Tribunal Electoral, Morena tendrá que elegir a sus dirigentes contra sus propios estatutos el 10 y el 11 de octubre. A decir de magistrados del propio tribunal y de comentaristas políticos, ese es el resultado de una serie de resoluciones contradictorias, parciales y aun violatorias del reglamento interno de la instancia judicial, emitidas por un bloque mayoritario con clara tendencia a favorecer a un grupo del partido en el poder.
Seis meses y una veintena de sentencias le bastaron al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para anular los candados establecidos por Morena desde su fundación para regir su vida interna, elegir dirigentes y garantizar derechos a sus militantes.
El resultado: hoy está en curso un proceso de relevo de dirigentes sin padrón, con encuesta abierta a quienes se digan militantes o simpatizantes. Para aspirar al máximo cargo en el partido no será necesario haber sido integrante del Consejo Nacional: tal como lo propuso el diputado federal Mario Delgado Carrillo, principal beneficiario de las sentencias del TEPJF. Y la puntilla: los resultados dependen de tres encuestadoras privadas.
Esas medidas no se contemplan en el estatuto de Morena, pero Delgado sólo litigó una vez ante la Sala Superior y logró revocar una amonestación pública en su contra por presunta promoción personalizada, denunciada hace un año.