México, D F, 5 de julio (apro)- Es claro que el ajedrez ahora es mucho más popular que hace 30 años y, por ende, el esquema original de torneos zonales, interzonales, candidatos y match final por el título máximo ya se es obsoleto Así entonces, la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) ha desarrollado –ya hace unos cuantos años– un esquema para dilucidar quién es el campeón del mundo Siendo ésta la cuarta vez que se organiza un torneo de esta magnitud, en donde la fórmula es la de la eliminación sencilla, tipo Wimbledon, y que de un número de jugadores (128), se van enfrentando en matches específicos hasta llegar a quedar dos, que jugarán seis partidas y en donde el ganador será proclamado campeón del Mundo
Indudablemente la fórmula tiene sus más acérrimos críticos y más ahora que los jugadores israelíes no participaron en Trípoli, Libia, pues unos temían por su seguridad, mientras que otros no podían quitar un entorno político difícil Así, jugadores de la talla de Gelfand, Gulko y Mílov, por ejemplo, simplemente no pudieron jugar este torneo y así no sólo quedar fuera de la posibilidad del título mundial, sino que además, de optar por alguno de los jugosos premios que se dan a los jugadores que avanzan ronda tras ronda
El torneo empezó el 19 de junio Se juega a 1 hora y 30 minutos por jugador, con incremento de 30 segundos por jugada realizada Se juegan dos partidas a este ritmo Si hay empate, los jugadores tendrán que jugar ese mismo día (después de la segunda partida), dos encuentros a 25 minutos por jugador, con incremento de 10 segundos por jugada realizada De persistir el empate, se jugarán dos partidas más, pero ahora en la modalidad blitz, que es de 5 minutos por jugador, con 10 segundos de incremento Finalmente si aún no hay un ganador, se jugará una partida más, la muerte súbita, en donde las blancas dispondrán de seis minutos contra cuatro del negro, sin incremento, pero que en caso de empatar la partida, las negras saldrán con el triunfo
Así pues, el Campeonato Mundial de Ajedrez, que se lleva a cabo en Trípoli, Libia, ha sido, sin lugar a dudas, muy emocionante De 128 jugadores que empezaron la lucha, sólo quedan ocho, de los cuales, uno solamente es latinoamericano, y para ser más preciso, de Cuba Se trata del joven Gran Maestro Lenier Domínguez, que de unos pocos años a la fecha se ha colocado como el más fuerte jugador de toda América Latina, probablemente Ya algunos lo quieren bautizar como el nuevo Capablanca, pues está haciendo trizas los pronósticos y ha pasado por encima de luminarias del ajedrez mundial
Los ocho jugadores que aún continúan en la batalla por el título son: Topálov (Bulgaria), que enfrentará a Kharlov (Rusia); Kasimdhanov (Uzbekistán), que enfrentará a Gríschuk (Rusia); Lenier Domínguez (Cuba) que medirá sus fuerzas con la sensación juvenil de hace un par de años, Radjábov (Azerbayán), y finalmente, Adams (Inglaterra), jugará contra Akópian (Armenia)
Haber llegado hasta la quinta ronda de este durísimo torneo es ya un gran mérito de alguien como Lenier Domínguez, cuyos triunfos no son obra de la buena suerte o de la casualidad Es claro que el gran maestro cubano trabaja diario de manera disciplinada en el tablero Juega constantemente y él, como su máximo antagonista, Lázaro Bruzón, son los que llevan la estafeta cubana en el ajedrez mundial
Independientemente si Radjábov detiene el paso de Lenier Domínguez, es evidente que el ajedrecista caribeño habrá logrado lo que muchos quizás no esperaban que ocurriera: que un cubano lograra ese nivel de excelencia que podría encumbrarlo y por qué no, convertirlo en campeón del mundo, el segundo que Cuba podrá tener, después de que José Raúl Capablanca lo fuera a fines de los años veinte Así, quizás se repita la historia más de 70 años después