BUZÓN DE APÓCRIFOS: Por y tras el poder
México, D F, 27 de octubre (apro)- “La línea divisoria del mundo es reprimidos y represores, explotados y explotadores, no hombres y mujeres”: Rosario Ibarra de Piedra (en la revista Proceso 1406)
Aturdida, por incoherente, especie humana: confieso que casi me ahogan los ríos de tinta, las cascadas de imágenes, los torrentes de comentarios aparecidos en los diversos medios por una reunión privada de mujeres con poder, para celebrar el 50 aniversario del voto femenino en México
Me causó estupor, a estas alturas del partido, comprobar que no faltaran voces que se escandalizarán e interpretarán dicha reunión como una aviesa conjura contra el poder que hasta hoy impera por todos los rincones del mundo: el de los machos
Igualmente me dejaron estupefacto las opiniones en defensa y justificación de ese cónclave femenino cuando, por añadidura, sesgadamente daban a entender que el acceso de la mujer al poder llevará a una más beneficiosa realidad social el ejercicio del mismo
¡Solemnes tonterías! Eso, como dirían los chavos, no son más que choreros de las incongruencias Ustedes perdonarán lo que acabo de escribir, pero mi experiencia me autoriza a hacerlo
Díganme si no es una solemne tontería el que los machos en el final de la historia, por cierto decretada por uno de sus conspicuos representantes, F Fukuyama, en el que sólo queda como resorte existencial la feroz competencia, teman, se escandalicen y critiquen la competencia de las hembras ¡Más seriedad y lógica, por favor!
Por otra parte, es ingenuo pensar que las mujeres, por ejercerlo, van a cambiar la esencia del poder
Respecto a esto último expuesto, les ruego que no se equivoquen, no me mal interpreten, pues por principio no soy para nada partidario y sí, más bien, enemigo de la verdad revelada, esa que afirma y sostiene que por la mujer entró el pecado, o séase, el mal en el mundo; verdad revelada con la que comulgan las tres religiones basadas en el libro, en la Biblia, causantes de los más atroces y trágicos dolores de cabeza de ese su planeta, la Tierra
Soy, créanme, lectores, firme y acérrimo partidario de que la mujer tenga las mismas oportunidades de acceder al poder que los hombres, pero no creo, si lo ejerce, que con ello vaya a mejorar los resultados del mismo No hay paradoja en lo que digo, mi opinión únicamente es exposición de hechos que demuestran que en el laberinto del poder, los pasos dados por los perseguidores del mismo, sean los que se dan en pos de la política, el dinero o la fama no sólo se cruzan, sino que se atraen y, por lo general, de alguna manera terminan haciendo camino de manera paralela y a veces hasta juntos, aunque sea mal matrimoniados, es decir, que el laberinto del poder tiene la capacidad de aunar voluntades, tanto de hombres como de mujeres
Reflexionen sobre el más evidente y significativos de los ejemplos: el político Por una parte, simbólicamente y de manera magistral, W Shakespeare ya señaló que por cada Macbeth existe una Lady Macbeth; por otra, la realidad confirma que así es y que las mujeres, en el ejercicio del poder, si no son peores tampoco son mejores, ¿o caso los gobiernos de Golda Meir, Indira Gandhi o Margaret Thatcher, en Israel, India y en el Reino Unido, fueron un hondo y significativo viraje, para el bien social, aclaro? ¿Y el poder ejercido por no pocas lideresas de sindicatos o asociaciones gremiales se diferencia por mucho, se aleja y libra de los reclamos, críticas, denuncias y sospechas de las que han sido y son objeto el poder ejercido por los hombres? Esto se debe, según lo confirma mi experiencia, al descubrimiento que hizo aquel inglés, de cuyo nombre no puedo acordarme en este momento, que el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe hasta la médula, “por lo tanto, considero que es ilógico que se preocupen, angustien, alegren o caigan en la euforia por si es hombre o mujer el que tiene y ejercita el poder, pues ya que tan bueno o malo puede ser el pinto como el colorado”
Ante este problema que el poder representa y que tanto les inquieta y desazona, lectores y lectoras, les aconsejo que se lo tomen con calma, a no ser que tengan la intención, la capacidad y voluntad de cambiar su esencia y no me pregunten si la de ustedes o la del poder, esa respuesta la tiene, es suya
En espera de la misma, como siempre, está con ustedes
EL PODER