No copie y no pegue

sábado, 24 de agosto de 2019 · 10:00
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- “Internet, no te mueras nunca”, es una frase que aparece con frecuencia cada vez que un usuario de la red comparte un buen chiste o meme. No es seguro que este deseo se cumpla en cuanto al humor se refiere. En cambio, el “copia y pega en tu muro” para compartir alertas falsas parece tener garantizada la vida eterna. Aunque parecieran extinguidas, las advertencias de que su red social favorita va a cambiar de repente en una medianoche sus cláusulas, ya sea para cobrar por sus servicios o para apoderarse de sus fotos, suelen reaparecer y viralizarse como si nunca antes nadie las hubiera leído o compartido. Su fórmula es claramente identificable. De repente aparece en un post larguísimo de amigos que rara vez publican más de un párrafo en sus actualizaciones de estado. Las frases suelen empezar o alternarse con letras mayúsculas para llamar la atención y sensibilizar sobre la “gravedad” del asunto. Para conferirle credibilidad a la “alerta”, se cita que la “información” ya se dio en algún medio de comunicación tradicional, aunque nadie la haya visto. En algún momento se citan normas como el Estatuto de Roma o la Convención de Berna como argumentos de autoridad para defenderse del probable “abuso” que cometerán los dueños de la red social. Luego se pide reproducir una especie de proclama presuntamente legal, que más bien parece un mantra, en el que el usuario, como si jurara con la mano frente a una Biblia, declara solemnemente: “Yo no doy a la red fulana o entidad asociada permiso para usar mis fotografías o cualquier otro contenido mío porque el contenido de este perfil es privado”. Y la frase que nunca puede faltar: “no cuesta nada copiar y pegar, más vale prevenir”. Aunque son casi tan antiguos como la existencia misma del internet, este tipo de engaños no tienen un nombre claramente identificable en el español de México. En inglés se les llama “hoax”, que en España traducen como bulo, pero esta palabra no es de un uso tan común como “meme”. En todo caso, recuerdan más bien a las antiguas cadenas que consistían en una carta en sobre cerrado, a veces con una moneda pegada, que contenía advertencias de que algo catastrófico ocurriría si el destinatario no reenviaba el mismo texto a otros 20 o 25 destinatarios. Un matemático, Daniel W. VanArsdale, se ha dedicado a recopilar una amplia bibliografía y hemerografía para documentar, al menos en Estados Unidos, la historia de las cartas- cadena que se reproducen mediante ese esquema piramidal. Lo curioso es que la persistencia de esta conducta –motivada por supersticiones y pensamiento mágico– no está desligada del avance tecnológico: la invención del papel carbón, la fotocopiadora y, por supuesto, más contemporáneamente, la computadora, renuevan su vigencia. Por eso no extraña que amigos a los que suponemos juiciosos, e, incluso, profesionales que sabrían distinguir una noticia falsa de una auténtica, han caído en la trampa de copiar y pegar “por si las dudas”. Y el más reciente ejemplo lo tuvimos la semana anterior con celebridades –muestra de que la fama no necesariamente es garantía de inteligencia– que le dieron visibilidad al más reciente “hoax” de Instagram. https://www.instagram.com/p/B1Z8l28nzA8/ Julia Roberts, Judd Apatow, Usher, Taraji P. Henson, Tom Holland y el secretario de Energía estadunidense, Rick Perry, reprodujeron recientemente en sus cuentas un no tan nuevo mensaje en el sentido de que todo lo que se publique en Instagram “será público”, incluidas las publicaciones borradas, con el riesgo de que puedan usarse hasta en procesos legales contra el propio usuario. Para evitar este peligro, basta con copiar y pegar la declaración solemne de que no se le da “permiso” a Instagram para usar las fotos y contenidos… que ellos mismos pusieron en Instagram. El sitio Snopes, especializado en desmontar mitos de la red, no ubica un origen preciso de este tipo de cadenas, aunque sí la considera  parecida a un talismán más antiguo: uno que desde principios de siglo hacía creer a quienes descargaban música ilegalmente o cometían cualquier delito cibernético que estarían a salvo si invocaban el código 431.322.12 de una “ley de Privacidad de Internet” falsamente atribuida a Bill Clinton. Como bien recomendaba Snopes: la mejor forma de protegerse de que lo castigue la ley… es no violar la ley. Muy pocos se habrán enterado de que esta misma semana Facebook anunció una herramienta mediante la cual el usuario sabrá qué datos se comparten con aplicaciones de terceros, que incluye la posibilidad de negar por completo el acceso a éstos, aun cuando esto afecte su modelo de negocios. Este tipo de información Facebook la da a conocer en una sección de Noticias que, por supuesto, ningún usuario lee. Si de veras quiere que se dé a conocer y que la gente la utilice, se me ocurre una idea: que Mark Zuckerberg ponga la información en su estado de Facebook y que le pida a la gente que la copie y pegue. Digo, sólo por si las dudas.

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