Síndrome de Asperger

Se conmemora el Día Internacional del Síndrome de Asperger: ¿qué es y cómo afecta?

Es un trastorno en el que el cerebro de la persona funciona de manera diferente al habitual, especialmente al comunicarse e interactuar socialmente o adaptarse a las actividades cotidianas.
viernes, 18 de febrero de 2022 · 19:11

CIUDAD DE MÉXICO (apro). – El Día del Internacional del Síndrome de Asperger se conmemora cada 18 de febrero, desde 2007, debido a que ese día nació Hans Asperger (1906-1980), el psiquiatra austriaco que describió el trastorno.

En 1994 el término “Asperger” fue incluido en la cuarta edición del Manual Estadístico de Diagnóstico de Trastornos Mentales (DMS-IV), pero después lo incluyeron en los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA), que afecta el neurodesarrollo, de acuerdo con la página de internet austismo.org.es.

En Argentina, la primera vez que se conmemoró este día fue en el año 2020, después de que el Congreso de la Nación lo instituyera mediante la Ley 27.517 (2), la cual establece el compromiso de realizar actividades y campañas para visualizar al trastorno y promover la acción política para la reivindicación y promoción del ejercicio de las personas con Síndrome de Asperger y a sus familias.

¿Qué es el Asperger?

Es un trastorno en el que el cerebro de la persona funciona de manera diferente al habitual, especialmente al comunicarse e interactuar socialmente o adaptarse a las actividades cotidianas.

Comparte las características del autismo, en el sentido de que, en ambos casos, las personas que los padecen tienen problemas en la comunicación social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento, pero tienen un fluido lenguaje y una capacidad intelectual superior a la media de la población.

¿Cómo se comunican?

Las personas con este síndrome tienen dificultades para entender la comunicación no verbal como los gestos, las expresiones faciales o los tonos de voz, pero pueden hablar por mucho tiempo de sus temas de interés, con dificultad de saber cuándo deben terminar una conversación.

Se les conflictúa elegir temas para “hablar solo por hablar” de algo o tener una conversación social con otras personas, pues son muy literales, ya que comprenden el lenguaje según el significado exacto de las palabras. No comprenden bromas, chistes, metáforas o sarcasmos.

Verbalmente se expresan de manera correcta, pero en muchas ocasiones usan el lenguaje de manera muy formal, precisa, técnica o pedante.

¿Cómo se relacionan?

No saben reconocer reglas “no escritas”, por lo que a veces se comportan de manera inadecuada.

Quisieran relacionarse con las demás personas, pero no saben cómo hacerlo, por lo que a veces pasan mucho tiempo a solas.

Se les dificulta manejarse en situaciones donde deben interactuar con muchas personas a la vez, lo que se interpreta como que no quieren relacionarse o involucrarse con un grupo.

Parece que no expresan emociones ni toman en cuenta a los demás, pero la realidad es que se les complica identificar, de manera intuitiva, los sentimientos de las demás personas.

No pueden expresar sus emociones de manera convencional, lo cual se interpreta como que actúan fuera de lugar.

¿Cómo piensan?

Su pensamiento es rígido y concreto, lo cual les ayuda en actividades que requieren atención a detalles y repetición de patrones, pero se les dificultan tareas que requieren flexibilidad o búsqueda de alternativas para resolver problemas.

Son fieles a las rutinas que siguen de manera rígida y repetitiva porque les proporcionan seguridad y pautas de actuación, aunque limitan su comportamiento en cuanto a la adaptación de los cambios, situaciones novedosas o poco previsibles.

Sus intereses son muy concretos y específicos sobre los que acumulan mucha información y dedican mucho tiempo, convirtiendo los temas en su principal fuente de conversación y dedicación.

Pueden ser extremadamente sensibles a algunos estímulos del ambiente y pueden ser hasta dolorosos como los ruidos, las luces, los olores y los sabores.

¿Cómo ayudarlos?

Informándose sobre el Síndrome de Asperger, intentar empatizar con esa persona, interesarse en sus gustos, comprender sus puntos débiles o fuertes y las cosas que les suelen importar.

Tratar de ser lo más explícito posible con las personas que padecen este trastorno porque algunos de los conceptos más obvios pueden ser complejos para ellos, en cuanto a las relaciones sociales.

Comprender su forma rígida y sus rutinas porque son elementos importantes que les dan seguridad. Pueden ser más flexibles con ayuda y comprensión.

Además, se les puede preguntar cómo les gustaría ser apoyados, pues ellos, más que nadie, saben cuáles son sus puntos fuertes o débiles y cómo prefieren ser auxiliados.

 

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