PERFILES SONOROS: "Obra musical de Vicente T. Mendoza"

miércoles, 11 de febrero de 2004 · 01:00
México, D F, 10 de febrero (apro)- “Vicente T Mendoza: artista y primer folclorólogo musical” (UNAM, Coordinación de Humanidades, 1995), es el trabajo de la investigadora uruguayo-mexicana Clara Meierovich, que configura un paisaje simétrico entre los rasgos espirituales e intelectuales que dieron ser a Vicente Téodulo Mendoza Gutiérrez (Cholula, Puebla, 27 de enero de 1884; Ciudad de México, 27 de octubre de 1964), y del que aquí reproducimos algunos fragmentos Uno de los aspectos interesantes de este estudio destaca el hecho de que, además de los muchos libros sobre folclore oral de México que escribió, Mendoza fue un artista plástico, pero también compuso cerca de cien obras de música “seria”, habiendo musicalizado las siguientes películas para cine: los cortos “La cucaracha mexicana”, “Michoacán y Morelia”, “Jalisco y Guadalajara” (1936), “Torreón y la Laguna”, “Banco de México” y “Petróleo” (1937), y el largometraje “La ciudad de los niños” (1956) He aquí algunos fragmentos de “Vicente T Mendoza: artista y folclorólogo musical”: “Es conocido por quienes se acercaron a este hombre de versatilidad artística imprevisible, que don Vicente comenzó a incursionar en su actividad de investigador del folclor musical mientras ejercía la profesión de dibujante topógrafo para el Departamento de Bosques y Dirección Forestal de Caza y Pesca de la Secretaría de Fomento Durante esas exploraciones rurales no perdía oportunidad de registrar en su carpeta de trabajo refranes, leyendas, máximas, creencias y otras expresiones del ‘costumbrismo mexicano’, como lo llamaba Mendoza… “Folclorología es la denominación actual de la ciencia del folclore que comienza a introducirse a partir de 1945 por sugerencia del profesor Raúl Guerrero, quien propuso el término durante la celebración del Primer Congreso Nacional de Historia El maestro Mendoza fue el fundador de la folclorología musical mexicana… A su autoría corresponde también la redacción del primer programa de iniciación sistemática al estudio del folclor, que se implantó en 1945 en el Conservatorio Nacional de Música, y tres años después, en la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional…” Mapa folclórico de México “De su generosa excelencia docente derivaron sazonados frutos de investigación de campo, entre ellos el ‘Mapa Folklórico de México’ (trabajo confeccionado durante sus cursos)… Cuando Vicente T Mendoza decidió afianzar sus inquietudes de orden especulativo-metodológico en el campo de la investigación del folclor, ya había egresado encomiablemente de las aulas del Conservatorio Nacional de Música… “Durante los años posteriores a su llegada a la capital, en 1906, prosigue los estudios de primaria iniciados en Texmelucan, Puebla, que de acuerdo con datos autobiográficos se extienden curiosamente por más de diez años Luego de concluido el primer ciclo de instrucción escolar, el nuevo residente capitalino deberá conciliar durante doce años sus cursos disciplinarios, que oscilan entre la Escuela Nacional de Bellas Artes y el Conservatorio, con las tareas de ‘chícharo’ (ayudante) y luego peluquero, a fin de obtener el sustento cotidiano… “Uno de los hechos que sellaron por siempre el quehacer musical del maestro fue su cercanía con Julián Carrillo (1875-1965) La perseverante fuerza inductora del famoso melómano potosino hace efecto en el joven Mendoza, quien provisto aun de una curiosidad y un asombro recién amanecidos, le acompaña en su ‘Cruzada pro Sonido 13’… “Ahora bien, aunque misionero convencido de la ‘Cruzada Pro-Sonido 13’ (por lo menos así se advierte aparentemente), don Vicente sólo escribió en ese tiempo algunas facturas, entre ellas ‘Lieder’ y un ‘Trío’, empleando el sistema microtonal por el cual abogó Sospechamos que únicamente realizó prácticas escolásticas recurriendo a los procedimientos formulados por Carrillo, ya que no existen rasgos de mayor envergadura de obras que certifiquen aprovechamiento consecuente de estos conocimientos en el acervo de su música “Tal como se ha dicho aquí, don Vicente finalizó en 1928 los cursos regulares en el Conservatorio Nacional de Música, y un año después ingresó a dicho plantel para impartir la cátedra de solfeo… Luis Sandi (1905) apunta: ‘El gran misterio de Vicente T Mendoza es el compositor Vicente T Mendoza’… En el transcurso de los primeros años de su gestión, encarga a sus colegas compositores partituras que se destinarán a los niños y jóvenes de las escuelas del Distrito Federal Don Vicente participará con un fresco manojo de canciones integrado por ‘Juguetes de Puebla’ (1933); ‘Caballito volador’ (1933); ‘Los pericos’ (1934); ‘La rueda de la fortuna’ (1934) y el ‘Himno al árbol’ o ‘Árbol de todo follaje’ (1934), todos con música y texto del propio Mendoza La amistad entre Sandi y Mendoza se afianza en esa época, aunque ya se habían conocido en 1926… “El periodo que se extiende entre 1933 y 1934, aproximadamente, constituye el único en el cual, además de abocarse fluida y sistemáticamente a la composición, Mendoza pone especial énfasis en la realización de transcripciones Muchas serán con base en obras de diversos autores del repertorio clásico, que traducirá para ser interpretadas por conjuntos vocales Surgen en esa época arreglos para coro, orquesta sinfónica y banda tomados de motivos extractados del folclor de México y otras latitudes…” Apuntes para Mendoza “Contrariamente a los preceptos ‘evolucionistas’ propugnados por sus maestros Carrillo y Chávez, Mendoza no buscó desvincularse ni desbaratar el lenguaje y la sintaxis musical tradicional Una excepción, sin embargo, en esta casi insobornable trayectoria creadora se dio en la década de los veinte, cuando bajo la égida de la ‘Doctrina de la No-Tonalidad’ compone algunas obras como el ‘Trío’ (1926), que presenta al concurso de composición organizado bajo los auspicios del I Congreso Nacional de Música… “La producción musical de Vicente T Mendoza, compositor de rasgos y mecanismos de expresión ‘sui generis’, es susceptible de compartimentarse en tres perfiladas fases: “Fase 1 (ca 1913-1930)- Periodo fundamentalmente formativo y de búsqueda escolástica, en el cual recibe fuerte influencia de Julián Carrillo… “Fase 2 (ca 1931-1943)- … Aledaño al proyecto nacionalista, escribe una de sus obras de construcción más equilibrada: el cuarteto de cuerdas ‘Funeral song’ (1935), en Do mayor… “Fase 3 (ca 1944-1964)- Último tramo de creación, más innovadora en la construcción armónica y melódica, que se extiende hasta el año de su muerte El interés de Mendoza se centra en la evolución íntima y de rango amoroso Prodigalidad en la producción pianística y para canto Obras puntales de ese periodo: ‘Sonata en Si bemol’ (1944); ‘Sonata en Sol menor’ (1950), ‘Laudanza a Puebla’ (1956) y ‘Adagio introspectivo’ (1960)… “Las vicisitudes fortuitas de la infancia en el ámbito pueblerino y aireado de Cholula y Texmelucan en Puebla, el trabajo precoz de ‘chícharo’ de peluquería llegada la adolescencia, y las primeras faenas que debió emprender como topógrafo en varias regiones del país para sobrevivir y continuar sus estudios (esos que sólo concluirá cuando se extinga también su vida), fueron incitando al maestro Mendoza la pasión por el estudio de las cosas que él comprendía como legítimamente mexicanas “Ya en 1936 había formalizado una de sus investigaciones de campo más exhaustivas hasta ese momento: ‘Música indígena otomí en el Valle del Mezquital’ junto a Gabriel Saldívar, quien se abocó a la recopilación de textos literarios Tres años después aparece ‘El romance español y el corrido mexicano’, su primer trabajo de largo aliento sobre uno de los temas que lo ocupara hasta el final de su vida Y en 1941, junto al pintor Antonio Rodríguez Luna y el historiador y crítico Justino Fernández, escribe ‘Las danzas de los concheros de San Miguel de Allende’, texto escasamente difundido y hoy prácticamente agotado en el mercado librero… “Nueve años después de su estancia en Nuevo México, Estados Unidos, don Vicente logrará formalizar uno de sus más añorados deseos: obtener el título de Maestro en Ciencias Musicales de la Universidad (único que otorgó hasta la fecha la principal institución académica de México), que contribuiría también a la regularización de su ‘status’ universitario… “Finalmente, el 26 de octubre de 1955, un jurado presidido por el doctor Fuchs extiende a Mendoza el título de Maestro en Ciencias (especializado en música), al sustentar la tesis sobre los ‘Aires nacionales del estado de Hidalgo’ Fuchs y los integrantes del excepcional sínodo formado también por los maestros Blas Galindo, Rodolfo Halffter y Ángel Salas acordaron concederle, además, mención honorífica “Para cimentar aún más sus conocimientos del método histórico-geográfico ideado por Khron, Mendoza viaja en abril de 1962 a Noruega, con una recomendación del doctor Archer Taylor (maestro de Boggs y uno de los más eminentes representantes de la escuela finesa en Estados Unidos), para que contacte allí a sus amigos de la Universidad de Oslo Esta visita también es determinante para el estudio emprendido por Mendoza, ya que uno de los puentes de difusión más importantes de ese símbolo decorativo fue dicho país, donde se le conoce como ‘Estrella noruega’, del cual trajo en las maletas abundantes muestras reproducidas en lazos, diademas, telas, etcétera… “A su regreso al país, luego de una breve estancia de aproximadamente un mes en la ciudad escandinava, redacta ‘La flor de maíz; símbolo tradicional en México’, último ensayo aparecido en vida del maestro… Fue un ‘buscador’, un ‘sondeador de esencias’, aunque para dar con ellas, las autóctonas, las venas primigenias de lo que llamamos música tradicional mexicana, Mendoza fuera estigmatizado más de una vez con la despectiva sentencia de hispanófilo” Las siguientes frases de Vicente T Mendoza las incluye Meierovich como epígrafe en el capítulo primero, “El folclorólogo’: “El folclore lo traje en la sangre al nacer, cosa primordial en la vida, y todo el conjunto de cosas que posteriormente nacieron a las que también di cima, sirvieron para afianzar más en mí la inclinación folclorista “Para mí la literatura y la música son una sola; al componer música siempre pienso que no solamente escribo notas que formarán una melodía, sino en que los colores y las líneas son gráciles o majestuosas, y en la sinfonía maravillosa de las palabras al expresarse en bella prosa o en armoniosos versos Creo que positivamente una pintura, una melodía o una rima contienen en sí todos los elementos de cada una por separado”

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