CANTO RODADO: Música griega de ayer, hoy

lunes, 31 de mayo de 2004 · 01:00
México, D F, 31 de mayo (apro)- Cada país elegido para organizar los Juegos Olímpicos otorga su propio sello musical al evento En 1936, cuando la Alemania de Hitler realizó las XI Olimpíadas, muchos de los compositores quedaron marcados por el estigma de componer música “nazi” Cuando el 1 de agosto de 1936 se encendió la llama olímpica en el estadio de Berlín, el “Himno Olímpico” de Richard Strauss (1864-1940) fue tomado como alabanza a la superioridad de la raza aria, dando inicio a aquellas competencias germanas que inmortalizaron al atleta negro Jesse Owens para rabieta del “führer” Las “pegajosas” y alegres fanfarrias de las XIX Olimpíadas en México’68 fueron compuestas por el músico Carlos Jiménez Mabarak (1916-1994), discípulo de Silvestre Revueltas y quien además de escribir mucho para películas, ya en 1947 ganara un concurso conmemorativo del Centenario a los Niños Héroes de Chapultepec contra los invasores gringos, convocado por el INBA Este año le toca a la demócrata Atenas llevar a cabo las justas deportivas más importantes del planeta (creadas precisamente en la civilizada Grecia para acabar con las guerras políticas), por lo que cada vez que en la televisión oigamos la música inaugural de las Olimpiadas 2004, relacionaremos esos sonidos con el país anfitrión Tal vez nunca podamos saber cómo iba la fanfarria que se tocó cuando el caballo de Troya hizo su entrada en esa antiquísima ciudad (situada en lo que hoy es Turquía y desde 1998 declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO); ni tampoco logremos conocer los coros originales de las obras teatrales de Sófocles No obstante, hay música griega que data de hasta tres y cuatro centurias anteriores a Cristo y que ha sobrevivido Homero describe en “La Ilíada” y “La Odisea” las canciones de los viñedos, así como los himnos en alabanza para los dioses del panteón griego, y cómo esas melodías imponían a los mortales su gran fuerza anímica (llamada “ethos” por el psicólogo Bateson para definir los patrones que brindan las características de una comunidad social, con integración de los ideales para asegurar su cohesión) La cítara, gran lira griega de siete cuerdas y que llegó a tener hasta doce, es un instrumento ligado al Apolo solar, en tanto que el aulos (flauta doble tocada al unísono con cuatro o cinco agujeros) se soplaba en honor al travieso Dionisio, dios del vino Las referencias de Homero al aulos sugieren que era un instrumento campesino que acompañaba las bodas, los funerales, y la premiación a sabios y atletas; pero hacia el siglo V antes de Cristo fue desvalorizado e incluso proscrito por Platón y Aristóteles en sus ciudades ideales Posteriormente recobró su prestigio El mito de Orfeo cuenta que este poeta y cantor, con su música otorgaba vida a los objetos inanimados e incluso retaba las energías del temible Hades Su amor por Eurídice fue motivo de varias óperas, ballets y poemas sinfónicos en los siglos XIX y XX, y en 1956 el director francés Marcel Camus (1912-1982) llevó a la pantalla su “Orfeo negro”, basada en una obra teatral del brasileño Vinicius de Moraes (“Orfeo da Conceicao”), con precioso tema de Antonio Carlos “Tom” Jobim y Luis Bonfa que comienza: “La tristeza no tiene fin, la felicidad sí” Entre los músicos griegos más antiguos de la humanidad podemos mencionar a Píndaro de Tebas (siglo VI a C), cuyas odas representan el nacimiento de la música coral griega, y Timoteo de Mileto (siglos V aC), virtuoso de la cítara Imposible dejar de mencionar las doctrinas de Pitágoras de Samos (siglo V aC), quien teorizó acerca de la “música de las esferas” y creía en la importancia de los números como una guía para la interpretación del universo De acuerdo con la leyenda, por inspiración divina descubrió la racionalización matemática de las consonancias musicales en el peso de los martillos empleados en las fraguas, así como los intervalos de la escala en octavas Por él, la música fue un arte que se incluyó como parte de la ciencia matemática El desarrollo de estas teorías pitagóricas con Nicómaco de Gerasa y Tolomeo (siglo II dC) fue crucial para establecer los cánones de la música europea medieval Aquellas escalas y modos griegos nos son bien conocidos, a la par que es fácil imaginar la musicalidad poética de los cantores clásicos si seguimos los versos acentuados por sílabas (como los yambos pentámetros y otros adaptados por la métrica en la poesía inglesa) Gracias al descubrimiento en Egipto de algunos papiros que contenían notación musical griega, hasta hace relativamente pocos años fue posible conocer una treintena de canciones griegas que llegaron a nosotros desde tiempos de la Edad Media Hoy día podemos reproducir la música que se oía durante el Imperio Romano; suena florida, histriónica, incluso “extravagante”, a decir de M L West en “Música de la antigua Grecia” (1992), musicólogo del Departamento de Estudios Clásicos de la Universidad de Cincinatti, quien ha publicado un par de aquellos papiros con notación musical griega (en Internet: classicsucedu/music) Sin duda, el bouzouki es el instrumento griego por excelencia, habiendo de seis y ocho cuerdas Dicho instrumento se popularizó tras las películas “Nunca en domingo” (1960, protagonizada por Melina Mercouri, con música de Manos Hadjidakis) y “Zorba el griego” (que en 1965 catapultó al estrellato ni más ni menos que a Anthony Queen, cinta con música del notable Mikis Theodorakis) Por cierto, el bouzoki irlandés deriva del griego Pero esas canciones para filmes son más bien sencillas, en tempo de 4/4, más apto para un público de gusto “occidentalizado”, y no exponen la riqueza de los elaborados ritmos griegos Entre los ritmos más frecuentes (y complicados) se hallan el kalamatiano (en 7/8) y el seimbeiko (en 9/8) Si usted desea escuchar algunas de estas melodías griegas antiguas, consulte en la Red Internet: http: oeawacat/kal/agm con ejemplos tomados de Academia Austriaca de las Ciencias, por el librero Stefan Hagel Además del mencionado Theodorakis, quien musicalizara “El canto general” del poeta chileno Pablo Neruda, entre los compositores griegos más importantes del siglo pasado está Iannis Xenaxis, nacido en Rumania hacia 1922, interesado en los dramas griegos antiguos que utilizara en varias de sus obras ¿Y cómo olvidar a María Callas (1923-1977), la soprano griega y para muchos, la mejor cantante operística del mundo? Si usted recuerda los nombres de artistas griegos masculinos como Georges Moustaki, Demis Roussos y Yanni, he aquí algunos de mujeres herederas de la musa Euterpe, “la portadora del placer”, siempre representada tañendo una flauta: María Farantouri, Kalliopi Vetta, Savina Yanatou, Haris Alexiou y, claro, Nana Mouskouri

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