ADELANTO DE LIBROS: "El cuento hispanoamericano", antología de Seymor Menton

lunes, 1 de diciembre de 2003 · 01:00
México, D F, 1 de diciembre (apro)- Publicado originalmente en el Fondo de Cultura Económica (FCE) para su colección popular número 25 hacia 1964, “El cuento hispanoamericano: antología crítico-histórica”, de Seymour Menton, llega a su séptima edición justamente en el FCE Según su autor, no existe ningún antólogo que haya pretendido abarcar, con espíritu analístico, el desarrollo del cuento en Hispanoamérica desde sus primeros brotes románticos hasta su exhuberancia madura del presente Existen muchas antologías nacionales; otras, hispanoamericanas, se limitan a ciertas épocas; algunas no reconocen el cuento como un género literario independiente de la novela; y muy pocas incluyen comentarios verdaderamente críticos Explica Menton en el prólogo: “El título que decidí poner a esta obra refleja bastante bien mi ejercicio de selección A pesar de algunos antecedentes más o menos lejanos, el cuento no aparece en las letras hispanoamericanas hasta después de las guerras de independencia, durante la época romántica De ahí hasta la actualidad, trato el cuento desde cuatro ángulos: como una indicación del desarrollo del género; como una manifestación del movimiento literario vigente; como reflejo de la gestación de una literatura ya no hispanoamericana, sino nacional; y como una obra de arte con valores universales Hay que manifestar que es raro que converjan los cuatro enfoques en el análisis de un cuento…” La estructura de esta antología se basa en los distintos movimientos literarios que han marcado la evolución de la literatura hispanoamericana desde la tercera década del siglo XIX: romanticismo, realismo, naturalismo, modernismo, criollismo, cosmopolitismo y neorrealismo Ofrecemos aquí el texto que acompaña el apartado de “Cosmopolitismo”, también conocido como “universalismo” Seymour Menton ha sido docente por más de medio siglo tanto en América Latina (UNAM, Cuernavaca, Guadalajara) Guatemala, Costa Rica, Colombia), como en Estados Unidos (Universidad de California, Irving) El cosmopolitismo Si bien es cierto que el criollismo dominó la prosa hispanoamericana entre 1920 y 1945, no es menos cierto que la corriente cosmopolita nunca murió por completo, y que a partir de 1945 desplazó al criollismo en casi todos los países Para el criollista, la literatura sirve para interpretar las condiciones políticas, económicas y sociales de su propio país En cambio, el autor cosmopolita se preocupa mucho más por la estética, la psicología y la filosofía, aun cuando trata temas criollistas, como en el caso de “La lluvia”, de Arturo Uslar Pietro Los escritores viven en grandes centros metropolitanos, conocen muchas partes del mundo y están al tanto de todos los movimientos literarios La capital del cosmopolitismo hispanoamericano tiene que ser Buenos Aires y su máximo sacerdote Jorge Luis Borges, quien se formó en Europa durante la época vanguardista Aunque muchos de los feligreses, que pertenecen a distintas generaciones y a distintos países, no siguen los rumbos laberínticos de Borges, todos le tienen un gran respeto por su intelectualismo y por su constancia artística Dentro de este movimiento muy general, se agrupan distintas “escuelas” más definidas: las que surgieron primero en la pintura: el surrealismo, el cubismo y el realismo mágico; y luego la “escuela” filosófica del existencialismo El surrealismo Basado en los trabajos de Freud y otros psicólogos, el surrealismo proclama que la realidad tiene un carácter dualístico, exterior e interior, y trata de captar los dos a la vez Así es que cierto episodio presenciado por un personaje evoca toda una serie de asociaciones y recuerdos Si ese personaje está en actitud de soñar, los elementos evocados pueden confundirse unos con otros para lograr mayores efectos artísticos El tema mas frecuente de ese mundo subconsciente es la frustración sexual Su periodo de auge data desde el fin de la segunda Guerra Mundial hasta el comienzo de la Guerra Fría, como atestiguan las novelas siguiente; “El señor presidente” (1946), de Miguel Ángel Asturias; “Al filo del agua” (1947), de Agustín Yañez; “Manglar” (1947); “Puerto Limón” (1950), de Joaquín Gutiérrez, y “La ruta de su evasión” (1949), de Yolanda Oramuno Los autores extranjeros que han ejercido mayor influencia son James Joyce y William Faulkner, quienes también introdujeron en la narrativa algunos procedimientos inspirados en el cubismo El cubismo Todavía no se ha reconocido bastante la influencia del cubismo en la literatura De él se desprende la técnica de presentar simultáneamente la realidad desde distintos ángulos o puntos de vista Por lo tanto, el tiempo queda parado o hecho una eternidad Las obras están planeadas con la exactitud matemática de un arquitecto o de un ajedrecista La obra maestra del cubismo hispanoamericano es “El seño presidente” (que también tiene rasgos surrealistas), inspirada en parte por la novela cubista de Valle Inclán, “Tirano Banderas” El realismo mágico El realismo mágico consiste en la presentación objetiva, estática y precisa de la realidad cotidiana con algún elemento inesperado o improbable cuyo conjunto deja al lector desconcentrado, aturdido, maravillado Con esta definición queda clara las distinción entre el realismo mágico y tanto lo fantástico como el surrealismo que versan sobre elementos no improbables sino imposibles Además, hay que distinguir muy claramente entre lo real maravilloso, término atemporal inventado en 1949 por Alejo Carpentier, y el realismo mágico, término inventado en 1925 por el crítico de arte alemán Franz Roh (1890-1965) y divulgado entre 1926 y 1929 por el italiano Mássimo Bontempelli (1878-1969) en su revista “Novecento” Mientras lo real maravilloso se refiere al ambiente mágico de ciertas partes de América Latina donde la cultura tiene fuertes raíces indígenas o africanas, el realismo mágico es una tendencia artística internacional, igual que el barroco, el romanticismo o el surrealismo Cuando Franz Roh escribió su libro en 1925, él codificaba lo que transcurría en el mundo artístico de Europa y de los Estados Unidos a partir de 1918, o sea la reacción en contra del expresionismo Si el ascenso al poder de Hitler el 1933 acabó con el realismo mágico en Alemania, la crisis económica de 1929 a 1939 y la segunda Guerra Mundial limitaron por todo el mundo las posibilidades del realismo mágico, lo mismo que del surrealismo y de casi toda la vanguardia a favor de un arte más realista de protesta social Hacia fines de la guerra, el realismo mágico resucita con la exposición en el Museo de Arte Moderno de Nueva York titulada “Realistas y magicorrealistas estadounidenses” (1943), con los cuentos más famosos de Borges, con el tomo de cuentos de Truman Capote “Un árbol de noche y otros cuentos” (1945), con el cuadro “El mundo de Cristina” (1948), de Andrew Wyeth y con la poesía magicorrealista de Gunter Eich y otros jóvenes alemanes de la posguerra De ahí siguió hasta su verdadero florecimiento en la década de los sesenta con la obra ejemplar: “Cien años de soledad” El existencialismo A diferencia de los movimientos anteriores, el existencialismo se deriva principalmente de la filosofía El escritor existencialista presenta la situación angustiosa del hombre moderno que se siente totalmente solo e inútil frente a un mundo mecanizado a punto de destruirse Los valores tradicionales, el amor y la fe en cualquier cosa, ya no existen El hombre no hace más que existir Nada tiene de importancia Las colillas y las luces de neón hacen las veces del cisne modernista El argumento muchas veces no tiene un desenlace dramático La obra consta de una escena de la vida urbana, casi siempre en una cantina de categoría regular, en la cual un diálogo inconsciente saca a la luz la muralla infranqueable que existe entre los individuos Eduardo Mallea introdujo el existencialismo en Hispanoamérica en la década de 1930-1940, 20 años antes de que esa modalidad llegara a generalizarse bajo la amenaza de una guerra atómica y la influencia literaria de Jean Paul Sastre Sin embargo, fue el uruguayo Juan Carlos Onetti quien combinó la angustia de los seres solitarios con argumentos más originales y con personajes más individualizados para encabezar lo que se convirtió en la tendencia predominante de la década de los cincuenta Los cuentos que siguen llevan la marca inconfundible de uno o de varios de estos movimientos y abarcan dos generaciones de escritores: los nacidos entre 1899 y 1910: Jorge Luis Borges (1899-1986), Eduardo Mallea (1903-1982), Rogelio Sinán (1904- 1994), Arturo Uslar Pietro (1905), Lino Novás Calvo (1905-1976), Juan Carlos Onetti (1909-1994) y María Luisa Bombal (1910-1980); y los nacidos entre 1917 y 1921: Augusto Roa Bastos (1917), Juan Rulfo (1918-1986), Juan José Arreola (1918) y Ramón Ferreira (1921)

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