Greenpeace y la UNAM presentan diagnóstico sobre arrecifes en el Caribe

viernes, 24 de noviembre de 2017 · 18:10
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Tras una expedición a bordo del Rainbow Warrior, de Greenpeace, en la que se pudo evaluar el estado de salud de los arrecifes del litoral nacional, entre ellos los del Caribe mexicano, se dio a conocer que urgen acciones para recuperarlos y evitar que se incrementen las amenazas contra esos ecosistemas. El responsable de las campañas de Océanos de Greenpeace, Miguel Rivas Soto, destacó que, de los 15 arrecifes estudiados, tres de ellos se encuentran en estado crítico, dos fueron catalogados como en mal estado, cuatro en regular, cinco bien y sólo uno en muy buen estado, según el índice propuesto por la Iniciativa Arrecifes Saludables.

Estado de conservación de los arrecifes de coral de la Península de Yucatán by Revista Proceso on Scribd

Esta investigación se hizo de manera conjunta entre Greenpeace y el Laboratorio de Biodiversidad Arrecifal y Conservación (BARCO), de la Unidad Académica de sistemas Arrecifales de la UNAM, quienes encontraron que el calentamiento global, el desarrollo turístico, la sobrepesca y la proliferación de macroalgas son las principales amenazas para estos ecosistemas, por lo que urgen mayores esfuerzos gubernamentales para su protección. Lorenzo Álvarez-Filip, investigador principal de BARCO, alertó que “una de las causas del aumento de macroalgas está asociada a la explosiva dinámica del turismo, principalmente de la porción norte del estado de Quintana Roo, debido a que las aguas residuales no están siendo tratadas adecuadamente, y el alto contenido de contaminantes y nutrientes que llega al mar favorecen la proliferación de algas que actualmente tienen sometidos a los arrecifes a una alta presión para su supervivencia”. Los arrecifes de coral ocupan 1% del total de los océanos, pero albergan cientos de miles de especies, lo que representa casi 25% de todas las especies de peces marinos conocidos hasta ahora. Igual se estima que cerca de 10% de la producción mundial de proteína para la alimentación humana se obtiene de estos ecosistemas, aparte de que protegen las costas de tormentas, huracanes y la erosión que tanto daño hace a las playas del Caribe mexicano.

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