COMPUTACIÓN: ¿Por qué los nerds no son populares?

viernes, 10 de diciembre de 2004 · 01:00
México, D F, 9 de diciembre (apro)- Hace ya algunos ayeres, en la preparatoria se hizo un curioso experimento Se trataba de que los alumnos dijeran con quién querían sentarse (las bancas eran dobles), es decir, a quién querían de compañero de banca Un par de días más tarde, la maestra organizadora de dicho ejercicio nos pintó en el pizarrón un mapa de cómo se encontraban nuestras relaciones dentro del grupo Aunque no se decían nombres, la gráfica encerraba a ciertos números más que a otros Destacaban quizás 3 o 4 grupos No dudábamos de que una de las jóvenes más atractivas era el centro de algunos de los grupos graficados Por otra parte, el cuarto grupo era quizás el de los menos populares o el de los que no eran lo suficientemente atractivos, o los que vivían en otra frecuencia, los nerds, qué sé yo Este experimento “social” me llevó con los años a preguntarme si era frecuente este comportamiento o no He hablado con otros amigos, la mayoría nerds, quienes ya habían llegado a la conclusión que existe una fuerte correlación entre ser inteligente y ser nerd, o más aún, hay una correlación inversa entre ser un nerd y ser popular Aparentemente la conclusión es que ser inteligente lo hace a uno poco popular Pero ¿por qué pasa eso? Posiblemente la respuesta sea muy simple: Los niños/jóvenes inteligentes no quieren ser populares Si alguien me hubiese dicho eso en mis tiempos preparatorianos, posiblemente me hubiese reído de esa afirmación Ser poco popular hace a los jóvenes miserables y en casos extremos los llevan a depresiones enormes y, peor aún, en casos muy extremos, al suicidio Decirme que yo no hubiese querido ser el más popular en mi clase es como decirle a un sediento que no quiere un vaso con agua Por supuesto que no importa lo que pensara, todos siempre queremos ser populares En realidad, y pensándolo bien, no estaba en esos tiempos muy preocupados por ser el más popular Me interesaba no sólo cumplir con la escuela, sacando buenas notas, sino que, además, aprendiendo el incipiente mundo del cómputo o quizás entendiendo mejor el ajedrez para poderlo jugar con más éxito Ser popular era algo que se asumía como atributo de unos pocos Y quizás envidiábamos a esos personajes, pero en el fondo nos preocupaba menos de lo que aquí pareciera ocuparnos Pero hay otras razones León Battista Alberti, presumiblemente el arquetipo del hombre del Renacimiento, decía que no hay arte menor, que demande menos que la total dedicación si se quiere ser excelente en ello Y sin duda tiene razón Ser buen jugador de ajedrez o saber programar con eficiencia requiere de dedicación completa, estar absorto en lo que se hace y trabajar por aprender cada día nuevas cosas La razón, pues, para ser poco popular es que esas personas tienen otras cosas en qué pensar Su atención va más allá de lo trivial, las modas o las fiestas Ser nerd no significa ser más inteligente Más bien simboliza lo que lleva tiempo asimilar, aprender y aplicar En este mundo donde todo debería ser fácil, sin dificultades, encontramos una desidia natural al mínimo esfuerzo Quien se aplica por aprender y dominar un tema es “ñoño”, nerd en el más puro estilo Yo sugiero, pues, un giro de 180 grados de una vez: Habría que inculcar a los hijos que no hay que ser a fuerzas popular para tener éxito o ser feliz, donde esto último es aún más importante Lo interesante a enseñar aquí es que no se va a la escuela para ser popular Se va a interactuar con otros, a aprender, a entender que hay gente distinta a uno y además, de ver en claro que mucho de lo bueno que se vive en este siglo computarizado es consecuencia de esos nerds del pasado, que en lugar de buscar ser populares, nos dieron estos elementos de la época posmoderna: las computadoras, el teléfono celular, las telecomunicaciones, la televisión, el manejo de la electricidad, los viajes a la Luna, etcétera Si logramos eso haremos que estos que llamamos nerds, tengan menos problemas de adaptación y sean más felices, como lo deberían ser todos los niños y jóvenes

Comentarios