LOS PASOS PERDIDOS: La errática dirección de danza de la UNAM

lunes, 29 de diciembre de 2003 · 01:00
México, D F, 29 de diciembre (apro)- Se dice que para poder triunfar dentro de la administración pública lo ideal es mantener un “perfil bajo” Es decir, no generar cambios, no crear nuevos proyectos, evadir todo tipo de responsabilidades y sobre todo “no mover las aguas” Bajo esa perspectiva nefasta, la recién creada Dirección de Danza de la UNAM --antes departamento--, vive uno de sus peores periodos sumida en la bruma de la burocracia y la abulia Presidida por Enrique Estrada --salido de la licenciatura de arte dramático de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM-- y que al día de hoy, después de cuatro años, no ha logrado arrancar un proyecto coherente y lógico para la principal área de danza de la máxima casa de estudios, la Dirección de Danza poco a poco se ha ido transformando en uno de los peores ejemplos de la burocracia universitaria Considerado como líder para la danza nacional, el Departamento de Danza solía estar al “tú por tú” con la Coordinación Nacional de Danza del INBA Sus talleres incluían a profesores de la talla de Claudia Lavista, Cora Flores, Marco Antonio Silva, Oscar Rubalcaba –así, con “b”--, Omar Carrúm, Gerardo Hernández, Irma Montero, entre otros De sus salones brotaron un sinnúmero de bailarines, que sin tener que pasar por ningún tipo de trámite, saltaron al foro para convertirse en profesionales Tal es el caso de Manuel Márquez y Karen Ángel, por ejemplo El perfil de los talleres --que a principios de los noventa llegaron a tener dos mil alumnos en total--, marcaba un hito en la danza para aficionados Centenares de universitarios se inscribían en los talleres de baile de salón, danza contemporánea, jazz, flamenco y folclor, con el afán de aprender a bailar, pero el logro más importante era que los alumnos se convirtieron en público conocedor que asistía sistemáticamente a las funciones Con proyectos de corte internacional durante los años ochenta y noventa, fue sede de la primera plana de los principales grupos de danza contemporánea del Latinoamérica: Endanca, de Brasil; Retazos, de Cuba; Nucleodanza, de Argentina; Los Denmedium, de Costa Rica; Danzaluz, de Venezuela; Integro, de Perú; Dikis Tiquis, de Costa Rica, y Álvaro Restrepo, de Colombia, por citar algunos cuantos que alternaron con figuras de la talla de Kei Takei, Twyla Tharp, Louis Falcó, el Ballet del Siglo XX, de Maurice Bejart Grandes compañías de ballet como el Bolshoi y La, La, La Human Steps presentaron en la sala Miguel Covarrubias sus principales obras y a sus solistas También artistas de la talla de Mario Maya, Carlota Ikeda, Kuniko Kisanuki y Paul André Fortier, entre otros, hicieron lo suyo Pero todo eso quedó en el pasado; en la actualidad, los talleres de danza son meros remedos de lo que fueron; no existe un proyecto que los guíe, programas de estudio o lineamientos académicos básicos que los sustenten La programación, cuando la hay, incluye producciones de los afortunados que logran convencer a Estrada de perder su miedo hacia un medio que no conoce Con Gerardo Estrada en sustitución de Ignacio Solares en la directiva de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, valdría la pena que la Dirección de Danza pudiese recuperar el aire y volviera a ser para lo que fue fundada Su Edad Media debe de terminar ya

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