COLUMNA DE MUSICA/CANTO RODADO: Piedad para el crimen

jueves, 9 de mayo de 2002 · 01:00
México, D F(apro)- En 1978, cuando Norman Mailer llevara el caso de Gary Gillmore a la novela "The Executioner?s Song" ("La canción del verdugo"), muy a la manera de Truman Capote en "In Cold Blood" ("A sangre fría"), los ánimos estaban muy calientes en la comunidad mormona de Salt Lake City, Utah, donde el asesino Gillmore fue condenado a la silla eléctrica, instaurando la pena de muerte en aquel estado ultraconservador estadunidense John Lennon, quien en 1971 acababa de llegar a radicar a Nueva York, cantaba en su "Attica State" (sobre los motines de la prisión de Atica): "Liberen a todos los prisioneros en todas partes lo único que necesitan es amor y cuidados" El índice de criminalidad en Estados Unidos es hoy día espeluznante Y si hacemos caso de la investigación de David Heilbroner, "la proporción desmesurada de los crímenes consecutivos en Estados Unidos, requiere de un acto de consenso inmenso como para que neguemos el papel tremendo que juega la cultura en estos crímenes seriales, al convertir el llamado ?sueño americano? en pesadilla" Un estudio más exhaustivo de Charles Patrick Ewing, acerca de los menores de edad que cometen asesinatos, menciona que una de las causas fundamentales de los mismos tiene una relación directa con el maltrato infantil (abuso en la infancia por mayores): "Entre 1985 y 1987, el porcentaje nacional en Estados Unidos aumentó en 25 por ciento de niños que fallecieron víctimas de abuso infantil" Ewing escribe: "Sí, como muchos consienten, Estados Unidos pasa por una epidemia de maltrato infantil, que sin duda afectará la incidencia de delincuentes juveniles y de crímenes perpetrados por adolescentes y menores en los años por venir" Los terrores de los desequilibrados, asegura Heilbroner en su reportaje, "fueron terrores que la misma sociedad crió" Y brinda una pista, más que un número de prisionero: "El porqué se asesina parece tener que ver con el abuso sexual que el criminal sufrió en la infancia" Es Heilbroner quien establece una soga inquebrantable entre la doble moral estadunidense y los motivos del criminal: "Los criminólogos y psiquiatras estadunidenses parecen ignorar la convención entre represión sexual y asesinato sexual Una de nuestras fuentes es nuestra actitud sexual heredada del siglo XIX, victoriana La conexión entre represión y asesinato se ha expresado muchas veces en la cultura popular El testigo Norman Bates, asesino en ?Psicosis?, la película de Alfred Hitchcock, tomó su modelo de un asesino reincidente y real, Ed Gein Y quien inspiraría el personaje siniestro en el ?El silencio de los inocentes? Un niño de quince años puede mirar un crimen en la televisión cada hora, pero no puede observar a un hombre o una mujer desnudos Para nuestra doble moral puritana, elegimos la fuerza bruta en lugar del sexo sano" Estados Unidos es la nación donde se trata más mal a los niños y esta sería la teoría que explica la violencia criminal Los avances de la ciencia podrán ayudar a sanar un cerebro enfermo; sin embargo, las normas y actitudes de la "cruda" victoriana son mucho más duras de erradicar Los gringos pertenecen a una de las pocas naciones en el mundo que consiente la ejecución de individuos por crímenes cometidos cuando estos delincuentes eran menores de edad Y con 5 por ciento de la población entera del mundo, Estados Unidos bate el récord de poseer 74 por ciento de criminales reincidentes del planeta Europa tiene 19 por ciento Estados Unidos es, pues, el país donde ocurren los asesinatos más frecuentes Todo esto nos lleva al porqué no existen estadísticas del todo fidedignas del crimen en México ¿Es realmente el nativo de la Ciudad de México prototipo de un criminal serial, reincidente, por el hecho de haber nacido en la violenta capital chilanga? ¿O, como afirma Heilbroner, las causas de un asesino como Hitler yacen en una infancia de abuso sexual, maltrato y falsa moral? Ojalá que no sólo sea siempre la apología por legalizar la pena de muerte para aquel que mata por matar y reincide Ciertamente, la sociedad que nos parió y engendró las broncas de tantos criminales debe buscar remedios que vayan más con la cura Ningún esfuerzo será vano, pues como cantaba Elton John, habría que tener "piedad para el criminal" (Fuentes: "Kids who kill" ?"Chicos que matan"?, Charles Patrick Edwin, Avon Books, Nueva York, 1990 "Sexual represión and serial killers", Playboy de agosto 1993, reportaje de David Heilbroner)

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