TRAS EL TRAZO: Gilberto Aceves Navarro reconoce a Vlady como pintor
México, D F, 24 de mayo (apro)- Hace unas décadas, hacia mediados de los años setenta, el pintor Vlady realizó unos murales al fresco, casi dos mil metros cuadrados, en el antiguo oratorio de San Felipe Neri, que alberga la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada
“Nadie había pensado que esos enormes muros recibieran decoraciones pictóricas, cuando ya Vlady los había instalado en su imaginación con esa terquedad que suelen tener los artistas con iniciativa”, narró en enero de 1977 la crítica de arte Raquel Tibol en una de sus columnas para la revista Proceso
Esos muros que --contó el propio artista al reportero Armando Ponce del mismo semanario-- intentan expresar “lo fluido de la historia”, fueron el escenario en el cual el pasado lunes 17 de mayo, Vlady hizo entrega simbólica de una donación de cuatro mil 601 obras al Instituto Nacional de Bellas Artes
El acto oficial sirvió al creador, arraigado en México desde 1943, para dialogar con el público asistente, entre quienes se encontraban el fundador del Partido de la Revolución Democrática, Cuauhtémoc Cárdenas, y el pintor Gilberto Aceves Navarro, quien contó una historia sobre los murales
Vlady, siempre renuente a la venta del arte --aunque admitió que ha tenido que vender algunas de sus obras por necesidad--, explicó su donación:
“Todo lo que hacen los creadores, que son del género humano, está hecho para cada uno de los miembros de la especie humana; cada obra, cada nota, cada estrofa de un poema está hecho para todos los seres humanos Cuando vemos La Gioconda o cuando vemos un buen cuadro de Diego Rivera --que no hay buenos cuadros, solamente hay buenos frescos-- se ha hecho específicamente para cada uno de nosotros”
Luego de la firma de los convenios que formalizaron la donación --inicialmente de 500 piezas de gráfica y dibujo-- Vlady escuchó y respondió las preguntas del público Y por fin tocó el turno a su colega Aceves Navarro:
“Voy a contar una historia de alguien que fue niño, yo, y como tú --dijo a Vlady-- tampoco dejé de serlo”
Se remitió a la época cuando la Biblioteca Lerdo de Tejada funcionó, entre 1874 y 1954 como el famoso teatro Arbeu, levantado sobre las ruinas del templo de San Felipe Neri, para decir a Vlady:
“Aquí jugué de niño muchas veces porque mi madre cantaba En esta área (donde se hizo la ceremonia de donación) estaban los camerinos y yo andaba dando una guerra del demonio, subía, bajaba y subía era lo que actualmente se llama ‘niño hiperquinético’ y que en aquel entonces era ‘pinche mocoso latoso’ y le daban a uno sus coscorrones
“Entonces yo crecí aquí y cuando me enteré que estabas pintando vine corriendo a ver qué estabas haciendo; estabas trabajando en ‘El Nacimiento de Eva’ y me decía: ‘¿Dónde está?’ Se me revolvían las memorias, y me preguntaba: ‘¿Por qué Vlady trata de pintar todo esto y lo trata de pintar como no lo hubiera hecho Van Gogh? ¿Qué está tratando de hacer?’
“Ahora entré y casi no quería hablar, porque entré con los ojos tapados de otras cosas y ahorita se me han ido limpiando y limpiando, y cada vez me gusta más (lo que hizo Vlady), así que ya me voy a ir pa’ que no me siga gustando porque voy a acabar diciendo: ‘¡Chin, qué gran pintor es este cuate!’ y no quiero, no tengo ninguna gana… Me muero de envidia”
Tras reír de buena talante, Vlady le respondió:
“Así somos los amigos ¿Sabes lo que me dijo Rafael Coronel cuando terminamos aquí? ¿Quieres saber? Junto a unos cuantos pintores, estaba Rafael Coronel, quien se sentó en el borde de una mesa --nos llevábamos como nos llevamos todos, como rivales apenas tolerantes, nada más que se muere uno y entonces vienen a llorar los cabrones--… Y me dijo: ‘Aquí has hecho algo que nunca sabrás lo que has hecho, ni tú mismo sabes lo que has hecho’…
“Yo lo tomé como un homenaje Y terminó diciendo: ‘Este cabrón nos quiso chingar Y nos chingó’”
--Sí --le reviró Aceves Navarro
--¿Entonces tú entras en la cuenta? --le preguntó Vlady
--A mí, particularmente; porque me quitaste mi área de juego, yo jugaba aquí y tu acabaste jugando más grandote
--Se hace lo que se puede --concluyó Vlady--
Tras varios minutos de aplausos, terminó la ceremonia con la cual, además de contar con estos miles de metros de murales, el Estado mexicano se beneficia con una de las mayores donaciones artísticas, que haya hecho pintor o coleccionista alguno