México, D F, 6 de octubre (apro)- Después de dos años de entrevistas, Adriana Malvido presentará en esta ciudad Zapata sin bigotes, una biografía sobre la vida del coreógrafo Guillermo Arriaga Será el 7 de octubre cuando Cristina Pacheco y Patricia Cardona hablen sobre la obra y la vida de Guillermo Arriaga en la Casa Lamm Bailarín, promotor cultural, funcionario público, diseñador de mercado en el mundo de los discos y hasta director de un ballet folklórico, Arriaga es una de las figuras clave de la llamada “época de oro de la danza en México” Su famosa obra “Zapata” le ha dado la vuelta al mundo y es, tal vez, hoy en día la única pieza sobreviviente de los años cincuenta La pertinencia de publicar las experiencias de Arriaga, tiene varios matices: por un lado Arriaga es un personaje simpático, desparpajado y poco solemne que durante toda su vida se ha relacionado con la plana mayor de la intelectualidad del país Convivió con Waldeen y Ana Sokolow --ambas fundadoras de la danza moderna en México-- tuvo trato con músicos, escritores y artistas plásticos --Miguel Covarrubias, en especial-- claves en la creación del movimiento nacionalista mexicano Pero, por otro lado, Arriaga es uno de los únicos coreógrafos que se ha empeñado en que sus obras se sigan bailando y en divulgar la historia de un movimiento que para al, vio uno de sus mejores momentos en los años cuarenta Así, Malvido tuvo el tino de retratar en un tono ameno y en algunas ocasiones hasta simpático, las aventuras de Arriaga dando sus primeros pasos de danza a escondidas de sus padres, su vida amorosa y su trayectoria profesional También comparte sus miedos hacia los prejuicios que existían sobre los hombres que bailan y que por definición se consideran como homosexuales Publicado por la Random House Mondadori, el libro de Malvido es un retrato histórico que será clave para el medio de la danza Nacida en 1957, la autora practica desde hace 24 años el periodismo cultural Para realizar el libro, tuvo que enfrentar la disyuntiva de no perderse en el afecto y la admiración de ser sobrina de Arriaga Según el propio coreógrafo, Malvido lo obligó a mantener un ritmo de seriedad para realizar el trabajo del cual él mismo no se sabía capaz Y a tal grado que lo considera aún mejor que las propias memorias que él pensaba escribir de su vida