MUSICA/CANTO RODADO: "Aproximaciones al arte de Claudio Arrau":

lunes, 22 de julio de 2002 · 01:00
México, D F, (apro)- El compositor Mario Lavista comienza su prólogo al reciente libro de Héctor Vasconcelos, "Cuatro aproximaciones al arte de Arrau" (180 páginas, DGE Ediciones/Océano), con un epígrafe tomado de una frase contundente del pintor y grabador impresionista estadunidense James Abbott McNeill Whistler (1834-1903): "El arte sucede" Desglosa Lavista, en el texto de este singular tratado del hijo de José Vasconcelos (1882-1959), quien tomara clases desde pequeño con Claudio Arrau (1903-1991): "El libro de Héctor Vasconcelos que el lector tiene entre sus manos, constituye un amplio e inteligente estudio sobre el pensamiento y la obra del notable pianista nacido en Chile y educado en Alemania El autor aúna el testimonio personal e íntimo al trabajo musicológico Examina minuciosamente y con erudición diversos asuntos de orden técnico y expresivo que hacen posible y definen este difícil arte: desde el desciframiento de la partitura y el arduo aprendizaje de los estilos musicales, hasta el papel que desempeña en la música el papel del intérprete, su sensibilidad, cultura, intuición y capacidad técnica "Toca, así mismo, cuestiones musicales únicas en Arrau, como su asombrosa maestría en la manipulación del ?tempo? para crear tensión sin distorsionar el texto musical y su capacidad para integrar los despliegues del virtuosismo en la trama sonora, haciéndolos parte inseparable del significado artístico de la obra" Lavista estuvo entre el público durante la presentación de dicho libro la noche del lunes 16 de julio, en la Sala Tarkovsky de la Casa Lamm, en la capital mexicana, donde se dieron cita funcionarios melómanos como Gerardo Estrada, exdirector del Instituto Nacional de Bellas Artes, y el poeta Eduardo Reyes Langagne, además del escritor Alejandro Rossi, autor de "El manual del distraído", todos amigos del autor Quien abrió la presentación (moderando Diego García Elío, de DGE Editores) fue ni más ni menos el director Enrique Diemecke, quien declaró a la agencia Apro: "Siempre he considerado que los aspectos particulares de una persona son vida privada, por lo que me gustó que Vasconcelos dejara fuera las intimidades de Arrau para no caer en cosas como ?Ventaneando?, provocando el morbo y los chismes de la gente vulgar El valor de un artista se manifiesta en su creación, y muchas veces sucede que cuando uno se entera de cosas íntimas de los compositores, se revela una personalidad diametralmente opuesta a su creatividad Tal vez sea que el artista sólo se revela como es de verdad a través de su arte, de lo que implanta en su trabajo" Diemecke se refirió así a la sugerencia que hizo el chelista Carlos Prieto, quien lo sucedió en la palabra durante la presentación, en el sentido de que Vasconcelos era el adecuado para escribir aún más sobre los aspectos personales de la vida de Arrau, anécdotas que no encontró en el libro Prieto comenzó su intervención al señalar que Vasconcelos, actualmente embajador mexicano en Dinamarca, lo llamó para solicitar su participación con la condición insólita de que no alabara el libro, sino que detectara todos sus defectos El chelista (quien el 5 de noviembre de 1991, con Vasconcelos al piano, realizó un concierto en el Palacio de Bellas Artes, interpretando las siete variaciones sobre un tema de "La Flauta Mágica" de Mozart, realizadas por Beethoven), cumplió su promesa: "Para muchos músicos, especialmente los dedicados a los instrumentos de cuerda, hubo un artista en el siglo XX que alcanzó cumbres insuperables, y fue el violinista por excelencia Jascha Heifetz Pues bien, me encontré con que en tres ocasiones Héctor usa términos sacrílegos en relación con Heifetz En la página 29, Héctor nos dice que su padre (José Vasconcelos), entre bromas y veras, lo calificaba de rasca-tripas Si fuera una vez, podría perdonarse "Pero en la página 67 refiere la opinión de Arrau, en el sentido de que Heifetz era un mal músico, siendo Joseph Szigeti un ?non plus ultra? Y en la 71, distingue a los intérpretes y grandes músicos, como Wilhelm Furtwängler, Dietrich Fischer-Dieskau, María Callas y Artur Schnabel, de los que nada más son intérpretes virtuosos como Horowitz y Heifetz No encontré más defectos en este libro, que es una magnífica aportación" El musicólogo Sergio Vela, quien como Vasconcelos fuera director del Festival Internacional Cervantino, cerró la presentación: "El prólogo de Lavista y la introducción son formidables, con la comparación de Arrau con otros pianistas, que destaca por su honestidad El segundo es menos referido a Arrau, dedicado al intérprete y, el tercero, ?El maestro?, es un testimonio valiosísimo por su proximidad del discípulo a la pedagogía de Arrau Ahí se encuentra la sustancia misma del arte de Arrau" Héctor Vasconcelos concluyó: "Mis motivaciones al escribir este libro fueron dos Por una parte, para dejar testimonio de todo lo que aprendí de quien finalmente fue uno de los grandes músicos del siglo XX y de los más importantes pianistas de la historia Por diversas razones, tuve la suerte de estar en lo personal muy cerca de él durante largos años, y por mucho tiempo tuve la preocupación de que si me arrollaba un autobús en la calle, pues mucho de lo que aprendí de él se iba a ir conmigo "Arrau tuvo muchos alumnos suyos en el mundo, pero hasta donde yo sé, ninguno de ellos ha puesto por escrito un resumen de las enseñanzas musicales y técnicas del maestro Arrau Yo quería dejar mi testimonio, también del personaje" Por otro lado, Vasconcelos intentó plasmar sus opiniones acerca de las interpretaciones de su maestro: "Siento que las conozco muy bien; pero más allá de esto, al hablar de Arrau siento que me estoy refiriendo, y lo hago muy deliberadamente, a toda una tradición interpretativa, básicamente la germano-austriaca, que tiene algunas características que, a mi juicio, son lo que hacen a esta tradición la más importante entre las diversas que hay (rusa, eslava, francesa), poniendo en primer termino al compositor y a la obra como el centro del fenómeno musical" Y destacó entonces, quizás en respuesta sesgada a la crítica de Prieto: "Esto no fue privativo de Arrau Lo es también de otros muchos grandes intérpretes de esa familia musical, como es el caso entre los pianistas de Arthur Schnabel, de Edwin Fischer, de Wilhelm Kempff y, desde luego, tal vez del máximo exponente de esa tradición, como fue el gran director alemán Wilhelm Futterburg Entre los cantantes del siglo XX, Dietrich Fischer-Dieskau fue el más alto exponente en la voz humana de aquella tradición" El éxito del libro dependerá en buena medida de un más que curioso lector, quien con el texto apasionado de Vasconcelos vaya al unísono, escuchando las interpretaciones del famoso pianista, en la amplia discografía que recomienda en "Cuatro aproximaciones al arte de Arrau"

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