Rodin, el súper estrella

viernes, 17 de marzo de 2017 · 16:00
PARÍS (apro).- Apenas un centenar de personas asistieron al sepelio de Auguste Rodin el 24 de noviembre de 1917. Lo atestigua una foto color sepia tomada en el parque de una de las dos residencias del escultor, la casa Les Brillants de Meudon, en las afueras de Paris. El cliché un tanto borroso permite imaginar una mañana fría. La neblina envuelve la escena. Una pequeña asistencia dibuja un círculo alrededor de la escultura monumental de El Pensador a los pies del cual reposa el ataúd de Rodin. Tan siniestra era la atmósfera a finales de 1917 --la guerra de trincheras entre Francia y Alemania se había convertido en auténtica carnicería-- que Georges Clémenceau, flamante jefe de gobierno, quien asumió el poder el 16 de noviembre en víspera del fallecimiento de Rodin, renunció a organizar funerales nacionales para el inmenso artista. Impresiona el contraste entre la « partida » discreta, casi secreta de Rodin y la multitud de eventos culturales que conmemoran los 100 años de su muerte tanto en Francia como a nivel mundial. El Museo Rodin, albergado por el Hotel Biron, mansión del siglo XVIII y residencia parisina del artista, inicia los homenajes con la muestra Kiefer-Rodin, un diálogo entre el escultor y Anselm Kiefer, uno de los mayores artistas alemanes vivos. Por su lado, el Grand Palais acoge La Muestra del Centenario que presenta esculturas emblemáticas de Rodin rodeadas por obras de artistas e distintas generaciones, desde sus contemporáneos hasta escultores del siglo XXI, inspirados todos por el aliento innovador del Maestro. Larga es la lista, que va de Pablo Picasso a Annette Messager pasando por Alberto Giacometti, Gustav Klimt, Henri Matisse, Ossip Zadkine, Wilhelm Lehmbruck, Georg Baselitz, Germaine Richier, entre muchos otros. Varias ciudades francesas se aprestan a inaugurar sus propias exposiciones del centenario. Entre ellas destaca la ciudad norteña de Calais cuya complicidad con Rodin se remonta a 1895, año de la instalación oficial de la escultura monumental Los Burgueses de Calais en el mero corazón de la ciudad frente al ayuntamiento y a su famoso campanario. A nivel internacional Bremen en Alemania, Adelaide en Australia, San Francisco, Nueva York, Filadelfia así como Buenos Aires y Abiyan en Costa de Marfil, para citar solamente algunas, también tienen programadas importantes muestras conmemorativas. La página web rodin100.org, creada especialmente para ese año de homenaje a Rodin, publica un planisferio en el que están señaladas todas las celebraciones organizadas en el mundo. A Catherine Chevillot, directora del Museo Rodin, no le cabe la alegría: “Mientras más pasa el tiempo más crece el aura de Rodin. Su obra está presente en un centenar de museos públicos y privados de los cinco continentes. El Hotel Biron acoge a 600 mil visitantes por año, pero gracias a las exposiciones que organizamos fuera de Francia un millón de personas más descubren el genio del artista. Nos conmueve profundamente el entusiasmo que Rodin despierta en China, Japón, África, sin hablar de América Latina. En todas partes se celebra su universalidad y su audacia. Rodin es el enlace entre el arte clásico y el arte moderno. Sus contemporáneos ya intuían ese legado y decían que él había ‘devuelto la vida a la escultura’”. El próximo 26 de marzo se inaugurara en Nogent-sur-Seine el Museo Camille Claudel, dedicado a esa gran escultora que fue discípula, colaboradora, musa y amante de Rodin. La relación pasional y atormentada de los dos artistas --que duró diez años, enriqueció la creación de ambos y llevó a Camille al manicomio-- inspiró escritores y cineastas. Después de Camille Claudel , realizada en 1998 por Bruno Nuytten, con Isabelle Adjani y Gérard Depardieu en los papeles estelares, siguió en 2013 Camille Claudel 1915, de Bruno Dumont protagonizada por Juliette Binoche y el próximo 24 de mayo se estrenará Rodin del realizador Jacques Doillon, con el talentoso Vincent Lindon en el papel de Rodin. Por si faltara algo, se estrenarán también tres documentales sobre el escultor. Los críticos de arte esperan con ansia especial Rodin como herencia de Augusto Zanovello, cineasta de origen brasileño autor de películas de animación, que radica y trabaja en Francia. Los amantes de las bellas artes no son los únicos concernidos por el centenario de la muerte del padre de la escultura moderna. También lo son los numismáticos. La Monnaie de Paris, institución monetaria de Francia, emitió a finales de 2016 una moneda conmemorativa de Rodin de dos euros que así describe: “La moneda muestra una composición formada por una imagen de perfil del busto del artista Auguste Rodin, acompañada por su obra más importante: El Pensador, escultura que nos muestra a un hombre meditando con la mano bajo la barbilla. Ambas figuras trabajadas de forma que reproducen la de una piedra labrada. Abajo a la derecha, en una línea arqueada aparece inscrita en un formato que imita la letra de la firma del artista la leyenda conmemorativa ‘A. RODIN’ y los años de la conmemoración 1917-2017”. Sin un sesudo coloquio internacional sobre el padre de la escultura moderna, Francia no sería Francia. El simposio tendrá lugar los próximos 22 y 23 de marzo. Su título es atractivo: Rodin, La onda de choque y su programa ambicioso: arrojar una luz novedosa sobre la recepción y la influencia del escultor en el mundo. Veinte expertos y artistas oriundos de Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Gran Bretaña, Suecia, Croacia, Estados Unidos, Finlandia, Rusia y Polonia animarán los debates. Sin restarle importancia al encuentro al que participa Véronique Mattiussi, curadora de la exposición Kiefer-Rodin confía a la corresponsal: “Rodin no defiende una idea, sino una emoción. Su obra ‘habla’ a la mirada. Trata de la alegría, del éxtasis o de la desesperanza a través de la textura y el modelado. “No se necesita haber leído La Divina Comedia de Dante para sentirse trastornado por su trágica representación del personaje de Ugolin arrastrándose sobre sus hijos que el destino lo condena a devorar...”.

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