MUSICA/ CANTO RODADO: "El inolvidable Richie Havens"
México, D F (apro)- La historia lo inmortalizó al comienzo del célebre Festival de las Ferias y las Artes Woodstock, celebrado en Bethel, Nueva York, entre el 15 y el 17 de agosto de 1969, en plena era jipi
El inolvidable Richie Havens aparece en aquella magna película llamada simplemente “Woodstock”, ante más de 400 asistentes al aire libre: con su túnica de príncipe africano, aporreando las cuerdas de metal en una guitarra y violentando los trastes con el pulgar de su mano izquierda en el cuello del instrumento, acompañado de otro negro en las percusiones; al fin, vociferando a pleno pulmón y sin dientes su grito de “Libertad” e “Hijo desamparado”
Cuando se cumplieron los 25 años del Festival y se armó otro para recordarlo, llamé a Havens para que me diera su opinión, y él simplemente respondió que no deseaba saber nada de un evento cuyo objetivo era el dinero En cambio, asistió a un festejo alternativo, Bethyl’94, en la granja de Max Yasgar y los organizadores originales del legendario Woodstock Fue una rememoración que duró ocho días con entrada gratuita y que, para bien o para mal, no tuvo el mismo impacto comercial; pero que a él y a los asistentes agradó más que el primero
Richard P Havens nació el 21 de enero de 1941 en Brooklyn, y como artista tuvo sus momentos de mayor popularidad en aquellos inmediatamente posteriores a Woodstock Creció en el barrio humilde llamado Bedford-Stuvesant, siendo el mayor de nueve hermanos en una familia cuyo padre era pianista A los 14 tarareaba las vocalizaciones “woo-dop” con el coro religioso de McCrea Gospel Singers de Brooklyn, y tres años más tarde abandonó la escuela para seguir su verdadera pasión: la música
Su carrera la inició en los circuitos de música folklórica de Greenwich Village (“comencé mi gira desde diciembre de 1967 en todos los campus universitarios, y desde entonces no he parado”, me contó este sonriente barbado en 1994) y grabó sus dos primeros discos para la firma International-Trasatlantic, debutando en el Festival Newport de 1966; luego siguieron: el Monterrey Jazz Festival 1967, el Miami Pop Festival 1968, el inglés Isle of Wight 1969 y, por supuesto, Woodstock Empero, nunca logró que aquella presencia artística y multitudinaria convenciera a comprar sus discos a un séquito de fieles seguidores, cambiando constantemente de disqueras (“jamás me ha importado estar en el negocio comercial de la música, sino el triunfo de la comunicación musical”, suele decir)
Conformó su repertorio con piezas de Bob Dylan, James Taylor, Van Morrison o Lennon y McCartney, pero su único éxito de aquellos tiempos fue “Aquí viene el sol”, de George Harrison, disco que logró escalar hasta la posición 16 del desfile de sencillos musicales Aquella década, Richie Havens ofreció varios conciertos en países europeos, africanos y del Medio Oriente, firmando un contrato para su primer disco (el quinceavo en su historial) con la disquera de Las Puertas de Jim Morrison, la compañía Electra Records, “Conexiones”, en 1979 También intentó sobresalir como actor y fundó un museo oceanográfico para niños del Bronx En 1987 fue a Italia y grabó un disco con Pino Danniele Su “Simple Things” es de 1988 y “Now”, de 1991
Fue la década en que participó en el homenaje a los 30 años de la carrera de Bob Dylan, con su versión a “Just Like A Woman”; el Dalai Lama lo invitó al Tibet en 1993, año en que juntó sus grabaciones en “Lo mejor de Richie Havens” (Rhino Records)
Para algunos, la mancha en su trayectoria es haber vendido su voz para promoción de artículos de la cámara Kodak, la cerveza Budweisser y las hamburguesas McDonald’s en radio y televisión
De cuando en cuando, en sus presentaciones ofrece una pizca de sabiduría pacifista y experiencias a través de los años, como cuando actuó ante seis mil personas en el UCLA Auditórium y nadie lo dejaba ir:
“No hay demasiado que aprender, ya sabemos lo que puede hacer de este mundo un lugar mejor Y para aquellos muchachos que piensan que su futuro está en el espacio sideral, bueno, debo decirles que nosotros estamos en el espacio sideral Estamos ahí como cualquier otro planeta Lo que pasa es que hay sangre en los cables, y no debemos olvidar que no hemos acabado con la guerra, el sufrimiento y el hambre Son cosas de las que debemos estar siempre alerta Voy a cantarles mi triste canción ‘Alone Together’, acerca del hambre en Africa”
Hace cuatro años publicó “They Can’t Hide Us Anywhere” (“No pueden escondernos en ninguna parte”, Harper-Collins, 1999), relatos de su puño y letra desde los días de infancia en Greenwich Village, sus recuerdos de Woodstock y algunas aventuras de su vida, contadas por amigos Peter Gabriel lo llamó para su proyecto “Ovo”, y con Groove Amanda hizo “Goodbye Country, Hello Nightclub” Para marzo del 2002 salió su esperado plato láser “Wishing Well”, con sus canciones en vivo “Paradise” y “On The Turning Away”
Este año, Richie Havens reeditó muchos de sus tantos registros legendarios, como “Stormy Forest”, “Stonehenge”, “Alarm Clock”, “Portfolio”, “The Great Blind Degree”, “Mixed Bag” y “Richie Havens On Stage”, prueba de que tener a este artista es un privilegio para todos los seres humanos vivientes Resuenan sus palabras risueñas, mientras acaricia su barba con sus dedos ensortijados y entrega sus pensamientos del corazón:
“Mis discos significan una visión cronológica de los duros tiempos que vivimos, las épocas que hemos superado y sufrido, aquellas cosas que hemos hecho para crecer y cambiar Hay una cuestión universal que nos concierne a todos, pues son canciones que aplican a todos nosotros Es la misma onda que vengo diciendo desde 1967, cuando comencé esta gira maravillosa por la música en concierto Mi mensaje es el mismo hasta el día de hoy”