Honoris Causa de la UdG para Garzón y Castresana

miércoles, 3 de diciembre de 2003 · 01:00
La sociedad no debe suplicar justicia, sino exigirla, sostienen Guadalajara, Jal , 2 de diciembre (apro)- Al recibir este medio día el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Guadalajara, el juez Baltasar Garzón y el fiscal Carlos Castresana, de la Audiencia Nacional de España, coincidieron en señalar que ha llegado la hora de la ley en el mundo En un marco solemne y emotivo en el paraninfo de la Universidad tapatía, al que asistieron alrededor de 350 personas, las palabras de Garzón y Castresana resumieron el anhelo y las exigencias de justicia de las víctimas de la violencia y la pobreza para enfrentar al poder y la impunidad El mural de José Clemente Orozco detrás del presidium encabezado por el rector José Trinidad Padilla, pareció haber sido pintado para la ocasión: en una escena brillante y dramática, el artista jalisciense plasmó la represión militar contra las masas famélicas e indefensas Antes de entregar la palabra a los homenajeados, se proyectó un video conmovedor donde el público pudo comprender los esfuerzos de estos dos abogados por enfrentar 30 años después del golpe militar en Chile, al dictador Augusto Pinochet “¿Por qué lo hicimos? –se pregunto Castresana para responder inmediatamente-: Por solidaridad y para saldar una deuda histórica de España con América Latina” Recordó que durante la Guerra Civil Española, dos mil perseguidos fueron acogidos por Chile en el barco “Winippeg ¿Sus salvadores? En España un joven cónsul, Pablo Neruda, responsable de conseguir la nave, y en Chile el encargado de recibirla: Salvador Allende También expresó que la acción no tenía un fin seguro, “pero se tenía que hacer” “Los Estados se han quedado atrás La administración de justicia no se ha globalizado al mismo ritmo que los han hecho los grupos delictivos”, dijo Cuando el rector le entregó el diploma y la medalla, saludó los meritos de Castresana “por su decidida lucha de los derechos humanos” Inmediatamente después, Garzón improvisó un largo discurso a partir de notas sueltas, para mostrar que hoy por hoy la sociedad civil no está más en condiciones de suplicar justicia a los gobiernos, sino de exigirla Dijo que actualmente “hemos redescubierto las viejas verdades: la guerra jamás será gloriosa, salvo para los vencedores” Finalizó con un llamado para que cada uno de los ciudadanos del mundo cumpla su parte Expreso: “hoy sabemos dónde y cuál es el mal Tenemos que aislarlo entre todos, pues esta lucha nos incumbe a todos” Padilla le entregó el reconocimiento “por su permanente lucha contra los crímenes de lesa humanidad” Posteriormente, en conferencia de prensa, abordaron puntos como la condena a la guerra de Irak; la injustificada razón de las autoridades japonesas para no extraditar al presidente peruano Alfonso Fujimori; la necesidad de que México se comprometa para esclarecer los crímenes de Ciudad Juárez, y el caso de los cinco etarras apresados en nuestro país, de los cuales Garzón prefirió no hablar, por respeto a la justicia mexicana Al salir, resonaban todavía las palabras de Castresana: “Es la hora del derecho Con estímulos como el que nos han proporcionado en el día de hoy seguiremos empeñados en conseguir que el sueño de Montesquieu de neutralizar el poder se convierta un día en realidad”

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