BUZÓN DE APÓCRIFOS: Juego de sombras

lunes, 3 de mayo de 2004 · 01:00
México, D F, 3 de mayo (apro)- Mi muy estimado sobrino George W Bush: lamento que la presente sea para darte dos noticias, una buena y otra mala Habría deseado que todas fueran buenas Ni modo Resulta que en días pasados me encontré con ilustres sombras de nuestra historia patria que, con el juego de concederte del 1 al 10 por tus palabras y decisiones en el asunto de Irak, en el fondo te estaban juzgando Voy a darte primero la buena Decían que teniendo en cuenta que, ante los ojos del mundo, nuestro amado país no se puede permitir el lujo de hacer o producir nada en regular escala y todo debe hacerlo, no en grande, sino en gigantesco, tu discutida, por unilateral, intervención en Irak merecía un 10 Decidieron que merecías otro 10 por tus constantes referencias a la divinidad, al dar a entender que Dios está de tu lado en la lucha contra el terrorismo, pues con ello alimentabas y robustecías el general sentimiento que ha tenido y tiene el estadunidense de haber sido elegido por la Providencia para regir el mundo y hasta para regenerarlo si es preciso, sentimiento que se refleja en el dicho popular de “Dios protege a los niños, a los borrachos y a los USA”; en lo político, en que todos nuestros gobernantes, jueces y otras autoridades, al asumir sus funciones, juran sobre la Biblia; en lo económico, en la leyenda que llevan los billetes de nuestro país: In god we trust Te adjudicaron otro 10 al tener en cuenta que el conflicto de Irak se debe, al margen de toda retórica, a intereses petroleros y gaseros de compañías estadunidenses, ya que con tu decisión de detonar el mismo, demostrabas que eras un fiel servidor de lo evidente: que si el poder público de nuestra amada nación es disputado por dos partidos, el Demócrata y el Republicano, en el fondo, como bien se sabe, el tremendo peso y presión de los grandes consorcios comerciales, industriales y bancarios, señalan rumbo a la política interior y exterior de la nación Ganaste otro 10 porque estimaron que conforme a tus tronantes declaraciones a favor del libre mercado y tus decisiones en el asunto de Irak, con palabras y obras estabas mostrando y demostrando que eres el más connotado representante y merecedor del título de paladín de eso que se llama ahora la visión empresarial de la historia ¡Felicitaciones! Como verás, todo iba sobre ruedas ¡Mas ay! Aquí, un pequeño grupo de sombras, que había permanecido en silencio y sin participar en la votación, comenzó a dar señales de vida Lo que dijeron, es la mala noticia que tengo que darte La primera que tomó la palabra fue una sombra alta, delgada, huesuda y pelirroja, la de Jefferson, que con venenosa ironía dijo: “Señores, no me extraña su disparatada votación, pues ella se debe a la lógica de que han olvidado y por lo tanto no lo tienen en cuenta para nada, lo que yo escribí en vida, tomando en cuenta el espíritu de nuestra Independencia: que en una república bien ordenada hay que anular los privilegios de la aristocracia de la riqueza, que acarrea más perjuicios y peligros que beneficios para la sociedad, y abrir las puertas a la aristocracia de la virtud y del talento, a la que la naturaleza con sabia previsión ha reservado la dirección de los intereses sociales…” Con eso ardió Troya, como dicen, pues otras sombras de dicho grupo, entre las que destacaban las de Emerson, Thoreau, Twain y Lincoln, por nombrar sólo las más notable por cuestión de espacio, dijeron que merecías la votación de menos 10 en todo Declararon que el hecho del ataque y ocupación de Irak, lo único que había demostrado y demuestra, es la gran desvergüenza, el gran cinismo de tu gobierno, pues ese hecho, como bien se sabe, se basa en mentiras Opinaron que se te debía tener como uno de los mayores corruptores de la política y contribuyente del desprestigio de los políticos, a nivel nacional e internacional, ya que tus constantes invocaciones a la libertad y la democracia, tus decisiones unilaterales fundamentadas en engaños, las desmienten Que cuando afirmas que mañana te agradecerán lo que hoy te critican, estás intentando hacer de la democracia un ridículo, por discutible, “denmegracias” Señalaron que tus también continuas invocaciones a la Providencia para justificar tus pensamientos, palabras y obras, eran risibles, cuando no blasfemas, pues las traicionas con el ejercicio no de lo que ordenan los Diez Mandamientos y sí con las arterías y triquiñuela de “El príncipe”, de Maquivelo Nadie negó el legítimo derecho del pueblo de los USA a defenderse, pero manifestaron de hipócrita el que hayas bautizado a la lucha contra el terrorismo con el nombre de “justicia duradera”, cuando los hechos, día con día, están aireando las falacias de tantas de tus decisiones Te diría que no son para que te preocupen los argumentos de las sombras disidentes, ten en cuenta que nuestra historia patria no olvida que muchas de ellas fueron señaladas en sus días como herejes, descreídos y hasta de traidores, como, por citar sólo dos ejemplos, Henry D Thoreau, que se negaba a pagar impuestos y fue uno de los padres de la peligrosa llamada “desobediencia civil”, o Mark Twain, que se atrevió a recomendar que la bandera del país debería cambiar sus barras blancas por negras, y sus estrellas por calaveras Pero desgraciadamente existen, en nuestra amada nación y en el extranjero, entusiastas y obstinados admiradores de los mismos que ya te están dando y pueden darte más de un dolor de cabeza Mi muy estimado sobrino George W Bush, para que no bajes la guardia y te prevengas más y mejor contra los mismos, es por lo que te he escrito la presente Sin más, tu siempre afectuoso TIO SAM

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