Museo José Guadalupe Posada desde el confinamiento

jueves, 30 de abril de 2020 · 09:49
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ahora que estamos en confinamiento, es una oportunidad para conocer el Museo José Guadalupe Posada vía facebook. A través de una cordial y clara visita guiada, entramos al recinto de Aguascalientes. El edificio, que data de 1850, fue casa rural del Templo del Encino. En 1972 fue remodelado para exhibir las obras del inmenso artista gráfico, y en 1997 quedó renovado estupendamente gracias al trabajo de los museógrafos José Fonseca y José Luis Quiroz. Posada nació en Aguascalientes el 2 de febrero de 1852 y murió a los 60 años en la Ciudad de México (1913). Considerado como uno de los mejores ilustradores de la vida mexicana, este museo le hace justicia y además lo mantiene vigente, gracias a los talleres de grabado y litografía que se imparten con especial interés. Cuenta con una sala de exposiciones temporales donde se ha presentado trabajo de artistas como Luis López Loza, Juan Soriano, Manuel Felguérez, por ejemplo. El patio central está adaptado para muestras de escultura, donde han expuesto Ismael Guardado, Luis López Loza, Alberto Castro Leñero, entre otros. Los biógrafos del grabador señalan que su familiaridad con el dibujo proviene de su infancia, cuando era ayudante en decoración en el taller de alfarería de su tío Manuel Posada. Con la ayuda a su hermano Cirilo, se encargaba de entretener a los niños copiando estampas religiosas o los dibujos del dorso de las barajas. Se reconoce su vocación y facilidad. En 1868, cuando tenía 16 años, ingresó al taller del maestro José Trinidad Pedroza iniciándose en la litografía y en las planchas de metal y madera. En esa época era uno de las mejores imprentas del país, pues utilizaba la tipografía romántica y excelentes estampados. También fungía como centro de reunión para discutir problemas políticos y culturales, ya que Pedroza estaba ligado al movimiento reformista. Después de varios años, Posada se separó de la sociedad con Pedroza y se quedó a cargo del Taller en León, Guanajuato. Después llegó a la Ciudad de México donde trabajó con Irineo Paz, escritor y editor, con el que lo ligaba una antigua relación. Su trayectoria es prolífica y brillante, y sin duda su trabajo iconográfico late en la producción gráfica actual de nuestro país. * * * El recorrido por el que nos lleva el video es realización del grabador y coordinador del museo Carlos Castañeda, quien explica a los visitantes antes de iniciarlo la práctica de las técnicas utilizadas, a manera de introducción, como son: el grabado al buril, al ácido, la litografía y xilografía. También se imprime una imagen de la célebre Catrina como culminación del proceso. La exposición propiamente dicha comienza con un video de animación, obra de Cecilio Vargas, donde se muestra el proceso gráfico de manera divertida y ágil. Las salas están divididas por temas como la Revolución y la Independencia, que ofrecen un marco histórico. Considerado como un ilustrador y caricaturista de corte costumbrista y folclórico, se reconoce sin duda el activismo gráfico de Posada, siendo un crítico político relevante. Buena parte de los mexicanos conocen a José Guadalupe Posada por las ilustraciones de calacas o calaveras que se han vuelto irónicas en el imaginario mexicano. El museo ha reunido objetos como volantes y cuadernillos, y exhibe entre 200 placas y 200 estampas. Es una invitación al universo de José Guadalupe Posada, quien estará esperándonos en Aguascalientes desde nuestra casa: https://www.facebook.com/InstitutoCulturaldeAguascalientes/videos/250976629405761/   * * * El escritor Carlos Pellicer escribió para el grabador, en mayo de 1963, un largo poema, “Palabra y música en Honor de Posada”, del cual entresacamos estos versos:   Y el pueblo se reía de tanta risa que en las calaveras veía, escurridizo, noche y día.   Y entre la risa y el llanto Posada al pueblo miró, Con su buril acusó con vivo y terrible encanto.   Con los Flores Magón y Cananea el pueblo pobre levantó la vista y gritó en la ciudad como en la aldea.   Ahora que como pluma siempre pobre pongo palabras como rayas duras sobre papel, en la Plancha de acero, en la de cobre, en una más de oro, yo, quisiera, buen Posada dejar tu nombre y silenciosamente, disfrutar de tu risa y de tu llanto más allá de la sombra de mi frente.   México está contigo, con tu gente. Te recomendamos: 50 años de trayectoria de Nunik Sauret

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