Marte
AnomalÃas de gravedad avalan un antiguo océano en Marte
Las anomalÃas de la gravedad son áreas de fuerza gravitacional mayor o menor ejercida por las caracterÃsticas de la superficie de un cuerpo planetario. Una montaña ejercerÃa una fuerza gravitacional mayor porque tiene una concentración de masa mayor de la que se esperarÃa.MADRID (EUROPA PRESS) -El primer uso de un método novedoso para analizar la fuerza gravitacional de Marte apoya la idea de que el planeta alguna vez tuvo un extenso océano en su hemisferio norte.
Las anomalÃas de la gravedad son áreas de fuerza gravitacional mayor o menor ejercida por las caracterÃsticas de la superficie de un cuerpo planetario. Una montaña ejercerÃa una fuerza gravitacional mayor porque tiene una concentración de masa mayor de la que se esperarÃa en un planeta sin caracterÃsticas superficiales. Las cuencas y fosas oceánicas tendrÃan menos fuerza gravitacional.
En su investigación sobre Marte, los autores utilizaron un proceso desarrollado por Jaroslav KlokocnÃk, profesor emérito del Instituto Astronómico de la Academia Checa de Ciencias, que dirigió el trabajo.
Su método analiza aspectos de la gravedad calculados a partir de mediciones de anomalÃas gravitacionales. Los aspectos gravitacionales son productos matemáticos que caracterizan las anomalÃas gravitacionales.
También utilizaron datos topográficos del instrumento Mars Orbital Laser Altimeter a bordo del Mars Global Surveyor de la NASA, que se lanzó en noviembre de 1996 y cartografió el planeta durante cuatro años y medio.
KlokocnÃk utilizó ese enfoque para confirmar investigaciones anteriores sobre la existencia de extensos paleolagos o sistemas de paleo-rÃos bajo las arenas del Sahara en la Tierra. Su artÃculo de investigación de 2017 también sugirió una parte del Gran Mar de Arena Egipcio como otro candidato para paleolago.
El método de los aspectos de la gravedad también se ha utilizado para comparar las caracterÃsticas geográficas de la Tierra con las de Venus, envuelta en nubes, informa la Universidad de Alaska Fairbanks, que participó en la investigación.
El trabajo fue publicado en la revista Icarus.