CANTO RODADO: Celebración de Santa Sabina

lunes, 9 de febrero de 2004 · 01:00
México, D F, 9 de febrero (apro)- El pasado Día de la Candelaria fue la tamaliza del conjunto Santa Sabina para celebrar quince años en el rock mexicano, si bien a sus integrantes fundadores, Poncho Figueroa y Rita Guerrero, el término “roqueros” les parecía una curiosidad o bufonada en sus inicios, pero ahora lo asumen con todo el espíritu de rocanroleros anticomerciales Fue un festejo que cerró ya entrada la noche con un “palomazo de cuates” en la casa número 25 de la calle Abraham González 116 de la capital, donde habita la vocalista jalisciense Rita Guerrero, quien lleva ya dos décadas viviendo en el Distrito Federal Nacida en mayo de 1964, la también actriz comentó, durante la pachanga: “Me gustaría vivir en otra ciudad, pero no precisamente Guadalajara, porque allá voy muy seguido para ver a mi familia Es lo que les quiero proponer a los demás en el grupo, que nos vayamos a vivir a Oaxaca o Morelia Pero mientras, vivo este DF intensamente, me gusta mucho y me siento contenta, pero a veces me pasa lo que a muchos quienes vivimos aquí, que nos resulta bien neurótico “Hace poco fuimos a tocar a Tlaxcala y estuvimos en Cacaxtla Vimos una peregrinación en el Día de San Miguel con una cantidad tremenda de gente Ya no cabemos en este planeta Me deprimió el paseo porque aunque sé que como país México posee cosas maravillosas que otras culturas quisieran, también padecemos serios problemas, por ejemplo, el rollo de la basura Vi que la gente hacía su picnic y dejaba un basurero descomunal Los de Santa íbamos caminando y, junto a nosotros, los camiones de la peregrinación soltaban un smog tremendo Sin embargo, Tlaxcala es muy limpia” Desde 1989, cuando se formó, este conjunto subterráneo impresionó en sus tocadas en vivo gracias a un híbrido sonido de “dark”, “gótico”, funk y jazz, quebrantando los tiempos del rock tradicional, pero sobre todo deslumbró debido a la presencia erótica de Rita, quien lucía generosamente sus piernas con medias oscuras, bajo una falda atrevida y cortísima, en rojos y negros Su voz de mezzosoprano y gritos onomatopéyicos recordaban las vocalizaciones de Nina Hagen, por lo que la comparación fue inmediata; hoy, la tapatía es un símbolo más fuerte para el rock mexicano que muchas de las vocalistas punketas de final de los ochenta Rita recuerda que en aquella década las autoridades consideraron a Santa Sabina una banda “peligrosa”, no tanto por haber tomado su nombre de la sacerdotisa de los hongos alucinógenos de Oaxaca, María Sabina, sino por su pieza “Nos queremos morir”: “Es una canción que no deberían tomarla literalmente Nos queremos morir porque no queremos vivir en un mundo sin alternativas Porque deseamos vivir, cantamos la muerte de un mundo vacío” La letra de “Nos queremos morir” fue escrita por David Hevia, y dice: “El comandante dice: nos queremos morir; ya entonces será morir Ay, San Juan de Letrán: ora por nosotros Comandante, ora por nosotros Será entonces, comandante, que nos queremos morir Déjanos morir…” La melodía se incluyó en el segundo disco del conjunto (“Símbolos”), y no en el primero de 1992 (“Santa Sabina”, BMG/Culebra CDM 3359), producido por el argentino Alejandro Marcovich, de Caifanes, quien recuerda: “Conocí a Santa Sabina a punto de que tronaran, pues habían formado un contrato disquero que nunca se realizó A su cantante Rita le propuse un disco independiente, como mero intermediario Sugerí ideas nuevas en los ensayos y hasta los apadriné un poco en cuanto a contratos alternos Cuando la disquera Culebra dio luz verde, teníamos ya una propuesta clara” Después siguieron: “Símbolos” (1994), “Santa Acústico” (1995), “Babel” (1996), “MTV Unplugged” (1997), “Mar adentro en la sangre” (2000) y, el más reciente, “Espiral” (2003), de manera independiente, que ellos definen en su sitio oficial de Internet (santasabinacommx) así: “Espiral: símbolo de poder de los primeros pobladores de América, es también del camino ascendente que ha recorrido Santa Sabina a lo largo de su historia Círculos dentro de círculos, el humo que asciende y lleva las ánimas al descanso; los anillos del infierno de Dante Es el séptimo disco de Santa Sabina y el inicio de otra experiencia: es un acto de rebeldía, rompe formas y juega a ser el material más anarquista pero compacto que la banda haya creado” Y si Rita ha escrito muchas de las letras del conjunto, una invitada imprescindible en todos los platos láser de la banda es la pluma de otra mujer tapatía, periodista, poeta y cuentista: Adriana Díaz Enciso (autora de la novela “Puente del cielo” y del libreto para “El fantasma de palacio”, de Isabel Allende, ópera de cámara musicalizada por Hilda Paredes), actualmente radicada en Londres “A la orilla del sol” es del primer disco: “Mi piel empieza a despertar al fresco esplendor de lluvia luminosa que acalla la ciudad…” Para “Símbolos”, Adriana compuso “Alas negras”, “Vete leve”, “Una canción para Louis (vampiro)” y “Despertar a los muertos”; para “Babel”: “La risa de Dios”, “El reino perdido”, “Lamento”, “La garra”, “Los sueños”, “El camino es el deseo”, “Espejo”, “El cielo” y “El ángel” En “Mar adentro” incluyó dos poemas: “Duerme amor” y “Agua fiera”; finalmente en “Espiral” aportó “Ecos de la piel”, “Plegaria” e “Invitación” Voceros del movimiento zapatista y promotores de la obra del rupestre Rockdrigo González, aparte del bajista Poncho y Rita, Santa Sabina lo forman la batería de Julio Díaz; Leonel Pérez en el chelo; Rodrigo Garibay (sax y clarinete), y la lira de Alejandro Otaola Considera Poncho: “En México, el concepto de rock es mucho más amplio y rico, menos divisionista y más incluyente, significa aquí, más que en otros lugares, a un grupo de personas de una u otra generación que sigue buscando un lenguaje de identidad; lo comercial en el rock no ha alcanzado niveles históricos, como en Estados Unidos y, en ese sentido, Santa Sabina forma parte de la voz de la ciudad y del acervo cotidiano de México”

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