Las becas 2019: más de lo mismo y todavía peor

lunes, 21 de octubre de 2019 · 13:46
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El contundente poder que tienen los artistas en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se evidenció el lunes 14, al publicarse los resultados de la primera edición del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) bajo la Cuarta Transformación. Ajeno a las políticas de austeridad, transparencia y legalidad que promueve AMLO, el Sistema, en el contexto de las artes visuales, mantiene los mismos vicios que lo han caracterizado desde 1993 cuando fue creado por el presidente Carlos Salinas de Gortari para cooptar, controlar y debilitar la inteligencia intelectual y artística descontenta por su triunfo electoral. Con una estrategia exitosa que se basó en el otorgamiento de estímulos económicos definidos erróneamente como becas, Salinas convirtió a los artistas en burócratas miedosos que parecen incapaces de crear si no tienen la beca. Privilegiados por encima de otros profesionales, los artistas seleccionados en el SNCA reciben cada mes 15 salarios mínimos en periodos de tres años, que pueden repetirse infinitamente dejando de aplicar sólo durante un año. En la actualidad, con el incremento del salario mínimo, los becados del Sistema reciben alrededor de 35 mil pesos mensuales sin carga fiscal ni necesidad de aportaciones previas: ¿Qué otra profesión tiene estos beneficios? En el otorgamiento del estímulo tampoco se considera la cotización de los autores, el estado de su mercado ni si tienen compromisos laborales de tiempo completo en instituciones gubernamentales o académicas. Una vez seleccionados, la beca se les otorga mensualmente aunque gocen de un mercado exitoso, y como el programa está dirigido a creadores de trayectoria media, la cotización de sus obras puede rebasar los 200 mil o 500 mil pesos. En la selección de los beneficiados sólo se toma en cuenta el proyecto presentado sin evaluar su situación laboral y socioeconómica. Inclusive, no se les solicita por lo menos una constancia fiscal que registre sus ingresos y ventas. La edición 2019 del SNCA no es diferente de las anteriores. Dividida en seis rubros que corresponden a escultura, fotografía, gráfica, medios alternativos, narrativa gráfica y pintura, la sección de artes visuales es como siempre la más abundante con 78 beneficiados, a diferencia de 40 que tiene la sección de letras. Como en todas las ediciones, hay autorías que se repiten desde 1993. Seleccionado únicamente por un jurado –Héctor Velázquez– ya que los otros dos miembros manifestaron vínculos laborales y profesionales –Manuel Marín y Manuel Cocho, respectivamente–, el pintor y en los últimos años escultor Alberto Castro Leñero fue seleccionado en el rubro de escultura, sin tomar en cuenta que el artista ya ha sido beneficiado en seis ocasiones anteriores con el estímulo (1993, 1997, 2002, 2006, 2010, 2014). Cuando termine esta edición en 2022, Alberto Castro habrá gozado de 21 años o 252 meses con una beca de 15 salarios, que en la cotización actual suman lo correspondiente a 8 millones 820 mil pesos. Otra decisión cuestionable se presentó en el rubro de pintura. Con base en el Código de ética y procedimientos del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes –instancia que opera el SNCA–, los miembros del jurado tienen la obligación de firmar una Declaración de vínculo(s)/Conflicto de interés, y los miembros del jurado deben abstenerse de “conocer y evaluar la postulación con la que se generó el vínculo”. Publicadas en línea, en el rubro de pintura, si bien pueden leerse las declaraciones de Alejandra Alarcón, Franco Aceves, Bertha Kolteniuk y Raúl Herrera, falta la de Daniel Lezama, quien puede tener vínculos con algunos seleccionados. Este texto se publicó el 20 de octubre de 2019 en la edición 2242 de la revista Proceso

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