BUZÓN DE APÓCRIFOS: "Ni modo..."
México, D F, 6 de octubre (apro)- A quien corresponda, o séase, al conjunto de la especie humana: ni modo, con profundo pesar tenemos que informarles que lamentablemente, a juzgar por los hechos obstinados y duros de actuar, de sus logros como ustedes dicen, no pueden ser hijos de la verdad revelada, ni animales políticos, ni seres de razón ni del saber, como pretenden y se consideran
No pueden ser hijos de la verdad revelada, pues las diversas tribus de su especie que integran a los seguidores bien del justiciero Yavé, el amoroso Cristo o el misericordioso Alá, las más importantes que en el pasado, una vez aquí y otras allá, generarán las más abundantes, continuas y funestas cosechas de sangre, sudor, lágrimas y muerte, hoy se obstinan en continuar dando más de lo mismo y más a lo bestia que nunca antes, ya que no se conforman en focalizar, según su jerga, sus acciones, sino que están empeñadas en globalizar el resultado de las mismas, y esto a ciencia y paciencia de sus respectivas divinidades que, paradójicamente, según sus saberes y quehaceres, hombres, es una y trina
Como ejemplo lamentable de lo dicho, recuerden lo que ocurre en Palestina e Israel; el terrorismo, su novísima doctrina que justifica y legaliza la “guerra preventiva”; y si todo esto no fuera suficiente, súmenle la atroz teoría, que goza de tanta popularidad entre ustedes, que preconiza “el choque de las culturas”, manera eufemística de proponer la guerra a muerte como solución de la diferencia de pensares y haceres, sobre todo entre los que se llaman cristianos y mahometanos, condicionadora de su más seguro futuro, hombres
No pueden ser animales políticos, como en su época los calificó una de sus lumbreras intelectuales más veneradas, el griego Aristóteles ¿Será porque nunca han comprendido bien a bien que la política es el arte de gobernar a los pueblos dándoles leyes necesarias que posibilitan la conciliación de intereses opuestos para así mantener la tranquilidad, la seguridad y el orden público, preciso y necesario para todo buen gobierno? Nosotros, en conjunto, pensamos que a eso se debe, a su innata incomprensión de tal arte Verdaderamente sería para morirse de risa, si no fuera más bien para ponerse a llorar, al ver y comprobar cómo desde que seriamente se pusieron a teorizar lo que es y debiera ser la política, esto es, desde el tiempo del florentino Maquiavelo, la han concebido e interpretado no como lo que es, un arte, sino como una artimaña útil e imprescindible para perseguir y lograr privilegios y beneficios –de posición, poder o dinero-- tanto de grupo como privados, personales Piensen: la reciente guerras de Irak y las posibles futuras que están anunciando contra Irán, Libia o Siria, a pesar de toda la retórica liberadora y democrática con la que se está intentando justificarlas, ¿acaso no tienen un pestilente olor a petróleo? Ustedes dirán
No pueden ser seres de razón Si bien los progresos acumulados, principalmente desde eso que llaman Renacimiento, que por su cantidad, calidad y logros en su siglo XVIII les indujo a creer que el pivote de su pensar era la razón justifica en parte su pretensión, por otra, su confianza, su excesiva fe en la misma, los llevó a considerarla única, autónoma y superior, a entronizarla, así sin querer queriendo, sabiéndolo sin saber (¡Ah, no con ello alimentaban su ego!), puede decirse que, en un muy sentido yucateco, “cultivaron” a su razón, hombres ¡Y no habían comenzado mal! En sus inicios estaban conscientes que la razón, la naturaleza y la matemática eran los tres elementos a despejar para resolver la incógnita de sus vidas Conscientes de que los nuevos instrumentos y la aplicación del método experimental en sus investigaciones, les había dado un nuevo poder ante el cual la naturaleza se mostraba manuable y penetrable, lista para ser penetrada incluso Y eso los extravió Su arrogancia, egoísmo y codicia les hizo caer en el error de que todo era cuestión de números; en no reparar que no todo es y no puede ser resuelto con números; en ignorar que la razón y, por consecuencia, ustedes, la especie humana, forma parte de la naturaleza, es naturaleza también
Hoy, en que su saber es más amplio, sin embargo, es presa de mayor aberración, por lo que les decimos que tampoco pueden reclamar no proclamar ser hijos del saber La ciencia, su último ideal, día a día, con sus portentosos descubrimientos, les enseña y confirma de manera incontrovertible que no están por encima, ni son únicos ni diferentes de la naturaleza, sino que son, están y forman parte de la misma,; de que el único modo de conservarla, de conservarse, es manipulándola, penetrarla e incluso explorarla obedeciéndola Si así es, ¿por qué entonces están empeñados y se obcecan en agredirla, en denigrarla, llegando incluso a su destrucción? Pensamos que les está llegando el tiempo de que reflexionen sobre su rabio refrán que dice: “Dios perdona siempre, los hombres a veces, la naturaleza, nunca”
Se les informa que estas ideas, consideraciones y análisis fueron planteados y discutidos en asamblea general que, como en los tiempos míticos y de fábula, recientemente celebramos en luz de luna los animales confinados en una de esas que ustedes nombran reservas
En delegación y por mandato de la citada asamblea
La Lechuza Atenagórica