Campaña presidencial francesa: el suspenso absoluto
PARÍS (apro).- “Esta campaña electoral es de una extrañeza sin límite”, clama en su edición del 14 de abril un editorialista La Croix, diario católico respetado por la agudeza de sus análisis y la moderación de su tono.
“Inédita y desconcertante desde su inicio, esta campaña seguirá siéndolo hasta el final”, constata el mismo día un colega suyo del vespertino Le Monde, periódico de referencia en Francia, mientras que el director del matutino Libération habla de “una campaña electoral que no se parece a ninguna otra”.
Todos los editorialistas de la prensa gala confiesan lo mismo: llevan semanas de migraña crónica. Los analistas de las principales empresas de encuestas se quejan de lo mismo, para no hablar de los politólogos y sociólogos que están a punto de botar la toalla.
A sólo ocho días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas el panorama es más confuso que nunca.
Hasta principios de marzo Marine Le Pen, lideresa del ultraderechista Frente Nacional, y Emmanuel Macron, exministro de Economía de François Hollande que renunció a su puesto el año pasado para para crear su propio movimiento político, En Marche, de corte social-liberal, encabezaban la carrera para llegar al Palacio del Eliseo dejando atrás a sus contrincantes.
Hoy son cuatro los candidatos que pueden aspirar a participar en la segunda vuelta de los comicios presidenciales.
Por un lado, lejos de derrumbarse, François Fillon da señales de una posible resurrección. Exprimer ministro de Nicolas Sarkozy e integrante de la corriente más derechista deLos Republicanos, Fillon pretendía encarnar la ética, la probidad y los valores cristianos antes de que salieran a la luz pública los escándalos de corrupción por los que la justicia gala lo está investigando.
Líderes de las demás corrientes de Los Republicanos intentaron convencerlo de renunciar a su ambición presidencial. En vano. Fillon se aferró a su candidatura, trago culebras durante un mes y hoy está a punto alcanzar a Le Pen y Macron.
Jean-Luc Mélenchon es quien genera la segunda sorpresa. El exsenador socialista y actual diputado europeo lidera La France Insoumise (Francia Insumisa), movimiento político que fundó en febrero del año pasado. Mélenchon se ubica a sí mismo “a la izquierda de la izquierda”. Cabalgaba muy detrás de Le Pen y Macron, pero hoy tiene el viento a su favor.
Es por lo menos lo que revelan una serie de sondeos de opinión, y en particular el más reciente realizado los días 12 y 13 de abril.
A principios de marzo, Marine Le Pen atraía a 27% de los electores sondeados y Macron a 25%, mientras que Fillon juntaba 17.5% de las intenciones de votos y Mélenchon a 11.5%. Hoy Le Pen y Macron bajaron ambos a 22% de las intenciones de votos, mientras que Fillon subió a 19% y Mélenchon a 20%.
Tan espectacular es el repentino éxito de Mélenchon --sus mítines son concurridos y gusta a mucha gente su manera de hablar sin pelos en la lengua durante los debates televisivos-- que se multiplican los escenarios más extraños para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que se celebrara el próximo 7 de mayo.
Compiten con la hipótesis de un duelo Macron-Le Pen que se vislumbraba como ineludible hace un mes, la de un duelo Fillon-Le Pen y, más surrealista aún, la de un duelo Le Pen-Mélenchon.
Esa última eventualidad inquieta tanto a François Hollande que el presidente saliente acaba de renunciar a su decisión de no intervenir en la campaña electoral. Ahora Hollande denuncia diariamente y con fuerza el “peligro populista de izquierda” que encarna Mélenchon, sin jamás mencionar al candidato de La France Insoumisepor su nombre.
Al igual que Le Pen, Mélenchon aboga a favor de la salida de Francia de la Unión Europea, y como ella afirma su intención de recurrir a frecuentes referéndums para “involucrar al pueblo” en la toma de decisiones políticas importantes.
¿Qué duelo saldrá de las urnas en la primera vuelta de los comicios presidenciales? ¿Le Pen-Macron? ¿Fillon-LePen? ¿Macron–Fillon? ¿Macron-Mélenchon? ¿Mélenchon-Fillon?...
Nadie se atreve a hacer pronósticos.
Nubla aún más el paisaje la indecisión de 34% de los electores que afirman a la vez su firme intención de votar y sus vacilaciones entre varios candidatos, según un sondeo de opinión publicado el 14 de abril.
Los más titubeantes son los electores de izquierda: 43% de ellos dudan entre votar por Emmanuel Macron, Benoît Hamon o Jean-Luc Mélénchon. Una eventual dispersión de sufragios entre los tres es peligrosa para Macron y Mélenchon. Benoit Hamon, candidato del Partido Socialista, ya quedó prácticamente eliminado de la carrera.
En cambio Marine Le Pen cuenta con una base electoral sólida y fiel, 87% de los franceses de extrema derecha la apoya desde que lanzó su campaña, mientras que François Fillon tendrá que atraer a 16% del electorado potencial de Emmanuel Macron, que vacila entre el Partido Republicano y En Marche, y a 6% de los votantes de derecha que todavía vacilan ente el exprimer ministro y Marine Le Pen.
Otra gran incógnita: la tasa de abstención. La mayoría de las empresas de sondeos de opinión habla de 30% del electorado.
¿Son fiables todos estos sondeos?
Desde el Brexit (voto británico a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea) y la elección de Donald Trump en Estados Unidos, todo el mundo asegura desconfiar de ellos, pero nadie acepta prescindir de estas frágiles brújulas.
El primer suspenso se despejará por la noche del domingo 23 de abril.