Analfabetas funcionales

viernes, 23 de julio de 2004 · 01:00
México, D F, 22 de julio (apro)- Los inicios de la computación personal fueron vacilantes Surgieron maquinitas que tenían 4K, 8K, 16K bytes de memoria, asunto que nos dejaba atónitos por la cantidad enorme de memoria que eso representaba, que usaban Basic como lenguaje materno si es que teníamos suerte, y que trabajaban a través de comandos, todo en modo texto La idea de Windows estaba realmente lejos Pero como todo evoluciona, el cómputo personal también lo hizo De hablar de miles de bytes, empezamos a hablar de millones de bytes (megas) y no tardará en que hablemos de terabytes La memoria de las primeras computadoras personales (la Commodore64 o la Apple//e, por ejemplo) no sobrepasaban los 128K bytes de memoria y éramos felices si teníamos tales tamaños de recursos Hoy nos reímos que en ese espacio hay imágenes que simplemente no caben Así, el tortuoso camino de los avances llevaba consigo aprendizaje Para poder usar una computadora personal había que saber toda una serie de comandos, los cuales uno escribía y entonces la máquina procedía a ejecutarlos Pero entonces nació la interfaz gráfica, originalmente inventada por Xerox y más tarde copiada descaradamente por la empresa Apple, la cual fue, a su vez, copiada con el mismo descaro por Microsoft Aquí, igualmente, nació el ratón, ese dispositivo que en muchos sentidos ha desplazado al teclado para indicar a la computadora qué hacer Pues bien, la política atrás de la interfaz gráfica era, sin duda, hacer más fácil la vida a los usuarios Nada de comandos modo texto Ahora uno daba click con el roedor sobre un icono pequeñito y se ejecutaba el comando correspondiente En el fondo, la intención era hacer lo que se logró con el automóvil Para conducirlo no se necesita ser un experto mecánico, y es más, no se necesita siquiera saber cómo abrir el cofre Uno arranca y listo, está conduciendo su auto por las calles ¿Por qué no? Pensaron algunos, ¿no podría hacerse lo mismo con los que usan computadoras? Incluso, en la interfaz gráfica (llámese Windows, MacOS, X-windows, etcétera), hubo de resolver una serie de problemas: qué es lo que más frecuentemente necesita hacer el usuario; qué herramientas de software son las más útiles; cómo será, pues, la interacción final entre el hombre y la máquina Si nos remontamos a la sofisticación de Windows 3x contra lo que tenemos en Windows XP, es claro que el modo gráfico y sus usos han avanzado a pasos de gigantes, pero esto lleva un costo: estamos perdiéndonos de saber cómo es que las cosas funcionan Pongamos un ejemplo: no se necesita ser un genio para entender por qué un avión vuela Conocemos los principios fundamentales y es suficiente esto para entender por qué un jumbo jet puede surcar el cielo No obstante, no tenemos ni remota idea de cómo se conecta una red, o cómo es que nos enlaza a Internet El cómputo, a través de sus propios esquemas de software (por ejemplo, los instaladores automáticos, o wizards, que preguntan lo fundamental y esconden todos los detalles a los usuarios), evita que aprendamos en el camino Insisto, no se trata de saber pelos y señales del asunto, pero no estaría mal aprender algunas cosillas de los aparatos que usamos a diario Así, en el pecado llevamos la penitencia El cómputo personal moderno nos ha convertido en gran medida a todos en analfabetas funcionales Entiendo, desde luego, que esto ha producido que avancemos a considerable velocidad, asunto que de otra manera hubiese sido imposible, pero es claro que este paradigma en el desarrollo del cómputo casero da un halo de oscuridad a todo lo relacionado con la máquina ¿Cómo es que se conecta el ratón? ¿La impresora? ¿Un disco duro? Llámese al experto, él es el único que sabe Sin duda todo avance tiene sus pros y contras Las cámaras digitales son fantásticas: permiten tomar fotos y borrar las que no nos gusten de inmediato Se elimina en muchos sentidos el complejo evento del revelado y todo parecía fenomenal, pero a cambio vemos que perdemos la memoria histórica de muchos eventos Por ejemplo, antes, un periodista tomaría N rollos de un acontecimiento Quizás del total de fotos tomadas, muchas no sirvieran, pero conservaban los momentos desarrollados Con el invento de la cámara digital estamos perdiendo eso Si es importante o no, sólo el tiempo nos lo dirá

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