México, D F, 9 de agosto (apro)- Basada en una historia del maestro Isaac Asimov, la película Yo, robot (“I, Robot”, EU, 2004) es una de esas cintas que a Hollywood le hacen ganar mucho dinero, de esas que no exigen al espectador, pues se conforman con un protagonista popular (Will Smith) cuyas ocurrencias, brincos y “karatazos” importan más que todo lo demás Con un tratamiento más de thriller que de ciencia ficción, Yo, robot se desarrolla en la ciudad de Chicago, en el año 2035, año en el que los humanos y robots conviven en armonía, excepto para el detective Spooner (Smith), quien sospecha en exceso de los nuevos sirvientes de los seres humanos ¿Será seguro confiar a los robots el cuidado de nuestros hijos y perros? ¿Será confiable encargarles a los robots que cocinen y limpien la casa? Estas preguntas comienzan a tener sentido cuando un importante científico, el Dr Alfred Lanning, muere en un acto que parece ser un suicidio Sin embargo, para Spooner, hay gato encerrado en este asunto, o más bien un robot que se hace llamar Sonny Si es así, Sonny es el primer robot en quebrantar una de las leyes de la robótica, aquella que ordena a los robots no lastimar a un ser humano, con lo cual la convivencia entre ambos quedaría en entredicho El personaje más interesante es el de Sonny, maravilloso y aterrador a la vez: maravilloso por el hecho de mostrar sentimientos y dilemas existenciales como nosotros, pero aterrador en el sentido de que una cosa se ha convertido en un ser pensante, al igual que nosotros, ¿Será igual de cruel? ¿También igual de peligroso? ¿Querrán el poder? Pero lo anterior se olvida rápido, pues lo más importante son los brincos y disparos de Will Smith (cuyo papel nos recuerda al de Hombre de negro y Día de la independencia) y la pregunta de ¿Qué pasará? Así que si no desea arriesgar su dinero, vea Yo, robot, una cinta fácil y entretenida