BUZÓN DE APÓCRIFOS: ¡Vade retro,...!
México, D F, 9 de agosto (apro)- ¡Vade retro!
Sí, queridísimos hermanos en la fe, esa tiene que ser nuestra actitud ante la peligrosamente seductora película “UN DÍA SIN MEXICANOS”
Si me preguntan si la he visto, les informo que no; que si me dicen si es así por qué la juzgo tan severamente, le contestaré que no es necesario probar un pescado o una carne que huele mal para saber que están pudriéndose, y “UN DÍA SIN MEXICANOS” hiede, por eso les escribo la presente
Su peligrosa seducción está en que es una obra de humor, un filme que convierte un grave problema en un tema de risa Ese es su primer error y no su principal virtud, como pueden pensar muchos ingenuos Hay que reflexionar, analizar para entender que la risa no es un absoluto y comprender que existe la risa de los ángeles y la risa del diablo ¡Y al diablo tiene muchas maneras de matar pulgas! Y eso es lo que ocurre con “UN DÍA SIN MEXICANOS” Burla burlando, con su humorismo, con el pretexto de la comicidad, de manera sesgada y aviesa, encierra y difunde las semillas de las peores tendencias humanas: el orgullo, la arrogancia, la soberbia, que muy bien pueden llevar a la rebelión, pecado satánico por naturaleza
Eso no es nuevo
Recordemos que el pagano Aristófanes, con torpe jocosidad y lenguaje soez, supuso que las mujeres muy bien podían solucionar el grave problema de la guerra y sus muertes con una simple huelga de sus vaginas ¡Error y burla diabólica! Ese pagano, con su escatológica obra, “Lisistrata”, por medio de la comicidad, sobrevalora el feminismo, hasta festeja; incluso celebra y justifica el triunfo de la rebelión del mismo ¡Vade retro, Satanás! ¿Pues qué? ¿No los padres de la Iglesia nos han explicado y demostrado a saciedad que por la mujer le fue posible al Diablo introducir al pecado y a la muerte en la Tierra? ¿O no es así, mis queridísimos hermanos en la fe?
Veamos otro ejemplo de la soberbia triunfante El de la plebe de Roma, que allá en el año 494 antes de Cristo, estuvo a punto de ahogar en su cuna el futuro poder y gloria de la Ciudad Eterna Recordarán que en esa fecha, enloquecidos de arrogancia, en una borrachera de soberbia, los plebeyos se retiraron al Monte Sacro y dijeron que no darían un bracero a la tierra, ni un obrero a las industrias, ni un soldado al ejército y por más que les enviaron embajada tras embajada, obstinados en su orgullo, los plebeyos no cedieron hasta que un ilustre patricio, un padre de la patria, logró convencerlos al contarles la ejemplar parábola del hombre aquel cuyos miembros, para fastidiar al estómago, se negaron a procurarle comida con lo que, habiéndose quedado sin alimento, acabaron por morir ellos también, como el órgano del que querían vengarse
¡Ah! ¿Se imaginan a que desorden, a qué tensiones, a qué peligrosa desestabilidad estaríamos sometidos si los trabajadores de la actualidad, como los plebeyos de la antigua Roma, cegados por la arrogancia pensaran y reclamaran que sus derechos son tan transnacionales como los del capital o los de la libre empresa y para conseguirlo se retiraran al Monte Sacro, esto es, proclamaran de manera global una “huelga general”? Oremos porque eso no suceda, pues burla burlando, a eso es a lo que puede llevar, por medio de su seductora comicidad, de la risa, la mencionada película A despertar los malos instintos de la fuerza desorganizada y confusa del número, a unirla en la soberbia, en la arrogancia y que enceguecida por ellas caiga en el mal sueño de pensar que una “huelga general globalizada” es el único y más efectivo medio para enfrentar, luchar e incluso doblegar a la fuerza organizada, sea la que sea y así esté la misma sancionada, institucionalizada por la ley
Por lo expuesto y no por un delirante celo pastoral, que por excesivo pudiera ser delictivo, y sí por cumplir rigurosamente con mi ministerio, pues ya desde el segundo Concilio de Cartago escrito está: “Si algún clérigo o monje dijese palabras jocosas que muevan a risa, sea anatema”, es por lo que les escribo la presente Y también por advertirles, para evitarles que caigan en falta, para que recuerden y tengan en cuenta que la Sagrada Biblia dice –Eclesiástico, II, 2--: “He considerado a la risa un error; y, al regocijo le he dicho: ¿por qué te engaña vanamente?”
Porque no olviden esto último que he escrito y para que toda semilla de malicia que encierra la película “UN DÍA SIN MEXICANOS” no fructifique les pido, queridísimos hermanos en la fe, que elevemos nuestros corazones y oremos
Amen
FRAY MOCHO