'Asfixia”: Ese amor que lo cura todo

miércoles, 6 de noviembre de 2019 · 21:35
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Asfixia (México, 2019), de Kenya Márquez, es una bonita y esperanzadora historia de amor que no entra en el género de la comedia romántica; más bien podríamos decir que es un drama amoroso que tiene la capacidad de mostrarnos que al final de un oscuro túnel puede haber luz. La cinta cuenta la historia de Alma (Johana Fragoso Blendl), una mujer albina que acaba de salir de prisión —donde aprendió a cuidar enfermos—, decidida a encontrar a su hija quien, al parecer, se encuentra bajo el cuidado de su padre, El Bernie (Raúl Briones), un sujeto poco confiable y ladrón de poca monta, que vende medicinas robadas. En un principio, Alma no tiene “suerte”; nadie abre en casa de El Bernie por lo que decide ir en busca busca de su excompañera de trabajo y amiga, Conchita (Mónica Del Carmen), quien trabaja en una farmacia, para obtener respuestas. Ahí, ocurren dos cosas importantes: Por un lado, Alma se topa con un sujeto hipocondríaco llamado Clemente (Enrique Arreola), quien se muestra interesado en la chica porque le recuerda al ángel Gabriel y, por otro lado, nos enteramos que El Bernie anda desaparecido y que probablemente la hija de Alma se encuentre en Tijuana. Además, alcanzamos a vislumbrar qué fue lo que hizo nuestra protagonista para ir a dar en prisión. Mientras Alma descubre si lo que dice su amiga es verdad o no, decide quedarse en la Ciudad de México y continuar con su búsqueda hasta tener la certeza del paradero de su pequeña. La cinta nos muestra la tenacidad de una mujer que no tiene nada que perder, pues lo único que necesita y carga consigo es el amor; principalmente, el amor por su hija, aunque durante la cinta vamos viendo que Alma tiene mucho amor para dar y repartir. En medio de esta odisea la historia posee, de manera discreta, tintes sociales relacionados con el machismo, la misoginia y el color de la piel; sin embargo, no es en torno a ellos que gira la historia. Si estos elementos están en la cinta es porque existen en nuestro contexto social; pero la directora no pierde de vista que Alma y su búsqueda son las protagonistas de la historia. Gran aliado resulta Clemente, quien ve a esta mujer como su posible salvación, sin darse cuenta de que quizá sea él quien tiene una misión más importante para con su albina angelical. De Bernie no hay mucho que agregar: el típico macho bribón, para quienes las mujeres son sólo seres manipulables que usa a su conveniencia. Por su parte, Conchita resulta una “víctima” de las convenciones sociales: para ella lo único que dará sentido a su vida es casarse con el hombre que ama, sin importar si éste le corresponde o no. Asfixia tiene una falla que coarta un poco la emoción de la cinta: de pronto, la energía es tan baja, que arrastra consigo las actuaciones de sus compañeros lo que genera la sensación de que algo está haciendo falta para “tener un cuadro perfecto”; dentro de lo más notorio es la relación que se establece entre Clemente y Alma, la cual –según vamos siguiendo en la historia– debería de tener más química, y al final parece que ambos rayan un poco en la indiferencia. Sin embargo, Asfixia funciona, y es capaz de inyectar un rayo de esperanza a un mundo que parece estar cubierto de sombras.

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