BUZÓN DE APÓCRIFOS: Celebración

lunes, 10 de mayo de 2004 · 01:00
México, D F, 10 de mayo (apro)- Confusos y confundidos humanos: con motivo de su celebración del Día del Trabajo por tantos de ustedes, voy a permitirme refrescarles la memoria Tal festividad, como bien saben, es fruto de la llamada Civilización Occidental y Cristiana, de profundas raíces judeo-grecolatinas y es la que corta el bacalao en la actual globalización, y siempre fiel al dicho “el que parte y bien reparte, guarda para sí la mejor parte” Bien Déjenme decirles que veo mi existencia, en esa civilización, como un drama en tres actos, que tiene como aciago protagonista a un servidor; como actores a ustedes, patéticos humanos; tiene por escenario la tierra y como resorte de la acción, la insaciable ambición de la mentada civilización por ser la hegemónica en el mundo Les ofrezco a continuación un resumen del mencionado drama PRIMER ACTO: nada más levantarse el telón, ya aparezco como el villano de la trama, por ser la maldición y el castigo de una divinidad celosa, iracunda y vengativa, Yave, que así respondió la curiosidad humana, su afán de cambio y crecimiento al decretar: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente” Curioso, los gandallas entre ustedes, esos que en todas épocas por pensar que “saben hacerla mejor”, juzgan que merecen todos los privilegios, estimaron que la maldición divina también podía interpretarse como “ganarás el pan con el sudor del de enfrente”; por eso, en cuanto comprobaron que obtenían más beneficios haciendo trabajar a los vencidos que comiéndose su carne, inventaron la esclavitud, que por siglos pervive, una veces abiertamente y otras enmascarada con la servidumbre de la gleba, el laboreo de la tierra, fuente primaria de la riqueza Por cierto, a los romanos, que todo lo hacían conforme a derecho, les deben mi nombre, pues proviene de la palabra latina tripalium, instrumento de tortura utilizado para someter y obligar a los esclavos –BAJA EL TELON-- SEGUNDO ACTO: al levantarse el telón, lo hace sobre siglos después y sobre una Europa en expansión y hierve con las contradicciones del Renacimiento, el descubrimiento de América, la Reforma y la Contrarreforma Es un momento glorioso para un servidor, sí, ya que “los que mejor saben hacerla”, los protestantes, principalmente los puritanos calvinistas y los cuáqueros, dando un giro de 180 grados a la maldición yavética, sibilinamente determinan que el trabajo es la medida terrenal de los méritos ganados para acumular un tesoro en el cielo ¡Adentro! Con ello son los que tienen más éxito económico y político, por lo que terminan alzándose con el santo y la limosna En escena, las luchas que se dan por más de dos siglos por intereses económicos y políticos, participan muy católicas majestades de España, cristianísimos reyes de Francia, la inglesa Isabel I, John Haewkins, el cardenal Richelieu J B Colbert y el mismísimo Napoleón, católicos, apostólicos y romanos portugueses y fervientes bíblicos protestantes ingleses, holandeses y daneses Luchas en las que tienen importantísimo papel la esclavitud y la servidumbre En diversas partes de la tierra, pero sobre todo en el llamado Nuevo Mundo, los naturales son sometidos a servidumbre, después de haber sido despojados de sus tierras Luego, cuando “los que sí saben cómo hacerla” descubrieron que “nada hay que contribuya tanto al desarrollo de las colonias, el cultivo de sus tierras y la explotación de sus minas como el laborioso trabajo de los negros”, se lanzaron de lleno al abominable, pero eso sí, beneficioso negocio de la “trata”, con lo que la esclavitud alcanzó niveles nunca antes conocidos Se crearon compañías oficiales y otras muchas más debidas a osados emprendedores de la iniciativa privada, con lo que la “trata” dio lugar a una plutocracia negrera que contribuyó poderosamente al contrabando y con él al desarrollo de la industria y negocios de las naciones… ¿Más avanzadas y civilizadas? Ustedes dirán Ni miento ni exagero La historia dice que el comercio de esclavos, del siglo XVI a inicios del XIX, tuvo una importancia creciente en el cuadro de la Civilización Occidental y Cristiana, es decir, de Europa y América –BAJA EL TELON-- TERCER ACTO: se levanta el telón sobre la actualidad, momento en el que ese producto de la Civilización Occidental y Cristiana, la globalización, se extiende, profundiza y afirma su hegemonía y en el que un servidor queda en tal situación, que casi añora el tiempo en que era considerado una maldición divina y llorar por el que era visto como un medio para conquistar el cielo, pues a pesar de que la globalización se ofrece como incluyente, democrática y respetuosa de las minorías, parece que la única minoría a la que respeta es la de los ricos, ya que si las estadísticas de prestigiadas instituciones internacionales no mienten, la tal, a pesar de contar con recursos científicos y técnicos que le permiten producir bienes de consumo como nunca antes, está intensificando la desigualdad entre los menos, los ricos, y los más, los pobres Y por lo que respecta a este servidor, lo peor es que si bien las máquinas están sustituyendo el trabajo humano, eso, en la realidad, en lugar de beneficiar a los humanos en conjunto, está fomentando la precariedad en el empleo, cuando no condenando a millones así liberados a ser esclavos del más despiadado de los amos: el desempleo, consiguiendo con ello que no pocos estén implorando por uno y, en casos, incluso vendan su dignidad por un plato de lentejas si las leyes el mercado y la rentabilidad a cualquier precio, que rigen la mentada globalización, así lo demandan CAE EL TELON Díganme, ¿es eso avance o retroceso? ¿Es ese el final de mi drama… y el de ustedes? Hombres, suyas son las respuestas Sin más EL TRABAJO

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